Como el Síndrome de
Burnout está presente en muchos ámbitos laborales, es necesario reconocerlo,
definirlo con precisión. En los siguientes párrafos, la autora transcribe las
definiciones más aceptadas, en la corta vida de este síndrome.
El síndrome de Burnout, es una de las consecuencias más
documentadas hoy día, también llamada, síndrome "estar quemado/a"
(SEQ). Se define el término burnout, término anglosajón cuya traducción de más
próxima al castellano es desgastado, exhausto, pérdida de ilusión por trabajar,
"quemado", en términos coloquiales.
Guerrero, escribe: "la
historia sobre burnout es reciente porque a Europa no llega a estudiarse hasta
entrados los años 80, aunque desde entonces han sido múltiples las líneas de
investigación surgidas y todas coinciden en afirmar que en el desgaste psíquico
están implicados factores que van desde los personales y el contexto
organizacional, hasta aquellos relacionados con la formación académica (exceso
de contenidos teóricos y escasas actividades prácticas) que estos profesionales
reciben en escuelas o centros universitarios".
Se trata de una respuesta múltiple derivada de un estrés
emocional crónico y que cursa con: agotamiento emocional y psicológico, actitud
fría y despersonalizada con los demás, y sentimientos de no adecuarse a las
tareas a desarrollar. La persona efectivamente siente que no puede ofrecer nada
a nivel afectivo, presenta falta de energía y recursos emocionales. Se suele
dar entre los trabajadores docentes, y cuando decimos que el profesional está
quemado queremos expresar que la situación le ha desbordado, y su capacidad de
adaptación ha quedado reducida.
Bardo P. ; Alvarez y Fernández, afirman que entre los
efectos del burnout se pueden destacar consecuencias tanto desde el punto de
vista profesional (impuntualidad, abundancia de interrupciones, evitación del
trabajo, absentismo, impuntualidad, falta de compromiso en el trabajo, un
anormal deseo de vacaciones, una disminución en la autoestima, así como una incapacidad
para tomarse a la escuela en serio, e incluso al abandono de la profesión); y
por ende económico, como desde el aspecto humano Las personas afectadas parecen
presentar una mayor vulnerabilidad a padecer accidentes laborales, síntomas
médicos (como depresión, hipertensión, alteraciones de tipo
gastrointestinal...), pérdida de la voz e incluso abuso de drogas, incluyendo
el tabaco. También influye en el rendimiento académico del alumnado.
Kyriacou, afirma que aunque el estrés ocupacional no es
específico del profesorado, diversos estudios muestran que el burnout es un
problema más importante en la profesión docente que en otras profesiones con
similares demandas académicas y personales.
El colectivo de la enseñanza constituye uno de los
principales afectados por la depresión, la fatiga psíquica, el estrés y otras
dolencias psíquicas o derivadas de ellas, como el denominado síndrome del
quemado o burnout.
El modelo de burnout más utilizado en los estudios sobre
profesores es el modelo trifactorial de Maslach.. Afirman que el burnout es un
síndrome de Agotamiento emocional, Despersonalización y bajo Logro o
realización personal en el trabajo.
Cansancio emocional, la sensación de no poder dar más de sí
mismo a los demás, manifestándose por la pérdida de energía, el agotamiento
físico y/o psicológico y la fatiga.
Despersonalización,
actitud especialmente fría y distante hacia los "clientes" que actúa
como mecanismo de defensa para protegerse del sentimiento negativo propio del
agotamiento emocional, anteriormente comentado. A través de este mecanismo
trata de distanciarse de los miembros del equipo de trabajo mostrándose
irritable, irónico e incluso utilizando etiquetas despectivas para aludir a los
clientes o usuarios. Esta actitud es una forma de aliviar la tensión
experimentada restringiendo la intensidad de relación con los demás para
adaptarse a la situación.
Sentimiento de
inadecuación profesional y personal al puesto de trabajo, que surge en estos
profesionales al verificar que las demandas laborales exceden su capacidad para
atenderlas de forma efectiva y competente.
Los principales
síntomas del quemado no aparecen de golpe, forman parte del proceso de desgaste
laboral; entre ellos destacan la irritabilidad y repentinos cambios de humor,
cansancio crónico y falta de energía, percepción desproporcionada de los
propios errores e incapacidad para ver los éxitos laborales, ausencias
injustificadas al trabajo, insomnio... Estos síntomas forman parte de una larga
lista de dolencias que dan lugar al círculo vicioso del estrés laboral.
El profesorado no recibe ninguna formación específica ni
ninguna preparación psicológica para enfrentarse a la desmotivación del
alumnado y a la falta de recursos para solucionar los problemas de grupo. De
ahí que la impotencia para solucionar los conflictos cotidianos cause problemas
psicológicos y tensión laboral. Junto a ello, las malas condiciones educativas
y la falta de reconocimiento social de la tarea del docente inciden de manera
determinante en el bienestar de los profesores.
Autora
Pilar Sanchez Alvarez
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