viernes, 27 de septiembre de 2013

El síndrome de burnout en la escuela


¿Qué presiones sufre el docente, que lo empujan hacia el burnout? ¿Por qué se considera que es vulnerable al burnout? ¿Cuáles son las profesiones más riesgosas?  ¿Cuáles son las principales fuentes del estrés docente?


El profesor no corre el riesgo de caer de un andamio ni se ve afectado por silicosis, pero el entorno educativo también supone un riesgo para su salud física y, sobre todo, mental. Ello debido a que las exigencias laborales hoy en día son más mentales que físicas; es decir, el profesor está sometido a factores de riesgo psicosocial. Estos factores de orden psicológico o social abarcan situaciones de tipo laboral, familiar o personal; que inciden en la aparición y/o mantenimiento de diversas condiciones que afectan la salud mental del profesor. En ese sentido, la profesión docente está sometida a una serie de presiones internas y externas que mellan la salud del docente.

Por ejemplo, las familias, las instituciones educativas y la comunidad en su conjunto exigen que el profesor eduque y forme personas en una sociedad llena de violencia, injusticias y desigualdades sociales. Además, la labor docente es un ejercicio que está sometido a continuos cambios impulsados por las reformas educativas, que se han ido imponiendo en el sistema educativo. Por si fuera poco, la docencia exige una actividad laboral y extralaboral muy intensa, que implica, hoy más que nunca, un amplio conocimiento interdisciplinario. Esto supone un perfil del educador con mayor preparación pedagógica, cuya importancia en la sociedad es nodal para el desarrollo de las jóvenes generaciones que son el futuro del país; sin embargo, el docente debe enfrentar una serie de dificultades económicas, sociales y laborales, y se le considera, muchas veces, como el responsable de las deficiencias del sistema educativo.

En el ámbito del microcosmos de la escuela, la relación entre profesor y alumno es complementaria: los primeros dan y los segundos reciben; es decir, que el alumno depende del profesor, de su orientación, de su conocimiento y de su asistencia. Este tipo de relación hace del profesor una persona vulnerable al síndrome de burnout. Este síndrome fue descrito por Herbert Freudenberger en 1974 en trabajadores que sufrían una progresiva pérdida de energía, síntomas de ansiedad, depresión, desmotivación y agresividad como afección característica de las profesiones de servicio. Por tanto, así como la profesión docente, las profesiones asistenciales son las de más alto riesgo laboral y se relacionan con altos niveles de ansiedad, depresión y estrés, que provocan úlceras, insomnio, cefaleas, etcétera.

Entre las profesiones que presentan más riesgo de padecer síndrome de burnout se tiene las del sector salud (médicos, enfermeras, obstetras, psicólogos, etcétera), los policías y los profesores. En ese sentido, Latorre ha reportado que el 34,5% de profesores de Murcia padecen estrés y que el sistema cardiovascular es el que más se correlaciona con el síndrome de burnout. En Holanda, entre un 5 y un 20% de profesores tienen síndrome de burnout. De hecho, el 25% de maestros europeos padece de algún tipo de desgaste profesional.

Sin embargo, para que el síndrome de burnout se desarrolle es necesaria la presión laboral; es decir, una dosis de estrés que es variable según se trate del profesor (su personalidad, estructura cognitiva y su capacidad de resistencia) y de las circunstancias familiares y laborales que vive. Es importante entender que, si bien el estrés crónico o prolongado es un claro referente de la aparición del síndrome de burnout, sobre todo en profesiones de servicio, no todo estrés es negativo. En términos generales, se suele hacer la distinción entre estrés positivo o estrés y el estrés negativo o distrés. Sin embargo, en un contexto laboral, el estrés relacionado con el trabajo puede definirse como el conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, la organización o el entorno de trabajo. La indisciplina en el aula, la falta de apoyo de los padres de familia y la administración educativa son factores de estrés para el profesor. Asimismo, lo son algunos rasgos inherentes a la enseñanza: el contacto interactivo constante, el estar sometido a evaluación y el trabajar con individuos que pueden no estar dispuestos a aprender.

