El “estrés malo” llegó para quedarse, existen actividades que son más propensas y generan un marco propicio para su desarrollo, y las educativas son un ejemplo. Es necesario defendernos, y el conocimiento es un arma importante ¿Cuáles son las consecuencias personales y laborales que produce? ¿Qué modelos explican su existencia?
Vamos a analizar las principales consecuencias personales, familiares y laborales que se encuentran en los estudios más relevantes de la literatura sobre el tema. Una vez más, aparecen numerosas discrepancias entre diversos autores respecto a cuales son las principales consecuencias que afectan a los docentes en su ámbito de trabajo. Respecto a las consecuencias personales, destacan la incapacidad para desconectar del trabajo, los problemas de sueño, el cansancio que aumenta la susceptibilidad a la enfermedad, problemas gastrointestinales, de espalda, cuello, dolores de cabeza, enfermedades coronarias, sudor frío, nauseas, taquicardia, aumento de enfermedades virales y respiratorias que están relacionados en numerosas ocasiones con el abuso de fármacos tranquilizantes, estimulantes, abuso de café, tabaco, alcohol y otras drogas, destacando en la literatura la proliferación en las cifras de consumo de alcohol entre los profesores. En la misma línea, Quevedo-Aguado encuentran que mayores puntuaciones en despersonalización dan lugar a un incremento de los trastornos psicofisiológicos, mientras que Smith señala que un alto nivel de estrés predice problemas de salud física y mental. Asimismo, Matud, García y Matud, señalan que la insatisfacción con el rol laboral y la presión en el trabajo correlacionan con sintomatología de tipo somático, depresiva, de ansiedad e insomnio. Por otro lado, Calvete y Villa presentan coeficientes de correlación significativos entre el cansancio emocional y síntomas de depresión, somatización, ansiedad, dificultades cognitivas y sensibilidad interpersonal. Pines et al. señalaron que las consecuencias que a nivel psicológico afectan al profesor que padece burnout son numerosas: falta de autorrealización, baja autoestima, aislamiento, tendencia a la autoculpa, actitudes negativas hacia uno mismo y hacia los demás, sentimientos de inferioridad y de incompetencia, pérdida de ideales, irritabilidad, hasta casos más extremos de intentos de suicidio, cuadros depresivos graves, ansiedad generalizada, fobia social y agorafobia. Finalmente, cabe señalar como consecuencia evidente del estrés y burnout, la insatisfacción laboral, citada por un alto número de autores. Finalmente, las consecuencias que el estrés y burnout tienen sobre la familia han sido poco estudiadas en la literatura científica. Se describen profesores que llegan tensos a casa, agotados física y psicológicamente, con cuadros de irritación, cansados de escuchar y hablar sobre problemas de otras personas. Estas condiciones no propician, en absoluto, un clima ideal para una adecuada vida familiar y de pareja. Por otro lado, la vida de la pareja sufre un enorme deterioro, siendo la responsable de un importante número de divorcios dentro de este tipo de profesiones.
Modelos explicativos
del burnout en profesores
Derivado fundamentalmente de los estudios sobre las causas
del estrés y burnout del profesor, algunos autores conforman modelos
explicativos de este fenómeno que ejemplifican los itinerarios que siguen los
docentes hacia el estrés y las variables más importantes que influyen durante
este proceso. Dentro de los más importantes destacan el modelo de burnout del
profesorado derivado de la revisión bibliográfica del término realizado por
Byrne. Este modelo se complementa con un estudio efectuado en Canadá sobre 1242
profesores de Educación Infantil, 417 de Primaria y 1479 de Secundaria, en donde
se correlacionan los factores más estudiados en la literatura con las
puntuaciones de cansancio emocional, despersonalización y realización personal
del MBI. Las variables más destacadas por esta autora son la ambigüedad y el
conflicto de rol, la sobrecarga laboral, el clima de clase y la autoestima.
Otro de los modelos más citados en la literatura es el
realizado por Kyriacou y Sutcliffe. Estos autores describieron un modelo sobre
el burnout de los profesores que posteriormente sería ampliado por Rudow y levemente
modificado por Worral y May. Consideraron al estrés como un proceso en el que
la valoración y las estrategias frente a las demandas laborales que el profesor
realiza en su trabajo son determinantes en la aparición del burnout . Su
interacción con las características personales, factores organizacionales y la
actividad diaria influyen durante todo el proceso. Los datos en los que se basó
este modelo parten de las investigaciones realizadas por Kyriacou con 127
profesores a los que administraron diferentes medidas relacionadas con el
estrés, el burnout y síntomas de ansiedad, encontrando correlaciones
significativas entre el burnout y síntomas psicosomáticos de ansiedad.
