Si bien el Síndrome de Burnout tiene presencia activa en muchos ámbitos laborales, tiene una corta vida como preocupación en las ciencias. En estos párrafos, la autora hace un pantallazo sobre cómo fue considerado en estas últimas décadas.
El término de burnout; fue utilizado por primera vez por el
psiquiatra estadounidense Herbert Freudenberger en los años 70, quien en su
trabajo en una clínica de New York, observó a los voluntarios que atendían a
toxicómanos, y cómo éstos, presentaban en forma progresiva, pérdida de la
energía, síntomas de ansiedad y depresión, así como también agresividad por sus
pacientes y desmotivación en su trabajo. Freunderberger describe al burnout
como un agotamiento físico y psicológico que presentan los trabajadores.
En 1980, los autores Jerry Edelwich y Archie Brodsky,
definen al burnout como un proceso de desilusión o de desencanto hacia la
actividad laboral, y para explicar ese proceso elaboran un modelo de cuatro
fases: idealismo y entusiasmo, estancamiento, apatía y distanciamiento.
En la década de los años 80 las psicólogas Christina Maslach
y Susan Jackson, consideraron al burnout como una respuesta al estrés laboral
crónico , integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas
con las que se trabaja (actitudes de despersonalización) y hacia el rol
profesional (falta de realización profesional en el trabajo) así como por la
vivencia de encontrarse emocionalmente agotado, creando el cuestionario Maslach
Burnout Inventory (MBI), instrumento utilizado para medir el nivel de burnout
en las personas. Maslach estableció la conceptualización del burnout como una
respuesta al estrés laboral crónico que se manifiesta en aquellas profesiones
de servicios, caracterizadas por una atención intensa y prolongada a personas
que están en una situación de necesidad o dependencia.
En sus inicios el burnout se entendía como un estado, actualmente
se construye conceptualmente como un proceso en el que se incluyen las tres
dimensiones: agotamiento emocional, despersonalización y baja realización
personal en el trabajo, que puede desarrollarse en aquellas personas cuyo
objeto de trabajo son personas en cualquier tipo de actividad.
El término de síndrome de burnout ha ido evolucionando a
través de los años, conociéndosele también como: síndrome de quemarse por el
trabajo, síndrome de estar quemado en el trabajo, síndrome de quemarse en el
trabajo, síndrome de estar quemado, síndrome del quemado, estos términos hacen
referencia a la denominación en castellano y también al término original anglosajón.
Otro grupo considera denominar a este término considerando la patología, en
lugar de su traducción, como desgaste psicológico por el trabajo, desgaste
ocupacional, desgaste profesional, agotamiento profesional, síndrome del
cansancio emocional. Existe un tercer grupo que lo determina como un sinónimo
de estrés laboral, considerando las siguientes denominaciones: estrés crónico
laboral asistencial, estrés laboral asistencial, estrés profesional, estrés
laboral.
El síndrome de burnout podría presentarse en profesores que
tienen trato directo con los alumnos, compañeros de trabajo, padres de familia,
a esto se suma las bajas remuneraciones y el sistema educativo cambiante
presentándose en los maestros síntomas como el cansancio emocional,
despersonalización, no sintiéndose satisfechos en sus trabajos y por ende la
falta de estímulo para capacitarse.
El Sahili & Kornhauser en investigaciones recientes
señala:
El síndrome del burnout es un estrés prolongado que viven
quienes trabajan directamente con personas y donde esfuerzos hechos no se ven
compensados suficiente. Quienes son más propensos a sentir estos síntomas son
los docentes, policías, terapeutas, enfermeras, etc.
Extraído de:
NIVELES DEL SINDROME DE BURNOUT EN PROFESORAS DE EDUCACION
INICIAL SECTOR CALLAO
Tesis para optar el grado académico de Maestro en Educación
Mención en Psicopedagogía de la Infancia
BACHILLER ROSA GLADYS
SOTO CARRILLO
BACHILLER NORKA ROSARIO VALDIVIA ESCOBEDO
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