Nieto ha sistematizado las principales fuentes de estrés docente en las siguientes categorías:
1) Conducta perturbadora de los alumnos, que abarca alumnos ruidosos, clases difíciles, problemas de conducta e indisciplina. Los estudios de Restrepo, Colorado y Cabrera indican, por ejemplo, que el 39% de docentes está sometido a ruidos fuertes en el salón de clases. El ruido se asocia a la indisciplina, que es una fuente de estrés importante para la mayoría de profesores. Asimismo, algunos estudios indican que las mujeres son más vulnerables a la conducta negativa de los alumnos, de modo que perciben más estresantes los problemas relativos a los estudiantes.

2) Condiciones de trabajo poco satisfactorias, que incluyen estructura pobre de la carrera, pocas oportunidades de promoción, salario insuficiente, escasez de equipamiento, falta de reconocimiento y escasa participación en la toma de decisiones escolares. Al respecto, a pesar de la Nueva Ley de la Carrera Pública Magisterial, en nuestro país, hace falta una línea de carrera para los profesores, que favorezca la promoción de los docentes sobre la base de méritos académicos y logros destacados, con la consecuente remuneración que ello supone. En ese sentido, varios estudios señalan que los profesores perciben que su sueldo es insuficiente. Además, la baja consideración de la profesión docente agrava la carga de estrés y, a la vez, mella su autoestima, sus sentimientos de autoeficacia y su rendimiento laboral. Los factores ergonómicos también pueden incluirse aquí, ya que como reportan Santana et al., de las alteraciones músculo-esqueléticas que sufren los profesores venezolanos, el 23% se relacionan con la bipedestación extendida. En el estudio de Restrepo et al. el 40% de maestros indicó que trabajaba en condiciones de extenuante calor debido a que, muchas veces, el alumnado por clase es muy numeroso.

3) Tiempo disponible escaso, porque tiene demasiadas tareas que realizar, demasiadas tareas administrativas, demasiado papeleo y carencia de tiempo para preparar las sesiones de aprendizaje. De hecho, el estudio de Oramas et al. reveló que el 87% de los 1746 docentes que trabajan en Arroyo Naranjo (Cuba) refieren que el trabajo burocrático, los breves momentos de receso y la falta de tiempo para atender a los alumnos individualmente les causa excesivo estrés. Además, el 76% dijo estar expuesto a estresores extralaborales, ya que llevan trabajo a casa (preparación de sesiones de aprendizaje, elaboración de material educativo, corrección de evaluaciones, etcétera), lo que limita su vida personal y familiar. En la investigación de Barría, Calabrano, Flores, Muñoz y Osorio, el 71,4% de profesoras declara no tener tiempo para sí mismas. Asimismo, el 100% de docentes de la IE Jesús Nazareno, de la ciudad de Corrientes, declaró que debe realizar labores en su casa.

4) Pobre cultura escolar, caracterizada por un reglamento interno inadecuado, falta de consensos, actitudes y conductas negativas del director, carencia de asesores y consultores, falta de capacitaciones, etcétera. Todos estos factores son concebidos como obstáculos organizacionales tangibles del ambiente laboral que tienen la capacidad de restringir el desempeño del profesor y que se asocian con el surgimiento de los síntomas del síndrome de burnout. En oposición, los facilitadores organizacionales tienen un efecto contrario. Así, mientras la satisfacción laboral se relaciona con el logro personal y el apoyo percibido de los compañeros de trabajo, la percepción de obstáculos tiene un efecto directo y negativo en la salud mental de los profesores.

Sobre la base de los estudios hechos en Lima, podemos decir que los estresores que son referidos con mayor frecuencia por los docentes son las actitudes negativas de los alumnos, los problemas de disciplina en el aula, las malas condiciones de trabajo, la sobrecarga laboral, los conflictos entre profesores, los cambios rápidos en las demandas de currículo y la organización, entre otros. Así por ejemplo, el trabajo de Fernández indica que, de una relación de 10 estudios realizados en la capital, el 43,2% de los docentes limeños experimenta altos niveles de burnout.



Extraído de
Síndrome de burnout en docentes de
Educación Básica Regular de Arequipa
Educación Vol. XXII, N° 42, marzo 2013, pp. 53-76 / ISSN 1019-9403
Walter Lizandro Arias Gallegos
Noelia Araceli Jiménez Barrios

viernes, 20 de septiembre de 2013

Medidas de intervención sobre el burnout

El burnout está entre nosotros, y especialmente ha afectado a la docencia. Es necesario conocer sobre él, y fundamentalmente como enfrentarlo ¿Qué estrategias se pueden utilizar? El conocimiento es una de las armas, y la lucha debe entablarse en todos los niveles educativos y también en los de decisión. En los siguientes párrafos encontrarán una descripción de las estrategias de intervención señaladas en la teoría.


