jueves, 26 de enero de 2012

Descripción del Burnout docente

El Burnout convive silenciosamente en muchos ámbitos, uno de los preferidos es el de los docentes. Es necesario reconocerlo, para poder actuar en consecuencia ¿En qué consiste? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Qué tipo de síntomas acarrea? A continuación una respuesta sintética a estas preguntas.



El Síndrome de Burnout o Síndrome de Desgaste Profesional es un tipo de agotamiento mental y físico generado por el estrés prolongado, motivado por la sensación que produce la realización de esfuerzos que no se ven compensados. Se suele dar en trabajos sociales que implican el trato con personas, a la par de importantes exigencias emocionales en la relación interpersonal, que resultan en un deterioro, desgaste o perdida de la empatía. Uno de esos grupos vulnerables son los docentes, sabre todo los que presentan antigüedades superiores a los diez años.

Planteamiento del problema.
El burnout es el conjunto de síntomas relacionado con un estrés no atendido y que produce cansancio físico, psicológico y emocional. El burnout puede afectar a varios profesionistas; pero en especial a aquellos que trabajan directamente con personas, como en el caso de los docentes.

El burnout se considera grave cuando el docente no es consciente de que lo esta padeciendo y comienza a presentar algunos síntomas. Existe una escala de indicios relacionados con el burnout, cuando el docente sufre por lo menos uno de estos, ya se puede considerar problemático.

Cuadro de síntomas relacionados con el burnout.
Físicas
Cefaleas
Migrañas
Dolores de espalda
Molestias gastrointestinales
Fatiga cr6nica
Hipertensi6n
Asma
Urticarias

Psicológicas
Frustración
Irritabilidad
Ansiedad
Baja autoestima
Desmotivación
Sensación de desamparo
Sentimientos de inferioridad
Desconcentración

Organizacionales
Infracción de normas
Disminución del rendimiento
Perdida de calidad y calidez
Absentismo
Abandono
Accidentes

El burnout es un problema, porque el docente que lo sufre no puede desempeñar bien su función académica y, por lo tanto, su rendimiento es deficiente. Existen estudios que hablan de que el aprendizaje se da principalmente por observación y el modelo influye en gran parte en esto. La teoría del aprendizaje social permite explicar y cambiar cierto tipo de conductas. Por lo tanto, el modelo principal en el ámbito educativo es el docente, y si este sufre de un "desgaste emocional" esto influye en el aprendizaje del alumno.

También el burnout es un problema social, ya que los principales promotores de la enseñanza son los maestros y, consecuentemente, ellos tienen la gran responsabilidad en sus manos de transmitir a los niños y jóvenes una buena educación; luego pues, ellos deberían conocer cual es su nivel de burnout para tomar las medidas necesarias y prevenir un mayor desgaste, tanto físico como emocional, que incluso puede llevar a la muerte.


BURNOUT EN EL COLECTIVO DOCENTE
Investigación en la Universidad EPCA
Luis Felipe A. El Sahili Gonzalez Sharon Kornhauser Lopez
En colaboración con:
Jorge Alonso Lozano, José Refugio Ferro Vázquez y Pascual Rodríguez Sánchez


miércoles, 18 de enero de 2012

Variables que influyen en el burnout del docenteocente

Es importante conocer todo lo relativo al burnout ¿Afecta más a mujeres o varones? ¿A personas con muchos años de actividad o a quién tiene menos experiencia? ¿Tiene algo que ver el estado civil?  ¿El nivel educativo donde se trabaje? ¿El nivel socioeconómico de los alumnos? ¿Las características personales del docente? Estas y otras variables son analizadas a continuación.



En el síndrome del desgaste profesional existen tres grupos de variables para explicarlo: sociodemográficas, personales y organizacionales.

Variables sociodemograficas
Variable en función del género.
Resulta controversial afirmar si los hombres o las mujeres docentes son más susceptibles al burnout. Por lo general, la mujer combina varios tipos de estrés, lo cual la hace mas susceptible a padecer el burnout. Una interesante investigación realizada en docentes de secundaria en Guadalajara, concluyo que los hombres tienen mayor riesgo de agotarse emocionalmente debido al contenido y características de la tarea, lo cual constituye una dimensión de este síndrome; pero en contradicción con esta investigación y en opinión de la Federación Española de Trabajadores de Ia Enseñanza, las mujeres tienen mas agotamiento emocional, pues considera que los hombres tienen mas oportunidad de eliminarlo en las situaciones educativas. En otras investigaciones se ha encontrado mayor incidencia en las mujeres, como en la investigación llevada a cabo en Guadalajara con 144 docentes, en donde se encontró una prevalencia de más del 64% para las mujeres, respecto de una tasa promedio de 52%. Para Benevides Pereira, no existe una relación clara entre la variable genera y el burnout.

