Al referirnos a “Constructos” decimos “Construcción teórica para resolver un problema científico determinado”. Creemos importante diferenciar al Burnout con otras construcciones ¿Qué lo diferencia del “Estrés general”? ¿Es lo mismo que la “fatiga física”? ¿O que el tedio? ¿Qué relación mantiene con la depresión? ¿O con determinadas crisis que aparecen en nuestra vida? ¿Cómo distinguirlos?
El concepto de Burnout ha dado lugar a muchas discusiones
por la confusión que genera a la hora de diferenciarlo con otros conceptos,
pero Shirom afirma que el Burnout no se solapa con otros constructos de orden
psicológico. Centrándonos estrictamente en las diferencias del Burnout con
otros conceptos psicológicos y psicopatológicos, se puede demostrar que este
síndrome se diferencia del Estrés General, Estrés Laboral, Fatiga Física,
Depresión, Tedio o Aburrimiento, Insatisfacción Laboral y Acontecimientos
Vitales y Crisis de la Edad
Media de la Vida; aunque se compartan algunos síntomas o
procesos de evolución similares. Precisemos las diferencias.
1. Estrés general.
Entre Estrés General y síndrome de Burnout se distingue con
facilidad pues el primero es un proceso psicológico que conlleva efectos
positivos y negativos, mientras que el Burnout sólo hace referencia a efectos
negativos para el sujeto y su entorno. Es evidente que el estrés general se
puede experimentar en todos los ámbitos posibles de la vida y actividad del ser
humano a diferencia del Burnout, que como la mayoría de los autores estiman, es
un síndrome exclusivo del contexto laboral.
2. Fatiga física
Para diferenciar la Fatiga Física del síndrome de Burnout lo fundamental
es observar el proceso de recuperación, ya que el Burnout se caracteriza por
una recuperación lenta y va acompañada de sentimientos profundos de fracaso
mientras que en la fatiga física la recuperación es más rápida y puede estar
acompañada de sentimientos de realización personal y a veces de éxito.
3. Depresión
Ya Oswin y Maher plantearon un solapamiento entre Depresión
y Burnout, que fue objeto de estudio en adelante. McKight y Glass demostraron a
partir de investigaciones empíricas que los patrones de desarrollo y etiología
eran distintos, aunque los dos fenómenos pueden compartir algunas sintomatologías.
Se ha confirmado que la depresión tiene una correlación significativa con el
Cansancio Emocional, pero no con las otras dos dimensiones del Burnout como son
la baja realización personal y la despersonalización o cinismo. Uno de los
síntomas más destacados de la depresión es el sentimiento de culpa, mientras
que en el Burnout los sentimientos que predominan son la cólera o la rabia. Aunque por
otro lado, encontramos que Feudenberg considera que la depresión es uno de los
síntomas más característicos del Burnout. La teoría de COR sugiere que los síntomas de la depresión
pueden emerger en una etapa posterior al Burnout, es decir cuando las pérdidas
ascienden.
Apoyando la idea de éste último, Hätinen y cols. concluyen a
partir de los diversos planteamientos revisados, que hay mayor aceptación en
considerar a la depresión como una consecuencia negativa del Burnout.
4. Tedio o
aburrimiento
Los términos Tedio o Aburrimiento han sido utilizados en
diversas situaciones y se les ha dado diferentes significados. Por lo tanto,
para explicar las diferencias con el síndrome de Burnout, es conveniente
realizar un análisis según cada autor. Hallberg
distingue la diferencia de los términos en el proceso de desarrollo,
planteando que cuando aumenta el agotamiento emocional, disminuye el tedio.
Entonces, sería este proceso lo que lleva al trabajador a desarrollar el
Burnout. Por el contrario, Faber limita el Burnout a las profesiones
asistenciales y aplican el término de tedio o aburrimiento a los otros tipos de
trabajos que no tienen características humanitarias. Pines & Krafy concuerdan en que el Burnout es generado por
repetidas presiones emocionales, mientras que el tedio o aburrimiento puede
resultar de cualquier tipo de presión o falta de motivación o innovación en el
ámbito laboral del sujeto, pero apoyan que ambos términos son equivalentes
cuando el fenómeno es consecuencia de la insatisfacción laboral.
5. Acontecimientos
vitales y crisis de la edad
Media de la vida
La crisis de la edad media de la vida del sujeto se
diferencia del Burnout porque tal crisis se puede desencadenar cuando el
profesional hace un balance negativo de su posición y desarrollo laboral y, sin
embargo, el Burnout se da con mayor frecuencia en los jóvenes que se han
incorporado recientemente en su nuevo empleo; porque éstos no suelen estar
preparados para afrontar los conflictos emocionales que se les presentan desde
el exterior.
Así pues, de los múltiples estudios empíricos realizados se pueden
extraer, de forma global, dos posturas ante la conceptualización del Burnout.
Por un lado, algunos plantean que la falta de acuerdo en la conceptualización
del Burnout y las dificultades para diferenciar nítidamente el síndrome siguen
obstaculizando la investigación, pues el problema de la imprecisión y
ambigüedad del concepto le hacen ocultarse bajo el más amplio del estrés. Un
ejemplo, según expone Garcés de Los Fayos, es el hecho de que mientras Meier
afirma que el constructo Burnout cumple los criterios de validez convergente y
discriminante, Moreno, Oliver y Aragoneses demuestran que la validez del
constructo es susceptible de diversas críticas en cuanto a métodos y
definiciones imprecisas. En este sentido, Davidoff plantea que quizás se esté
utilizando un nuevo término para definir antiguos problemas, ya que el Burnout
tiene una gran semejanza con otros constructos. Así y todo, en la actualidad,
hay coincidencia en considerar el Burnout como un síndrome con identidad
propia.
En lo que aquí nos interesa, para diferenciarlo de otros constructos
es imprescindible tomar en cuenta su multidimensionalidad, su relación con
variables antecedentes- consecuentes y su proceso de desarrollo progresivo y
continuo; suponiendo éste último la interacción secuencial de variables
emocionales (CE y DP), cognitivas (RP) y actitudinales (DP) dentro de un
contexto laboral.
Extraído de:
Martínez Pérez, Anabella (2010). El síndrome de Burnout.
Evolución conceptual y estado actual de la cuestión. Vivat Academia.
nº 112. Septiembre. 2010.
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