Estrategias de intervención sobre el burnout.
Son escasos los estudios centrados en qué estrategias de intervención son las mejores para solucionar el burnout en las personas afectadas, ya que a pesar de ser más de veinte años los que se llevan investigando acerca del síndrome, todavía hoy los trabajos se orientan a la descripción del síndrome, o bien a la consecución de un instrumento de medida del mismo. En cualquier caso, describimos a continuación brevemente algunas de las intervenciones que se han planteado, si bien esto no significa que siempre se hayan puesto en práctica, así en algunos casos se ha teorizado al respecto planteando los autores aquellas que creen más eficaces para reducir los niveles de burnout:

Adecuada comunicación.
Freudenberger planteaba que una forma de disminuir el impacto del burnout sería establecer una adecuada comunicación, entendida como la mejora de los canales de comunicación existentes en la organización, tanto en sentido vertical (supervisores) como horizontal (compañeros), lo que permitiría mayor claridad en el desempeño del trabajo, un establecimiento de recompensas adecuado, una igualación de las expectativas potenciales y reales y, como consecuencia de lo anterior, una mayor satisfacción en el trabajo. En definitiva, el autor parte de la hipótesis de que el establecimiento de una adecuada comunicación va a permitir un mejoramiento general de las condiciones del trabajo. En esta misma línea se sitúan Sarros y Densten al plantear el feedback positivo como una de las mejores estrategias para la disminución del síndrome.

Abordar los procesos inconscientes relacionados con el burnout.
Garden señala que una vez que se conozca la naturaleza precisa de los procesos no conscientes que subyacen al burnout la intervención habrá que dirigirla a estos procesos con un programa terapéutico similar al que se efectuaría ante cualquier otro problema psicológico. Recordemos que la autora, si bien acepta la influencia negativa del contexto organizacional en la génesis del síndrome, otorga a las características de personalidad de una importancia fundamental en el desarrollo del mismo, de ah í que su planteamiento de intervención sea con un enfoque clínico de carácter más clásico.

Inoculación de estrés.
Recientemente, Freedy y Hobfoll han planteado como técnica terapéutica para la solución del burnout la inoculación del estrés, ya que parten del supuesto de que burnout y estrés laboral son un mismo síndrome y, en tanto que estrés laboral es un tipo de estrés y la técnica se ha mostrado efectiva para su tratamiento; sugieren que la aplicación de la misma y la mejora del estado psicológico del individuo es una consecuencia lógica. En este planteamiento subyace el concepto de que burnout, como cualquier otro problema psicológico, debe ser afrontado desde la perspectiva clínica habitual, obviando la complejidad del síndrome que otros autores plantean, como hemos visto a lo largo del capítulo, y que harían del burnout "algo" más complejo que un simple "problema psicológico". Los autores lo aplican a un grupo de sujetos que sufrían burnout, obteniendo unos resultados esperanzadores.

Rotación.
Hiscott y Connop, desde una perspectiva organizacional, mantienen que una forma de solucionar el burnout es establecer rotaciones regulares entre los trabajadores afectados de burnout, que permitan reducir los efectos acumulativos de los estresores laborales. Lógicamente, si conseguimos que un trabajador disponga de una movilidad efectiva cuando las variables predictoras del burnout (inadecuados canales de comunicación, falta de recompensas, inadecuación de las expectativas, entre otras) están afectando al trabajador, éste podrá "escapar" del síndrome en otro puesto de trabajo. Esta estrategia, en principio es adecuada cuando son las variables organizacionales, básicamente, las que están incidiendo en la aparición y mantenimiento del burnout, y cuando estas variables se concentran en un puesto de trabajo determinado. Desconocemos los efectos beneficiosos que puede tener este planteamiento cuando las variables que afectan al individuo son, fundamentalmente, personales o cuando, a pesar de ser las de tipo organizacional las que predominan, afectan a toda la estructura laboral y, consecuentemente, a todos los puestos que el individuo puede desempeñar.

Terapia racional emotiva.
Ursprung señala que puesto que en el burnout están mediando pensamientos irracionales provocados por los diferentes eventos estresantes, se hace necesario hacer frente al síndrome mediante reestructuración cognitiva que permita combatir los pensamientos generadores de la situación aversiva en la que se encuentra, y que ayude a dotar al individuo de estrategias de afrontamiento efectivas para superar su situación.