Variable en función de los años de trabajo.
En cuanto a los años de ejercicio profesional, también las investigaciones son discutibles, pues se ha postulado que la experiencia laboral es un factor protector del burnout, como menciona Santiago, de la Universidad de Santiago de Compostela; y que el burnout se produce durante los primeros diez años de servicios docente, sobre todo al final de los mismos.

Otros estudios arrojan que la mayoría de las disertaciones en este sentido son contradictorias, hasta indicar que los que tienen mas años de servicio son los mas estresados, según el estudio realizado con 102 docentes en la región de Chillan, Chile; opinión favorecida también en un comunicado de la federación de trabajadores de la enseñanza de Valencia, España, en donde se menciona que las investigaciones señalan como principal grupo de riesgo a aquellos docentes con mas de 10 años de dedicación y compromiso en la docencia.

Variable en función del estado civil.
Se cree que los docentes casados tienen una mayor defensa al burnout, según los estudios de Golembiewski, porque los hijos y la familia pueden ser una fuente de desahogo emocional, en ese mismo sentido se pronuncia la profesora Santiago, quien concluye que los principales factores protectores del malestar laboral del docente universitario son el poder contar con el apoyo de Ia familia, y el resultado de la investigación de Pando Moreno, donde encuentra tasas de prevalencia de mas del 60% en docentes solteros, aunque otros estudios no arrojaron las mismas conclusiones. Benevides Pereira, considera que no se ha encontrado relación entre Ia variable estado civil y burnout. Igualmente, siguiendo la acotación anterior, en una investigación llevada a cabo con profesorado no universitario en Murcia, se constató la falta de relación entre ambas variables.

Variables de personalidad
Las variables de personalidad resistentes al burnout, se consideran que son las mismas que protegen del estrés, las cuales son básicamente el compromiso, control y desafío. Hill y Norvell, descubrieron que el hardness era un factor que no solamente modulaba al burnout, sino que incidía en una menor formación del mismo.


Variable en función del neuroticismo.
A pesar del comentario realizado por Menendez Montaries en el sentido que Ia variable neuroticismo es preventor del estrés, en consideración de Moran Astorga, en el resumen de su tesis presentada en la Facultad de Ciencias del Trabajo, en Ia Universidad de León, España, llega a la conclusión, a través del análisis de regresión múltiple, que el neuroticismo es el predictor mas importante de burnout en varios grupos que estudio.

Otras variables de personalidad.
Son aquellas que se han tratado de asociar como protectoras de este síndrome, son aquellas que igualmente se han estudiado como preventoras de la vivencia de estrés, como el "locus de control", la autoeficacia y el autocontrol emocional. El locus de control, que es el grado en que un sujeto percibe que sus conductas, eventos y comportamiento, es interno o externo a el; la autoeficacia que tiene relación con la confianza de alcanzar las metas deseadas; y el autocontrol emocional que implica la manera en cómo se logran vencer los conflictos ante situaciones difíciles.

Variables organizacionales
Variable en función del nivel educativo al cual se imparte clase.
En cuanto al nivel educativo, todo parece indicar que los docentes de secundaria tienen mas probabilidad de experimentar burnout por los problemas de conducta encontrados en jóvenes y adolescentes, ya que las normas disciplinarias suelen ser sumamente difíciles de acatar, presentándose una probabilidad casi idéntica entre el resto de niveles (primaria, bachillerato, licenciatura, etc.). Sin embargo, en investigaciones realizadas por Agudo Fibla, para la Universidad de Jaume, no se encontraron diferencias entre docentes de primaria y secundaria. Inclusive ha habido algunas investigaciones que afirman que el docente de primaria es más vulnerable al burnout.

Variable en función de la ubicación del centro escolar.
En cuanto al centro de trabajo, parece ser que las áreas urbanas y rurales presentan ventajas y desventajas por igual, mientras que las áreas suburbanas presentan más dificultades, como problemas de marginación, traslado del docente e incomprensión mutua. Por lo tanto, el docente que trabaja con alumnos que provienen de zonas marginadas y que presentan una problemática mayor a la común, transmiten esta conflictiva al docente y lo vuelven más vulnerable al burnout.