Posteriormente, Rudow, tomando como referencia el modelo de Kyriacou y Sutcliffe,
recoge evidencias empíricas analizando los resultados de diversas
investigaciones realizadas en distintos países, en los que se correlacionan
diversas medidas de burnout con variables organizacionales y personales del
profesorado. También analiza investigaciones que relacionaron aspectos
fisiológicos, bioquímicos e inmunológicos con el burnout, dando lugar a lo que
denominó modelo de reacciones negativas de tensión y consecuencias en la
actividad docente. Teniendo en cuenta los resultados de estas investigaciones,
Rudow mantiene que la sobrecarga laboral y una situación cronificada de estrés
son las principales causas del síndrome de burnout, que genera una reducción de
la actividad laboral y la aparición de trastornos psicosomáticos.
Otro de los modelos explicativos del burnout en profesores
es el planteado por Leithwood, Menzies, Jantzi y Leithwood. Estos autores,
mediante una pormenorizada revisión de la literatura, seleccionan 18 estudios
empíricos sobre el burnout de los profesores y sus causas, teniendo en cuenta
el número de sujetos, el método utilizado y el procedimiento. A partir de los
datos obtenidos generaron un modelo explicativo del burnout en profesores que
parte de tres constructos interrelacionados: las transformaciones en la escuela
y las decisiones de los administradores y jefes de las instituciones
educativas, los factores organizacionales y los factores personales. Estos
constructos los crean según la aparición de las distintas variables en los 18
estudios analizados, agrupándolas en estos tres factores generales según el
número de veces que aparecen en los resultados de estas investigaciones. Pero,
sin lugar a dudas, el más aceptado por la comunidad científica internacional es
el modelo multidimensional del burnout en profesores de Maslach y Leiter. Este
modelo recoge las experiencias y estudios elaborados por Maslach, Jackson y
Leiter en los últimos veinte años. Como instrumento fundamental de evaluación
se utiliza el MBI con todas las connotaciones conceptuales en su definición
como constructo, que utilizan como punto de partida para adaptarlo a la
situación específica del ámbito educativo. El burnout se concibe como una
experiencia individual y crónica de estrés relacionada con el contexto social.
El modelo incluye tres componentes: la experiencia de estrés, la evaluación de
los otros y la evaluación de uno mismo. Es un síndrome psicológico formado por
el cansancio emocional (componente de estrés que implica una incapacidad para
obtener de uno mismo los suficientes recursos emocionales necesarios para
afrontar el trabajo), la despersonalización (componente asociado a la
evaluación de los demás en la que afloran sentimientos negativos de
distanciamiento y cinismo con respecto a los clientes) y una baja realización
personal (componente relacionado con la evaluación negativa de uno mismo y con
sentimientos de insatisfacción sobre el resultado de su trabajo). De forma que
lo primero que aparece en el sujeto es el cansancio emocional dando paso
posteriormente a la despersonalización y a la baja realización personal,
proceso que replica Dorman en una reciente investigación sobre 246 profesores
de centros privados. Este modelo establece una serie de dimensiones que se
relacionan entre sí y que influyen directamente en la aparición del burnout . Dentro
de éstas, los factores más importantes son la conducta del profesor, su
percepción sobre el alumnado, la conducta de éste y sus resultados. No
obstante, estas autoras plantean que el aspecto fundamental de la vivencia
negativa que supone el fenómeno del burnout está directamente relacionada con
la percepción que tiene el profesor de todos los factores anteriormente
descritos y que su solución o la mejor forma de actuar ante la proliferación
del teacher burnout solo la podemos encontrar en la prevención que pueda
ejercer la administración educativa y la adecuación de leyes y reformas
educativas coherentes y realistas a la situación actual, dotando de
infraestructura personal y material, suficiente y adecuada a los centros, que
les permita adaptarse y asumir los cambios sociales que se vayan produciendo.
En conclusión, cabe destacar que todos los estudios en los que se basan los
autores para definir sus modelos son correlacionales, siendo los instrumentos
de evaluación más utilizados el MBI y la entrevista. Destacan
las distintas delimitaciones conceptuales sobre términos como estrés, fatiga o
burnout lo que conlleva que siga sin haber un consenso unificado sobre el
contenido de estos conceptos. De esta forma, Byrn, Kyriacou y Sutcliffe
destacan factores y variables personales como las más determinantes frente al
modelo de Leithwood et al., que dan más importancia a las características
organizacionales. Finalmente, el modelo que actualmente cuenta con más
partidarios es, sin duda, el multidimensional de Maslach y Leiter, que
contempla la interacción de varios tipos de factores, sin destacar de forma
particular a unos más que a otros, sino que será esta interacción la que
delimite cuales son las variables más importantes en un caso en concreto.
Extraído de
Estrés y burnout en profesores
Juan Antonio Moriana Elvira y Javier Herruzo Cabrera
(Universidad
de Córdoba, España)
International Journal of Clinical and Health
Psychology ISSN 1697-2600
2004, Vol. 4, Nº 3, pp. 597-621
1 comentario:
¡¡Excelente artículo!!
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