Programa de intervención amplio.
Varios investigadores sugieren, a partir de amplias revisiones sobre el tema, que para hacerle frente al burnout no es suficiente con técnicas terapéuticas clásicas, sino que, puesto que se trata de un síndrome complejo y amplio en cuanto a sus causas y consecuencias, también la intervención que se ponga en marcha debe ser planificada con este carácter amplio. Comprenden que desde el punto de vista más clínico, cuando la incidencia de las variables personales son muy claras, un programa de este tipo deber á reunir un conjunto de estrategias terapéuticas ya conocidas en cuanto a su efectividad (inoculación de estrés, modificación de conducta, técnicas racionales, entre otras), pero ya que las variables organizacionales son muy relevantes cuando el burnout se conceptualiza en el contexto organizacional, los programas de intervención tendrán que enfocarse desde esta perspectiva: mejorar los canales de comunicación horizontales y verticales, establecer un adecuado sistema de recompensas, promover profesionalmente a los trabajadores intentando igualar las expectativas personales con las organizacionales, buscar la satisfacción en el trabajo, etc.

A nuestro juicio, probablemente, esta última línea de intervención sea la más adecuada a la hora de manejar el problema del burnout dada la compleja caracterización del síndrome, aunque las investigaciones en esta línea no han sido muy abundantes, quedando pendiente comprobar la efectividad de este planteamiento, as í como de cualquier otro que se describa en relación a la búsqueda de soluciones para el burnout padecido por los individuos.

Para terminar este apartado podemos citar el reciente trabajo de Richardsen y Burke, en el cual los autores marcan una serie de objetivos de intervención según el marco teórico desde donde situemos el estudio del síndrome, como es la propuesta de Sánchez Caro que plantea ante el fenómeno burnout, una combinación de terapia psicológica (psicoterapia dirigida a corregir disfunciones cognitivo-emocionales) y terapia farmacológica (ansiolíticos y antidepresivos), y que considera la estrategia de intervención óptima.




Tomado sobre investigación de:
Enrique J. Garcés de Los Fayos Ruiz
- Profesor de la Universidad de Murcia (Facultad de Psicología), desde 1994
- Doctor en Psicología por la Universidad de Murcia en 1999
- Autor de diferentes libros, artículos y participaciones en Congresos nacionales e internacionales.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Modelos explicativos del Síndrome de Burnout


El estrés laboral crónico, o “estrés malo”, llegó para quedarse entre los docentes. Lo primero que debemos hacer es conocerlo ¿Cuáles son los modelos explicativos? ¿En que consisten el modelo cínico y el psicosocial? ¿Cuáles son las manifestaciones clínicas?

Aunque no existe una definición unánimemente aceptada sobre burnout, sí parece haber consenso en que se trata de una respuesta al estrés laboral crónico, una experiencia subjetiva que engloba sentimientos y actitudes con implicaciones nocivas para la persona y la organización. El síndrome de “estar quemado” puede estudiarse desde dos perspectivas, clínica y psicosocial. La perspectiva clínica asume el burnout como un estado (concepción estática) al que llega el sujeto como consecuencia del estrés laboral, y la psicosocial, lo define como un proceso con una serie de etapas que se generan por interacción de las características personales y del entorno laboral.

Modelos explicativos del Burnout
a)         Modelo clínico. Desde una perspectiva clínica, Freudenberger (1974), empleó por vez primera el término burnout para describir un conjunto de síntomas físicos sufridos por personal como resultado de las condiciones de trabajo. Según este autor, es típico de las profesiones de servicios de ayuda y se caracteriza por un estado de agotamiento como consecuencia de trabajar intensamente, sin tomar en consideración las propias necesidades. Este enfoque sostiene que burnout aparece más frecuentemente, en los profesionales más comprometidos, en los que trabajan más intensamente ante la presión y demandas de su trabajo, poniendo en segundo término sus intereses. Se trata de una relación inadecuada entre profesionales, excesivamente celosos en su trabajo y clientes excesivamente necesitados, como respuesta del profesional asistencial al realizar un sobreesfuerzo.

