sábado, 27 de junio de 2009

Formación Permanente y la prevención del estrés profesional docente.

Como hemos visto pues, ejercer la docencia en una sociedad compleja, plural y dinámica como la nuestra es cada vez más difícil y problemático. Así las cosas, la fatiga mental, la complejidad de la tarea, las expectativas que genera, el equilibrio y las cualidades personales que requiere y las situaciones de impotencia que se viven, sitúan a la profesión docente a la cabeza de las profesiones más estresantes y complejas según los expertos en sociología de las profesiones.

1. Perfil y causas del estrés profesional docente.
Los docentes en determinadas situaciones o momentos de su vida profesional, pueden encontrarse sin recursos personales para afrontar el ejercicio de su profesión de una manera adecuada y eficaz, lo que deriva en algunos casos en cuadros de ansiedad, de baja autoestima, de desbordamiento mental, etc.

Entre las causas de este estrés profesional docente, también conocido como el síndrome de “Burnout” o del “profesional quemado”, podrían señalarse:

  • La tensión que genera la relación directa maestro-alumnos por la propia naturaleza del hecho educativo.

  • La personalización de los conflictos generados en el aula explicables por procesos de naturaleza psicosocial (edad del alumnado, estatus social de las familias, contextos sociales deprivados, etc) y que el docente puede percibir como incapaz para resolver satisfactoriamente en la práctica diaria.

  • La falta de resortes de autocontrol en situaciones de estrés. Cabe señalar aquí la disparidad existente entre los referentes profesionales adquiridos por los docentes en su formación inicial y en su práctica profesional de los últimos años y la nueva realidad escolar caracterizada por la diversidad y la heterogeneidad de los grupos. Ello conlleva un clara disfunción entre los resortes y los repertorios profesionales disponibles por parte de los enseñantes y las necesidades derivadas de la nueva realidad educativa.

  • La baja autoestima en el docente producida por la autopercepción de que es incapaz de solucionar de manera óptima los problemas que se le presentan en el ejercicio de su labor.

  • La relación compleja con las familias, que a veces proyectan en su relación con el profesorado las expectativas sociales desmesuradas, utópicas e irracionales respecto a las instituciones educativas.

  • La percepción por parte del docente de la baja consideración social de su profesión.

  • Y otras causas de difícil explicación.

2. Formación Permanente y prevención del estrés profesional docente.
Entendido el estrés profesional docente como una disfunción entre las exigencias profesionales derivadas de la tarea docente y la capacidad del enseñante para resolver en un momento dado las situaciones complejas, dinámicas y conflictivas que se dan en el medio escolar y que acaban traduciéndose en situaciones de desbordamiento y estrés sufridos por el profesorado, cabría la posibilidad de abordar esta problemática desde dos ámbitos diferenciados e igualmente preventivos.

2.1. Prevención del estrés profesional docente desde la potenciación de los elementos básicos de la nueva profesionalidad docente.
El primero de los ámbitos, que podríamos denominar “generalista”, consistiría en potenciar e impulsar en los centros educativos la asunción por parte de los docentes de los llamados elementos básicos de la nueva profesionalidad docente y que hemos identificado como la reflexión en la acción, la colegiación de la labor docente y la formación permanente.
a) La potenciación de las prácticas reflexivas de los docentes pasa por impulsar y apoyar grupos y seminarios de trabajo surgidos en los centros en torno a una problemática o interés profesional común. Se trata de que cada maestro alcance una comprensión más profunda de la naturaleza y los resultados de determinadas situaciones y acontecimientos educativos, pudiendo así responder mejor a las presiones que han de soportar mientras trabajan y asumiendo en primera persona la responsabilidad de su aprendizaje profesional.
b) El trabajo en equipo de los docentes es el segundo de los elementos que deberemos potenciar si queremos avanzar en la adecuación de las prácticas docentes a las nuevas determinaciones del hecho educativo. La complejidad de los escenarios de trabajo precisa de una coordinación y de una cooperación entre los miembros de un equipo docente que todavía no está asumida en su integridad por la comunidad docente. Como afirman Johnson y Johnson 3(1989) “una estructura cooperativa clara es el primer requisito de una escuela eficiente”, pues ello permite que la actividad de un profesor se vea influenciada positivamente por la actividad del resto, que los profesionales se sientan orgullosos del éxito de un colega, que la escuela se beneficie de los conocimientos técnicos de todo su personal y que se potencien actitudes positivas hacia la introducción de nuevos métodos de trabajo.
c) La formación permanente del profesorado, entendida como desafío y, al mismo tiempo, como un elemento básico de la nueva profesionalidad docente, debe abordarse sin perder de vista la dimensión colaborativa de la enseñanza a la que hacíamos referencia y posibilitando la reflexión en la acción de los enseñantes.
En efecto, si lo que se pretende es hacer del profesorado un profesional reflexivo de su propia práctica, que experimenta e investiga junto a otros profesores y que se forma y actualiza desde la consideración del centro escolar como la unidad básica de cambio y mejora, los modelos de intervención en formación del profesorado deben contemplar necesariamente:



  • Un asesoramiento en el puesto de trabajo.

  • Un aporte de recursos materiales de naturaleza bibliográfica, informática, etc.

  • Un apoyo a la elaboración de materiales curriculares propios.

  • La convocatoria de acciones formativas ajustadas a las demandas formativas detectadas en los centros.

  • Y – sobre todo -, el apoyo a la constitución de grupos y seminarios de trabajo y a la elaboración de

Proyectos de Formación en Centros.

Y todo ello desde la potenciación en todas y cada una de las acciones de formación del profesorado de:



  • El intercambio de experiencias entre docentes.

  • La plasmación de las mismas en documentos de trabajo (publicaciones, comunicaciones, etc.).

  • Y el establecimiento y configuración de líneas de trabajo y comunidades de discurso en torno a un método, una escuela científica, una corriente, etc.


García Martínez, Jesús
Jefe del Servicio de Formación del Profesorado de la DGOIEPL de
la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia
Fuente: http://www.edu.gva.es/per/docs/rlestres_1.pdf

miércoles, 17 de junio de 2009

Desafíos y condicionantes de la profesión docente: un horizonte de complejidad.

Los desafíos que debe asumir el profesorado del siglo XXI son variados en cuanto a su naturaleza, numerosos en número y complejos en cuanto a su configuración, determinación y posible abordamiento.

Entre los retos y desafíos que tienen los profesores ante sí, podríamos señalar, a modo de somero inventario, los siguientes:
a) En primer lugar, adecuar la práctica docente a las demandas y expectativas crecientes de la sociedad con respecto a las tareas de los profesores. En tales expectativas están en la raíz del llamado síndrome “burnout” o del profesional quemado ante el cual lo mejor será discernir las demandas razonables planteadas por la sociedad de las irracionales y, en todo caso, “armarse” profesionalmente de resortes, habilidades y repertorios conductuales y pedagógico-didácticos que nos permitan despersonalizar los conflictos, movernos con seguridad en los escenarios de trabajo e integrar los referidos elementos de la nueva profesionalidad docente -reflexión, trabajo en equipo y formación permanente como referentes para la adecuación de nuestra práctica profesional a las complejas y cambiantes demandas sociales.

b) En segundo lugar, la exigencia de dar respuesta inmediata al alumnado en el proceso mismo de enseñanza-aprendizaje en el que ambos están imbricados. Así, el profesor entendido como “organizador de las experiencias y de las situaciones de aprendizaje” más que como “fuente principal de conocimiento”, ha de facilitar los medios y recursos necesarios para que el alumnado sea el verdadero protagonista del hecho educativo procurando, al mismo tiempo, que salga motivado de cada experiencia de aprendizaje para poder seguir avanzando en su proceso educativo.

c) Ello precisa de una verdadera interrelación, de una comunicación y dialogo entre profesor y alumnos y conlleva la toma de decisiones por parte del docente en condiciones caracterizadas por un alto dinamismo y por una problematicidad creciente de los escenarios de actuación profesional.

d) Por otra parte, la implantación de la nueva ley de Ordenación General del Sistema Educativo ha supuesto un esfuerzo considerable para todo el profesorado, que ha tenido que actualizar y adecuar sus conocimientos científicos, técnicos y didácticos a las propuestas curriculares que el nuevo marco legal señala para los distintos niveles, ciclos y etapas del sistema educativo.