Extraído de
Investigación en la Universidad EPCA
Luis Felipe A. El Sahili Gonzalez Sharon Kornhauser Lopez
En colaboración con:
Jorge Alonso Lozano, José Refugio Ferro Vázquez y Pascual Rodríguez Sánchez

martes, 10 de enero de 2012

Una reflexión sobre la formación socioemocional del docente

El rol del docente está permanentemente sujeto a revisión, y nos asaltan diversas preguntas ¿Son cada vez mayores las exigencias? ¿Es menor el reconocimiento social por la tarea? ¿Esto puede acarrear problemas personales al docente? ¿Qué hacer por la motivación del docente. Las siguientes reflexiones hacen un aporte al tema.



El docente tiene un papel indispensable en el proceso de enseñanza y aprendizaje, como persona transmisora de unos conocimientos, procedimientos y actitudes al alumnado. Este profesional es organizador/a del entorno de aprendizaje, planificador/a de las actividades a realizar para la consecución de los objetivos, evaluador/a del rendimiento de alumnos y alumnas, por nombrar sólo algunas de las importantes funciones que desarrolla en el proceso educativo.

Actualmente, el profesorado se encuentra en una situación en la que se le exigen excesivas responsabilidades, basta echar una breve ojeada a la prensa para observar como se le culpabiliza de los problemas que se dan dentro del contexto escolar, tanto en lo que atañe a las relaciones profesorado -alumnado, institución-alumnado, conflicto escolar, como a la falta de asimilación de los contenidos curriculares entre los estudiantes.

De este modo, el profesorado puede sentirse abrumado ante tanta responsabilidad y tarea surgiendo el desconcierto personal ante el contexto socio-escolar, la contradicción entre sus derechos y deberes, la falta de concreción en las tareas, etc. Así, en muchos casos, el docente puede sumirse en una desmotivación al comprobar la falta de estrategias de que dispone para reconducir el contexto conflictivo y la convivencia escolar.

Costa, plantea la hipótesis de que la vida mejoraría sensiblemente y accederíamos a servicios de mayor calidad si la competencia social impregnara el desarrollo personal de los individuos y el desarrollo de muchos profesionales, ya que quizás uno de los hechos más probados y sobre el que existe un mayor grado de acuerdo, es el de la estrecha relación entre las dificultades de una persona en sus relaciones interpersonales y el riesgo de que esa misma persona sufra algún tipo de problema personal importante.

La forma de conceptualizar la desmotivación docente
El sentimiento de insatisfacción, de incomodidad que puede padecer el docente ha sido conceptualizado por Travers y Coopers, en su libro reciente El estrés de los profesores. La presión en su actividad docente a través de un enfoque interactivo. Estos autores plantean un enfoque global, no analizando únicamente el estrés como un estímulo ambiental o como una respuesta frente a las exigencias del entorno, sino como un concepto dinámico y relacional. Se produce, una interrelación continua entre la persona y su entorno, que está mediada por un conjunto de procesos cognitivos constantes. Hay cinco aspectos importantes del modelo cognitivo a considerar en relación al estrés: valoración subjetiva de la situación; experiencia (familiaridad con la situación aprendizaje preoperatorio o formación inicial y los fracasos o refuerzos obtenidos a través de la experiencia anterior); exigencia real junto a la capacidad real y percibida; la influencia interpersonal; las estrategias de superación ante el desequilibrio percibido.

Ortiz, apunta diferentes contextos que influyen negativamente en la motivación docente y en la falta de recursos por parte de éste para resolver la situación: contexto social; percepción social del docente, influenciada por los estereotipos de los medios de comunicación; contexto de la práctica docente, en dónde tendrá que hacer frente, en alguna ocasiones a la resolución de problemas de delincuencia y conflictividad escolar. Sin dejar de lado, en cada uno de estos contextos, la importancia de atender al objetivo de educación integral.

Otro aspecto a tomar en consideración, es la evaluación continua del trabajo del profesor/a, que siendo un recurso educativo interesante, en la medida que se utilice para desarrollar las potencialidades de los docentes, puede convertirse, no obstante, en un resultado desagradable. Al no cumplir el requisito de objetividad y no ajustarse a la realidad puede adoptar la función de un sistema de control sancionador (Tejedor), suponiendo, incluso, un riesgo para la autoestima del maestro o maestra.