En esta misma línea,  se consideró el burnout como un estado resultante del trauma narcisista que conllevaba una disminución en la autoestima de los sujetos, mientras que se lo conceptualiza como un estado en el que se combinan fatiga emocional, física y mental, sentimientos de impotencia e inutilidad y baja autoestima. Este estado según estos autores iba acompañado de un conjunto de síntomas que incluía vacío físico,
sentimientos de desamparo y desesperanza, desilusión y desarrollo de un autoconcepto y una actitud negativa hacia el trabajo y hacia la vida misma. En su forma más extrema, el burnout representa un punto de ruptura más allá del cual la capacidad de enfrentarse con el ambiente resulta severamente disminuida y es especialmente duro para personas entusiastas e idealistas. Esta imagen del profesional como héroe trágico, víctima de su propio celo e idealismo, que paga un elevado precio por su alto rendimiento, fue la primera aproximación a este fenómeno, pero no se ajusta al modelo que actualmente se acepta.

b)        Modelo psicosocial. Desde una perspectiva psicosocial, la mayoría de sus adeptos, aceptan hoy la definición de burnout elaborada por Maslach y Jackson en 1986, quienes lo consideran como una respuesta, principalmente emocional, situando los factores laborales y los organizacionales como condicionantes y antecedentes. Estos estudios argumentan que el Burnout es un síndrome tridimensional que se desarrolla en aquellos profesionales cuyo objeto de trabajo son personas (usuarios) y añaden tres dimensiones características:
-          Agotamiento emocional. Se define como cansancio y fatiga que puede manifestarse física, psíquicamente o como una combinación de ambos. Es la sensación de no poder más de sí mismo a los demás.
-          Despersonalización. Es la segunda dimensión y se entiende como el desarrollo de sentimientos, actitudes, y respuestas negativas, distantes y frías hacia otras personas, especialmente hacia los beneficiarios del propio trabajo. Se acompaña de un incremento en la irritabilidad y una pérdida de motivación hacia el mismo. El profesional trata de distanciarse no sólo de las personas destinatarias de su trabajo sino también de los miembros del equipo con los que trabaja, mostrándose cínico, irritable, irónico e incluso utilizando a veces etiquetas despectivas para aludir a los usuarios y tratando de hacerles culpables de sus frustraciones y descenso del rendimiento laboral.
-          Sentimiento de bajo logro o realización profesional y/o personal. Surge cuando se verifica que las demandas que se le hacen, exceden su capacidad para atenderlas de forma competente. Supone respuestas negativas hacia uno mismo y hacia su trabajo, evitación de las relaciones personales y profesionales, bajo rendimiento laboral, incapacidad para soportar la presión y una baja autoestima. La falta de logro personal en el trabajo se caracteriza por una dolorosa desilusión y fracaso en dar sentido personal al trabajo. Se experimentan sentimientos de fracaso personal (falta de competencia, de esfuerzo o conocimientos), carencias de expectativas y horizontes en el trabajo y una insatisfacción generalizada. Como consecuencia: la impuntualidad, la abundancia de interrupciones, la evitación del trabajo, el absentismo y el abandono de la profesión, son síntomas habituales y típicos de esta patología laboral.

Si bien, la mayoría de las investigaciones actuales aceptan la perspectiva psicosocial, algunos autores discrepan de los supuestos planteados por Maslach y Jackson en 1986, De lo que no parece haber dudas es de que el síndrome de burnout comprende una serie de alteraciones físicas, comportamentales y emocionales que tienen su origen en factores individuales, laborales y sociales.

Manifestaciones clínicas
En cuanto a los síntomas, diversos autores revelan que se pueden agrupar en cuatro áreas sintomatológicas:
-          Síntomas psicosomáticos: Destacan los dolores de cabeza, fatiga crónica, úlceras o desórdenes gastrointestinales, dolores musculares en la espalda y cuello, hipertensión y en las mujeres pérdidas de ciclos menstruales.
-          Síntomas conductuales: Engloba síntomas tales como ausentismo laboral, conducta violenta, abuso de drogas, incapacidad de relajarse, etc.
-          Manifestaciones emocionales. El distanciamiento afectivo que el profesional manifiesta a las personas a las que atiende, la impaciencia, los deseos de abandonar el trabajo y la irritabilidad, forman parte de las manifestaciones emocionales que conforman el tercer grupo sintomatológico. Es también frecuente, la dificultad para concentrarse debido a la ansiedad experimentada, produciéndose así un descenso del rendimiento laboral, al mismo tiempo, le surgen dudas acerca de su propia competencia profesional, con el consiguiente descenso en su autoestima.
-          Síntomas defensivos. Los síntomas defensivos que aluden a la negación emocional. Se trata de un mecanismo que utiliza el profesional para poder aceptar sus sentimientos, negando las emociones anteriormente descritas cuyas formas más habituales son: negación de las emociones, ironía, atención selectiva y el desplazamiento de sentimientos hacia otras situaciones o cosas. También pueden utilizar para defenderse la intelectualización o la atención parcial hacia lo que le resulta menos desagradable.