e) El reto que supone la evaluación y la investigación evaluativa, que está llamada a cobrar una mayor relevancia en los próximos años . No se trata sólo de la evaluación de los aprendizajes centrada en los alumnos sino la evaluación del profesorado, de la organización de los centros, del currículo, de los propios procesos didácticos, etc., requiriendo todo ello de una metodología evaluativa que parte de una concepción de la evaluación educativa al servicio del proceso de enseñanza-aprendizaje, que se integra en el quehacer educativo del aula y del centro y que se erige como punto de referencia para la toma de decisiones que afecten a la intervención educativa y a la mejora del proceso.

f) La necesidad de establecer proyectos de actuación común, junto al resto de sus compañeros y en consonancia con lo que espera la comunidad educativa en su conjunto. Se trata de establecer Proyectos Educativos de Centro, Proyectos Curriculares, en definitiva; planes de actuación a corto, medio y largo plazo. Ello conlleva dejar a un lado todo individualismo y aislamiento como metodología de trabajo y establecer formas colaborativas y cooperativas de encarar la práctica docente.

g) La necesidad de revisar, de manera continua, los marcos sobre los que se trabaja, los planteamientos de partida, los objetivos marcados y la toma de decisiones sucesivas necesarias para su consecución. Y todo ello desde el ejercicio de la autonomía que tienen los centros, analizando colegiadamente las dificultades y los problemas que se plantean en el quehacer diario y la búsqueda de forma cooperativa de las soluciones a los conflictos que se generan en el seno de una organización tan compleja como la escuela.

h) El dominio de las nuevas tecnologías aplicadas al hecho educativo, que incluyen no sólo las audiovisuales, la robótica, la informática con fines docentes como las video-conferencias, la tutoración en red,… etc., sino también, en términos del profesor Fierro2 (1999) “aquellos conjuntos procedimentales con escaso requerimiento de soporte material que se han ido incorporando al bagaje instrumental de los educadores”.

i) La adquisición de unas cualidades de madurez personal acordes con la labor docente. No debemos perder de vista que la educación es ante todo una relación entre personas. Asegurar el carácter interpersonal de la actividad educativa va a ser un desafío en el futuro, caracterizado por el optimismo tecnológico, pues existe el riesgo de que las técnicas, los instrumentos y los medios didácticos puedan arrinconar a los sujetos personales en la comunicación. La sociedad y la administración educativa y los propios docentes han de ser conscientes de que la labor educativa es desempeñada por personas que necesitan una recompensa por su tarea y ésta no sólo pasa por una remuneración económica justa, sino que precisa a su vez de un reconocimiento personal, de sentirse aceptados dentro de un equipo, de un centro escolar y apoyados y orientados en su labor.

j) Y la actualización permanente de los enseñantes como un elemento básico de su profesionalidad. No sólo con el fin de actualizar y adecuar sus conocimientos científicos, técnicos y didácticos a las nuevas propuestas curriculares para los distintos niveles, ciclos y etapas del sistema educativo, sino además para incorporar nuevos repertorios profesionales que le permitan abordar situaciones complejas y conflictivas propias de la práctica docente y superar desde el equilibrio y la madurez personal y profesional situaciones de desbordamiento y estrés.

Como resumen de los desafíos y retos planteados, valga la cita del profesor Fierro (1999) en la que afirma que “Será posible que mañana los profesionales de la educación afronten los desafíos técnicos y pedagógicos hoy imprevisibles y que los afronten como parte de sus propios retos personales, de las tareas de desarrollo de su propia identidad y madurez personal. Ser un buen profesional de la educación puede - y debería - quedar incorporado a un proyecto global de vida”.


García Martínez, Jesús
Jefe del Servicio de Formación del Profesorado de la DGOIEPL de
la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia
Fuente: http://www.edu.gva.es/per/docs/rlestres_1.pdf

miércoles, 10 de junio de 2009

Premiaron una investigación de dos alumnos de Concordia

La nota apareció en el sitio de la radio LT14 Radio General Urquiza (Entre Ríos, Argentina), seguramente porque se trata de alumnos de la ciudad, no por el tema en sí, pero aunque sea de esta manera, es útil que se hable:

Los protagonistas son dos adolescentes de la Escuela de Comercio Nº 2 Martín Miguel de Güemes de Concordia. Estefanía Aranda y Cristhian Fink obtuvieron el 4º premio de la Feria Intel Isef y fueron distinguidos por Asociación Americana de Psicología.