Esta profesión supone, por otra parte, situaciones interactivas continuadas con la autoridad, los compañeros y compañeras, los padres y madres del alumnado y los propios alumnos y alumnas. Las notas básicas de incomunicación y falta de cooperación con estos colectivos, acrecientan el malestar docente  y son una de las principales causas de desencanto hacia la tarea y la desvalorización de ésta. Ante este hecho, ¿cuáles son las estrategias de intervención con que podemos dotar al colectivo docente para desarrollar sus propias habilidades sociopersonales? Dichos aspectos han sido tratados por distintos autores.

Propuestas de intervención ante la insatisfacción del docente en la enseñanza
Se propone un modelo de formación para maestros y maestras que atienda, no sólo a conceptos, procedimientos y actitudes por separado, sino que deriven en una competencia integrada en "un saber, un saber hacer y un saber estar". Este hecho supone atender a una inteligencia integral, a la que se puede definir como la unión e integración de la inteligencia racional, emocional, actitudinal o social. Esta visión integradora, que está presente también en la finalidad de la educación que formula la UNESCO, se sintetiza en un "aprender a ser".

De manera concreta, vemos la necesidad de trabajar la inteligencia emocional como competencias y estrategias que posibilitan un aprender a hacer desde un paradigma interpretativo de la situación. El uso de estas estrategias potenciarán el propio bienestar y estado de satisfacción personal y profesional. La necesidad de potenciar las emociones positivas, dentro del sistema educativo, es un factor significativo para el bienestar emocional. Es difícil descubrir cuáles son las emociones que se experimentan porque, en realidad, no se está acostumbrado ha desarrollar la introspección. En este sentido Sastre y Moreno indican que:
"Todo proyecto que tenga por finalidad educar cívicamente debe conceder un lugar relevante a las relaciones personales. El conocimiento de los sentimientos y de las emociones requiere un trabajo cognitivo, puesto que implica una toma de conciencia de los propios estados emocionales, de las causas susceptibles de provocar cada uno de ellos y de sus consecuencias, es decir, de cómo reaccionamos cuando estamos bajo la influencia de una emoción determinada. Este es un paso importante para el autoconocimiento, el cual nos será difícil poder prever nuestros propios estados de ánimo o incluso descubrir por qué experimentamos determinado sentimiento, como por ejemplo, por qué nos hemos puesto de mal humor o por qué realizamos un desplazamiento emocional y respondemos inesperadamente de forma brusca a una persona que no tiene nada que ver con la problemática que realmente nos preocupa".

Uno de los libros que más ha influido en los últimos años es el de Goleman La inteligencia emocional, publicado en 1995, poniendo de relieve la necesidad de dotar de emoción a la inteligencia. Goleman se basa en la línea de investigación abierta por una serie de autores como Gardner, Sternberg y Salovey, sobre la inteligencia emocional. En este sentido, resulta interesante la aportación de Salovey, que subsume a las inteligencias personales de Gardner y las organiza en cinco competencias principales:
a) el conocimiento de las propias emociones;
b) la capacidad de controlar las emociones;
c) la capacidad de motivarse uno mismo;
d) el reconocimiento de las emociones ajenas;
e) el control de las relaciones.

Los currículos para la formación de los docentes no pueden basarse únicamente en los aspectos científicos, puesto que lo afectivo y emocional es fundamental para el desarrollo cognitivo y, además, conduce al equilibrio psíquico del ser humano.

De ahí la necesidad de que la propuesta sea desarrollar la inteligencia integral del futuro docente y profesorado en activo. De acuerdo con Armas, la inteligencia racional implicará un enfoque científico-racional de la realidad, teniendo una visión ecológica, sistémica de la realidad, que abarca desde la evaluación y comprensión de ésta, las relaciones entre los elementos del sistema, la visión histórica-evolutiva de las personas, los procesos y las instituciones hasta la evaluación de aspectos positivos y necesidades. La inteligencia emocional exigirá el dominio de las relaciones interpersonales, capacidad para motivarse uno mismo, saber tomar decisiones en equipo, resolver conflictos, negociar soluciones y propuestas de mediación. Mientras que la inteligencia actitudinal permitirá una predisposición positiva y de mejora ante la situación y las demandas del contexto.



Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado
Continuación de la antigua Revista de Escuelas Normales
D.L. VA- 369- 99
ISSN 1575- 0965

Autores
Sureda García, Inmaculada & Colom Bauzá, Joana
Universitat Illes Balears

domingo, 1 de enero de 2012

Mobbing en la Escuela de Arte

El siguiente artículo periodístico relata un caso de “Mobbing”, o acoso psicológico en el trabajo. Se trata de un tema nuevo en los medios, pero que, aplicado aunque sea en dosis menores, puede constituirse en una fuente de malestar laboral.

 



El TSJ condena a la Consejería de Educación a pagar 14.500 euros a una profesora que sufrió acoso. La sentencia reprocha a la administración que no tomara «medidas eficaces» para atajar la situación.

 

«Inepta». «Eres una burra». «Te voy a pegar tres tiros». «Sólo sabes hacer manualidades». «Tú cállate. Tú cállate». Esto no es una performance de la Escuela de Arte de León. Es mobbing. Acoso psicológico en el trabajo. La víctima: una maestra vidriera. El acosador: el jefe del Departamento Didáctico de Proyectos del Ciclo de Pintura sobre Vidrio.

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha condenado a la Consejería de Educación de la Junta a pagar 14.500 euros a la profesora de la Escuela de Arte de León Marta Balmaseda por los «daños morales, físicos y psíquicos» sufridos tras nueve años de acoso laboral continuado por parte del jefe de su departamento, Fernando Vicent, sin que la administración hiciera algo por evitarlo.

El tribunal considera probado parcialmente que a consecuencia del mobbing la profesora causó baja laboral en marzo de 2006, tras ser diagnosticada de estrés postraumático con estado depresivo de tipo inhibido severo. «Siento miedo», dijo la víctima a sus compañeras en más de una ocasión.

La sentencia de la sala de lo Contencioso Administrativo, que es firme, determina el «genuino acoso psicológico» hacia la maestra vidriera a partir de la «expresiva prueba testifical» de una decena de profesores, profesoras y alumnado del centro que relataron en la vista oral los insultos («inepta, eres una burra»), intervención en el trabajo cotidiano, bloqueo en el acceso a los materiales, trato humillante e incluso amenazas («te voy a pegar tres tiros»).

«Los insultos y vejaciones a doña Marta, tan asustada que era incapaz de reaccionar, eran una norma diaria y permanente, de persecución brutal y de rebote a sus alumnos», recoge una de las pruebas testificales. Una alumna declaró que el jefe de Marta Balmaseda «le dijo a ella y a su madre que no estaba preparada porque había tenido la mala suerte de que le tocara como profesora a doña Marta ya que no tenía los conocimientos suficientes para dar clase de vidrieras».

Una profesora manifestó que «la tónica general, en reuniones y fuera de ellas, siempre fue de menosprecio del señor Vicente hacia la labor docente, personal y de conocimientos de doña Marta».

La responsable sindical declaró que habían atendido a la profesora por su «situación anímica preocupante». Otros profesores testimoniaron la «adversidad directa» y las «palabras violentas y de «falta de respeto». Una de las ex directivas de la escuela dio fe de los escritos que recibió de la profesora y las «numerosas situaciones» en las que tuvo que atenderla con «llantos y nerviosismo».

El origen y las secuelas. 
Apuntó también que la situación se remontaba a 1991 cuando Marta Balmaseda se presentó a un examen libre para la especialidad de Vidrieras: «Son gente que viene a quitarme el trabajo», dijo Vicent tras suspenderla en junio y en septiembre. La nota fue levantada por la Dirección Provincial de Educación.

El trastorno de estrés postraumático cronificado fue somatizado por la víctima con «caída de cabello en zonas muy extensas de la cabeza, migrañas rebeldes a tratamiento sin lesión cerebral, disturbios visuales, edema facial, palpitaciones y sudoración y disfonía», así como «recuerdos intrusivos, disociación y flashback, embotamiento cognitivo, reacciones de sobresalto desmedido ante ruidos ambientales», recoge la sentencia citando los informes periciales de Iñaki Piñuel, psicólogo clínico, y Margarita de la Iglesia, experta en Medicina Legal.

Tal situación, añade el tribunal de la sección 3ª, «menoscaba gravemente las actividades de la vida diaria e impide la reinserción laboral en ese mismo ambiente de trabajo».

La sentencia atribuye a la «descoordinación y desentendimiento» así como a la falta de medios de la escuela, y no a mobbing, algunas de las situaciones denunciadas como el desalojo del horno de un grupo de primer curso con alumnado de Balmaseda y la interrupción del montaje de una exposición por parte de Vicent.

Fuente
El diario de Leon
Autora
Ana Gaitero

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