Extraído de
¿Cómo se presenta en síndrome de burnout en el personal docente de la sum remedios?
Autores:
Maylí Dagmi Fernández Pérez.
Coordinadora de Maestría.SUM Remedios-Policlínico Universitario “30 Aniversario de la caída en combate del Guerrillero Heroico y sus Compañeros”. Remedios, Villa Clara. Cuba.
Isaias Rojas Lleonart
Profesor.Sede Universitaria Municipal de Remedios (Universidad Central “Marta Abreu” de las Villas). Avenida General Carrillo No. 61. Remedios CP 52700. Villa Clara.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Propuesta de trabajo para combatir al Síndrome de Burnout

Existe una gran preocupación por el estrés laboral en los ámbitos de la investigación. En numerosos trabajos aparecen diversas técnicas y estrategias de afrontamiento, de las que nos hemos ocupados en otras publicaciones. En esta, transcribimos en forma detallada, estrategias para combatir el burnout, repartidas en trece sesiones.
 


Mi propuesta surge en base a que habiendo variedad de publicaciones sobre estrategias de intervención y afrontamiento del burnout en los docentes, estas suelen estar dispersas y poco desarrolladas, por lo que propongo elaborar una estrategia común escogiendo lo mejor de las estrategias señaladas ofreciendo una síntesis de la información recogida en líneas globales en un programa para maestros de educación primaria para ayudar a prevenir y afrontar el síndrome de burnout, que pueda ser adaptada a cualquier centro educativo. El programa consistirá en un conjunto de sesiones grupales cuya duración será de dos horas una vez por semana; los objetivos de este programa de prevención y afrontamiento del burnout son prevenir o disminuir el síndrome en los maestros sirviéndonos del contenido de las sesiones grupales para que adquieran diferentes estrategias, habilidades y competencias que ayuden a este propósito. Las sesiones que se presentan a continuación se estructuran en base a los tres niveles mencionados en este trabajo: el individual, el grupal y el organizacional, por lo que mi propuesta abarcará estos tres niveles.

Comencemos con las estrategias del nivel individual.
Sesión nº 1: El síndrome de burnout en los docentes
En esta sesión se analizará conceptualmente el síndrome de burnout, explicando en qué consiste, sus características más generales, sus manifestaciones más evidentes y signos de alerta, sus síntomas y consecuencias y el porqué de este programa, mostrándoles la información de los elevados niveles de burnout en los maestros, y por tanto, lo adecuado que es seguir este programa. Con el conocimiento del síndrome estarán preparados para reconocer fuentes de estrés o síntomas de éste. También se explicará de forma breve en qué consistirán las diferentes sesiones y se responderá cualquier pregunta al respecto de lo comentado. Además realizarán el M.B.I.-E.S. (ED), que es el inventario específico para detectar el burnout en los docentes.

Sesión nº 2: Manejo eficaz del tiempo
El entrenamiento para manejar el tiempo de manera eficaz tiene como objetivo que los maestros aprendan a gestionar su tiempo de forma adecuada priorizando las actividades importantes que se deben realizar en horario disponible, aumentando la cantidad de tiempo disponible para atender las actividades prioritarias y reducir la percepción y frecuencia de las condiciones laborales de urgencia. Para conseguir estos propósitos se darán estrategias como dejar siempre un tiempo para imprevistos, realizar planes diarios de tareas a cumplir, plantearse objetivos realistas, tener pequeños descansos en el trabajo para desconectar de este, tener tiempo libre para realizar alguna actividad placentera para cada uno, y evitar estímulos externos para que no hagan perder el tiempo.

Sesión nº 3: Respiración y relajación
El objetivo de la técnica de respiración que realizaremos es facilitar el control voluntario de la respiración y automatizarla para que pueda ser utilizada en situaciones de estrés y tensión. Se enseñará la técnica de respiración diafragmática respirando profundamente, cogiendo el aire por la nariz y notando cómo el abdomen se llena de aire, manteniéndolo un tiempo hasta expulsarlo por la boca también lentamente repitiéndolo varias veces.