Declaraciones a LT 14
El mes pasado, los jóvenes viajaron a Estados Unidos con el fin de mostrar su trabajo denominado “Síndrome de Burnout en el ámbito escolar”, para presentarlo en la Feria Intel Internacional Science and Engineering Fair (Insef) en Reno, Nevada.

De las siete investigaciones que participaron en representación de Argentina (realizados por alumnos de Santa Cruz, La Rioja, Chaco, Santiago del Estero y Santa Fe), sólo Entre Ríos volvió al país con premio. Cabe mencionar que los trabajos fueron previamente seleccionados en la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología que se hizo en Puerto Madryn (Chubut) el año pasado, donde hubo alrededor de 150 trabajos.

Estefanía Aranda y Cristhian Fink, alumnos de la Escuela de Comercio Nº 2 Martín Miguel de Güemes de Concordia, obtuvieron el 4to. premio de la Feria Intel Isef y también fueron distinguidos por Asociación Americana de Psicología. Los chicos contaron con el asesoramiento de su profesor, Carlos Gatto. En diálogo con LT14, la joven habló sobre el problema y los objetivos de la investigación, denominada “Síndrome de Burnout en el ámbito escolar”.

Estefanía contó que en principio se trató de identificar y diferenciar, en el área educacional, un cuadro de stress con el “Síndrome de Burnout” es decir, cuando una persona contrajo la sensación de “estar quemado”.
Y explicó: “Cuando una persona (en este caso un profesor/a) se siente cansada, exhausta o no tienen ganas de trabajar y la capacidad laboral disminuye, estos síntomas influyen en la forma de enseñar del docente porque no se sienten conformes en el aula con el alumno”. La joven también contó que el trabajo incluyó un estudio cuantitativo para detectar el nivel del “Síndrome de Burnout” en los docentes de la ciudad de Concordia. Se realizaron encuestas en dos establecimientos educativos (uno céntrico y otro ubicado en la periferia de la ciudad) con distinto nivel socioeconómico.

“La sociedad no es ajena a esta problemática, todos somos productores de este síndrome e influye en la vida cotidiana y distintos ámbitos, como el aula, la casa, en reuniones de amigos”, mencionó Estefanía. Respecto a las conclusiones del trabajo, la alumna habló sobre “la prevención” que consiste en trata de utilizar un mecanismo denominado “residiencia”. Se trata de “un mecanismo de defensa que tiene una persona para afrontar los problemas de distintas maneras, buscando soluciones positivas, como la organización y planificación”, ejemplificó.

Los alumnos tienen previsto participar, en julio próximo, en Milset que se desarrolla en Túnez; y en noviembre viajar a Mostratec, en Novo Hamburgo (Brasil).

Fuente
http://www.radiolt14.com.ar/index.php?st=nt&bd=n&id=36191

jueves, 4 de junio de 2009

Nueva Profesionalidad Docente

FORMACIÓN DEL PROFESORADO, RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS Y PREVENCIÓN DEL ESTRÉS PROFESIONAL DOCENTE


No sólo pedimos a nuestros profesores que abarquen todos los campos en los que pueda perfeccionarse la personalidad humana, sino que además les pedimos mesura y equilibrio: todos esos diferentes objetivos deben incorporarse en un todo armónico, en el que se consiga una personalidad integrada, sin que el desarrollo excesivo o unilateral de una de esas áreas produzca hombres y mujeres desequilibrados. Para poder desempeñar esta tarea utópica nos haría falta un superhombre ejemplar. Un humanista de saber ilimitado. Alguien capaz de reunir todas las cualidades consideradas como positivas, eliminando, al mismo tiempo, cualquiera de las que pudieran considerarse negativas. Siguiendo esta línea de razonamiento nuestra sociedad puede desarrollar hasta el límite las peticiones basadas en el componente utópico de la educación, proyectando sobre los profesores unas exigencias desmedidas”.
Esteve, José M.
La antecita del profesor Esteve nos pone sobre la pista de uno de los factores que subyacen en lo que se conoce como “el malestar docente”. En efecto, de un tiempo a esta parte, la sociedad tiende a trasladar todas y cada una de sus “asignaturas pendientes” al ámbito escolar con la esperanza utópica de haber hallado la solución. Pero existen otros factores además del señalado que van haciendo de la profesión docente algo inespecífico, problemático y complejo.