El objetivo de las técnicas de relajación que realizaremos es reducir los niveles de tensión psicológica a través de la relajación física. Comenzaremos enseñando la técnica de relajación de Jacobson. Esta técnica consiste en tensar los músculos conscientemente para relajarlos después. Con esta técnica diferenciaremos qué es tensión y qué es relajación, de manera que dominándola controlaremos nuestro estado de tensión. Posteriormente enseñaremos una técnica de relajación breve cuyo objetivo es relajarse en un espacio de tiempo muy limitado y en una situación natural. Por lo que esta técnica será de mayor utilidad cuando tratamos de controlar los síntomas del síndrome de burnout en un momento de estrés y ansiedad concretos.

Sesión nº 4: Reestructuración cognitiva
Con esta sesión pretendemos conseguir que los sujetos adquieran capacidades que les ayuden a detectar pensamientos negativos y automáticos que les crean malestar para que consigan cambiarlos o modificarlos por otros más adaptativos. Para ello analizaremos ciertas ideas irracionales y distorsiones cognitivas como la sobregeneralización, la falacia del cambio, la visión catastrófica y pensamiento dicotómico, después se enseñarán alternativas a estos pensamientos para reducir ese malestar que nos proporcionan.

Sesión nº 5: Solución de problemas
Con la técnica de solución de problemas se pretende ayudar a las personas en la toma de decisiones ante sus problemas habituales consistiendo en la identificación del problema, el análisis de alternativas posibles, la búsqueda de alternativas y la toma de decisiones sobre la solución más adecuada. Se realizará con problemas reales que los maestros pueden encontrar en el día a día en su puesto de trabajo.

Sesión nº 6: Ejercicio físico
El ejercicio físico es beneficioso para la salud en general y para el estrés en particular. El objetivo es explicar a los docentes de primaria que a través del ejercicio físico se puede obtener una mejor respuesta ante los estresores. En esta sesión se explicará lo beneficioso de realizar ejercicio físico continua y regularmente, se indicarán los ejercicios físicos más beneficiosos contra el estrés y burnout, que son los de tipo aeróbico, así como la manera de realizarlos, respondiendo dudas que puedan surgir sobre las actividades físicas indicadas.

Las estrategias del nivel grupal se trabajarán en las siguientes sesiones

Sesión nº 7: Asertividad.
En esta segunda sesión se abordará el tema de la asertividad explicando en qué consiste este término: la asertividad positiva y negativa y los comportamientos asertivo, pasivo y agresivo. Se explicarán diversas técnicas de asertividad (como la del disco rayado) para por último realizar un role-playing de una situación que se puede dar en el colegio para aplicar lo aprendido en la sesión.

Con todo lo expuesto se pretende que los maestros aprendan cómo comportarse de manera asertiva y así controlar a través de la asertividad ciertas situaciones que se dan entre compañeros o con alumnos.

Sesión nº 8: Pautas para mejorar el ambiente del centro.
El objetivo de esta sesión es que los maestros de Primaria aprendan a llevar mejor el trabajo en el centro. Para ello se darán estrategias para conseguir un ambiente de trabajo sano, describiendo el rol del maestro con sus obligaciones y derechos, para conocerlo bien y eliminar el malestar y estrés que provoca la ambigüedad sobre estos términos y se explicará la manera adecuada de llevar a cabo la carga lectiva y laboral de manera que no nos sobrepase dando ciertas pautas.

Sesión nº 9: Actividades gratificantes y sociales.
El objetivo es explicar a los maestros de Primaria como la realización de actividades gratificantes a nivel social son una buena estrategia para prevenir y afrontar el burnout y que las pongan en practica. Para ello se propondrán actividades gratificantes grupales a realizar por los docentes en su tiempo libre, en las cuales haya un ambiente de aceptación, comprensión y apoyo. Los propios maestros también realizarán aportaciones de estas actividades.

Sesión nº 10: La comunicación
El objetivo de esta sesión es mejorar las habilidades de comunicación básicas para poder aplicarlas en situaciones interpersonales conflictivas que pueden presentarse en el centro de Educación Primaria. Para ello se explicarán los componentes básicos del proceso de comunicación. Se trabajará la comunicación verbal y la no verbal, la postura, la distancia y sus tipos en una conversación, la mirada, la expresión facial, los gestos, el volumen y entonación del habla y la fluidez.