Algunos de estos factores son de naturaleza coyuntural como el cambio de los planes de estudio, la reforma del sistema educativo, etc., y otros son de naturaleza estructural, en tanto que los referentes sociales son cada vez más dinámicos, cambiantes y complejos. En todo caso, puede afirmarse, que los nuevos retos que esta sociedad heterogénea, plural, cambiante e intercultural va imponiendo a los profesores, van más allá de la reforma de los planes de estudio y de la reestructuración del sistema educativo y afectan de lleno al concepto mismo de profesionalidad docente

Diversidad e incertidumbre en la labor docente.
En este contexto de incertidumbre, como consecuencia de las circunstancias cambiantes de la sociedad actual, y de complejidad de las tareas docentes el profesor de hoy se encuentra ante la necesidad de adquirir nuevos conocimientos, dominar nuevas destrezas y ampliar su repertorio de conductas profesionales para atender adecuadamente los retos que se le plantean en la práctica diaria, caracterizada ésta última, entre otros factores, por la heterogeneidad del alumnado.

Así, la diversidad pasa a ser un concepto central en la nueva realidad escolar, presente en todos los niveles y etapas de la escolaridad, pero más patente y explícita en la Educación Secundaria Obligatoria, etapa en la que el alumnado ya no es ni el “alumno de éxito” que había superado la criba del graduado escolar ni el “alumno fracasado” que, antes que abandonar el sistema, optaba por una formación profesional de base. En ambos casos, el alumnado, con la propuesta curricular anterior, llegaba a las aulas en grupos supuestamente homogéneos que apuntaban a un perfil profesional docente muy determinado y caracterizado por una forma disciplinar de enfocar y tratar el conocimiento, unas metodologías de trabajo en el aula homogeneizadoras, unas preconcepciones de la “diferencia” como “deficiencia”, un desconocimiento de los estadios psicoeolutivos propios de la adolescencia y una dinámica de trabajo individualista, alejada de procesos de colegiación en la acción docente. La formación inicial y las políticas de selección del personal y de acceso a la docencia eran coherentes con ese enfoque. Por contra, y conforme a lo que hemos apuntado, con la nueva propuesta curricular la situación es muy diferente. Se imponen otras formas de trabajo en el aula, otras concepciones del desarrollo y del aprendizaje y se atisban algunos de los requisitos previos que serán necesarios para que se dé una auténtica renovación de la enseñanza a través de un nuevo concepto de profesionalidad docente.

Hacia una nueva profesionalidad docente.
En efecto, al cambio de sus planteamientos metodológicos y de los principios teóricos que informan su quehacer “práxico” el profesor ha de añadir un cambio en su concepción misma del proceso de enseñanza-aprendizaje, un cambio del rol profesional que venía desempeñando y constituirse como un profesional reflexivo de su propia práctica, que investiga y experimenta junto a otros profesores lo que le permite ampliar sus fuentes de información, sus ideas y sus criterios para mejorar su trabajo en las aulas.

Así, para autores como Stenhouse, la innovación curricular tiene que partir del grupo de profesores de un centro, como unidad básica de actuación, que discute, modela y lleva a cabo el currículum, participando en la evaluación de resultados. En este sentido, cambiar la práctica, desarrollar el currículum y perfeccionamiento del profesorado son tres aspectos indisociables.”

Desde esta concepción la reflexión en la acción, el trabajo en equipo y - sobre todo – la formación permanente pasan a ser tres elementos básicos de la nueva concepción del profesional docente y premisas necesarias para un adecuado tratamiento de la diversidad a través del cambio y de la renovación de la enseñanza.



García Martínez, Jesús
Jefe del Servicio de Formación del Profesorado de la DGOIEPL de
la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia
Fuente: http://www.edu.gva.es/per/docs/rlestres_1.pdf
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