Sesión nº 11: Apoyo social y habilidades sociales
El objetivo de esta sesión es aumentar el apoyo social y las habilidades sociales de los maestros de Primaria, de manera que perciban un mayor apoyo, comprensión y respeto y se sientan apreciados, estimados y valorados por parte de los compañeros y se comprendan y aborden de una mejor manera los problemas a los que se puedan enfrentar, basándose en la confianza mutua y aprendiendo a ofrecer ayuda y recursos si los compañeros los necesitan.
Para ello se trabajará la escucha activa, la manera adecuada de preguntar, y el modo de reforzar y apoyar a los compañeros.

Se propondrá que se realicen reuniones entre los maestros asistentes creando un grupo de apoyo en el que cada docente sienta apoyo y respaldo emocional y donde se escuchen activamente unos a otros sin juzgar, para posteriormente proponer soluciones a los problemas de los demás pero sin imponer opiniones.

Las estrategias organizacionales se tratarán en la siguiente sesión.

Sesión nº 12: Estrategias dirigidas a la organización
El objetivo de esta sesión es mostrar como desde la organización se pueden tomar ciertas medidas para la prevención y afrontamiento del síndrome de burnout y que puedan ser aplicadas.

Para contribuir a la prevención y afrontamiento del burnout desde la organización se deben flexibilizar los plazos de realización de las diferentes tareas de los docentes que en muchas ocasiones desbordan su capacidad ya que son excesivas, informar sobre el síndrome de burnout a los docentes que forman parte del colectivo docente del centro de manera que conozcan cómo prevenirlo y detectarlo y afrontarlo en caso de padecerlo, otra estrategia es reducir la carga lectiva y aumentar sus recompensas y reconocimientos. Otro aspecto importante es aumentar la participación de los docentes en la toma de decisiones y fomentar redes de apoyo entre los compañeros, ocio y desarrollo personal y profesional, para que se sientan queridos, respetados y apoyados, potenciando el trabajo en grupo también es necesario procurar que en el centro se den unas buenas condiciones ambientales, teniendo en cuenta los principios ergonómicos para fomentar un mejor estado general en el puesto de trabajo. Aumentar la competencia profesional mediante la formación inicial y continua a la vez que facilitarles información de realimentación y aumentar su autonomía.

La mejor manera de abordar estas estrategias es que desde la organización se realice una dirección participativa donde se escuchen las propuestas y demandas de parte de los maestros.

Sesión nº 13: Recomendaciones
En esta última sesión se indicará lo adecuado de seguir realizando las técnicas aprendidas a lo largo del programa, a la vez que se explicarán otras estrategias mostrando los beneficios que se conseguirán siguiéndolas, algunas de ellas son realizar actividades placenteras en el tiempo libre, el mantener unos correctos hábitos de sueño, alimentación, el buen humor y la risa, haciendo hincapié en dos estrategias, una es la importancia del apoyo social ya que con éste el maestro se sentirá apreciado, estimado y valorado, al ser redes de relaciones duraderas interpersonales basadas en la confianza mutua, intercambiando opiniones, compartiendo valores y ofreciéndose apoyo emocional, asistencia y recursos en caso de necesidad. La importancia del apoyo social radica en que permite afrontar mejor el burnout y el estrés, actuando este apoyo como mediador en los procesos de burnout reduciendo el efecto estresante de las condiciones del entorno. Y la otra es la de pertenecer a un grupo de apoyo que consiste en un conjunto de personas que han pasado por experiencias similares y que se reúnen periódicamente para conversar sobre su situación. Su objetivo es que cada persona sienta apoyo y respaldo emocional, aquí cada miembro escucha activamente al otro, sin juzgarle, para posteriormente proponer soluciones a los problemas de los demás pero sin imponer su opinión.

Después de esto se les pedirá que unos meses después realicen de nuevo el M.B.I.-E.S. (ED) para comprobar la eficacia de estas estrategias comparando los resultados con los de la primera sesión.


Extraído de:
La prevención y el afrontamiento del síndrome de burnout en los docentes de Educación Primaria
Autor: Francisco Andrés Tudela Carrillo
Universidad Internacional de La Rioja Facultad de Educación

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