El Burnout está
entre nosotros, afecta en menor o mayor grado a muchas personas, debemos actuar
desde todos los frentes. En esta publicación nos dedicamos a las actividades de
prevención y afrontamiento desde el punto de vista social ¿Qué puede hacer la
organización para “cuidar al que cuida”?
Con ellas se busca romper el aislamiento y mejorar los
procesos de socialización al potenciar el apoyo social a través de políticas de
trabajo cooperativo. Se ha demostrado que el apoyo social amortigua los efectos
perniciosos de las fuentes de estrés laboral e incrementa la capacidad del
individuo para afrontarlas. Sandín afirma que el apoyo social actúa sobre la
salud de forma directa. Asegura que disfrutar de una óptima red de apoyo
facilita las experiencias individuales de autoestima, afecto positivo y
sensación de control, que protegen al individuo de posibles trastornos y que
posiblemente mejoren el sistema inmunológico.
Adler y Matthews han comprobado que el apoyo social se
relaciona significativamente con la salud física y psicológica. Señalan que
favorece la salud, porque se relaciona negativamente con el comienzo de las
enfermedades, o bien porque facilita la recuperación de los pacientes con algún
tipo de trastorno.
Se ha propuesto como estrategia útil la creación de
dinámicas potentes de apoyo social con el aumento de las reuniones de grupos
profesionales para romper el aislamiento laboral. En este sentido, Esteve
sugiere actuar prioritariamente respecto al apoyo social que el profesor
recibe. Para García el trabajo en equipo y los equipos multidisciplinares
contribuyen a disipar las actitudes negativas y a mejorar la comprensión de los
problemas.
Estrategias de
intervención organizacional
Estamos convencidos de que las acciones específicas de los
programas de intervención organizacional se han de dirigir a la modificación de
los aspectos disfuncionales en la estructura de la organización, la
comunicación, la formación de los profesionales, los procesos de toma de
decisiones, el ambiente físico, los turnos, el reparto de tareas, etc. Parkes
afirma de manera categórica que es ingenuo e incluso éticamente discutible el
someter a los trabajadores a programas de entrenamiento contra el estrés
mientras persistan en la empresa las exigencias excesivas o las condiciones de
trabajo inapropiadas.
En los profesionales docentes, aumentar la competencia
profesional mediante la formación inicial y continua es una estrategia
organizacional recomendada habitualmente para la prevención y el tratamiento
del estrés laboral y del burnout. Oliver propone que los planes de formación
del profesorado se fundamenten en una información realista que incluya tanto
los aspectos relacionados con las tareas y funciones que deberán desempeñar los
docentes, como lo relativo a sus derechos y obligaciones. Asimismo, deberá
incluir orientación referente a la problemática a la que usualmente se verán
sometidos e información sobre el síndrome de burnout, su génesis y desarrollo,
y las estrategias para su manejo y control.
Más recientemente, Fernández-Garrido ha puesto de manifiesto
que mediante planes de carrera adecuadamente concebidos se reduce el efecto de
las fuentes de estrés laboral, además de que dichos planes constituyen un
importante factor motivacional. Del mismo modo, las organizaciones han de
prestar atención especial a los aspectos relacionados con el tiempo (turnos,
tipo de jornada laboral, plazos de realización, etc.). Es recomendable disponer
no sólo de diversas estrategias para reducir los tiempos de exposición al
estrés, como la elección de los turnos de trabajo y los horarios flexibles,
sino de una adecuada planificación que evite la percepción de urgencia en el
trabajo. GilMonte y Peiró, en cambio, han sugerido como estrategias preventivas
la implementación de sistemas de evaluación y retroinformación adecuados.
Aumentar la participación de los trabajadores en la toma de
decisiones, darles formación sobre conocimientos y destrezas para el desempeño
eficaz de tareas, formarlos para la toma de decisiones, el trabajo en grupo y
el desarrollo de habilidades interpersonales, son otras estrategias
organizacionales. Resultan especialmente beneficiosos los estilos de dirección
participativos, pues aumentan el control sobre el propio trabajo y protegen de
los efectos del estrés.
Finalmente, la aparición de conflictos en el ámbito laboral
es algo lamentablemente habitual, lo que requiere tanto de la elaboración de
planes de actuación que ayuden a reducir dicha aparición como de la creación de
procedimientos de arbitraje y de mediación de conflictos.
Consideraciones
finales
Los distintos trabajos que hemos revisado ponen de
manifiesto que, para explicar la complejidad del síndrome de burnout, éste se
ha de enfocar desde una perspectiva amplia, lo que a su vez nos lleva a
plantear que la forma más eficaz de abordar la prevención y el tratamiento sea
integral, con intervención en todas sus dimensiones. El modelo
cognitivo-conductual permite desarrollar un tratamiento fundamentado en la
interacción persona y medio, centrado en conductas específicas actuales y en
las variables que las controlan en el momento presente. Con base en este
modelo, hemos propuesto el diseño de un programa de intervención con formato
grupal cuyo objetivo es equipar a los participantes con estrategias de
afrontamiento que les permitan mejorar su salud, calidad de vida laboral y
comodidad personal. Al lector interesado en profundizar en el tema, lo
remitimos a Guerrero y Vicente en cuyo trabajo se detalla sesión a sesión el
proceso completo de intervención.
En investigación educativa, la preocupación por el
profesorado ocupa un lugar privilegiado como tema de actualidad. Los profesores
son pieza clave y de sustancial importancia en la construcción de un futuro
mejor y, por ello, la investigación dentro de este ámbito ha de seguir siendo
una prioridad en los años venideros.
La sociedad de la información ha cambiado su modelo y
necesita profesionales que se adapten a los constantes cambios tecnológicos,
sociales y culturales. Ante esto se requiere una formación actualizada y
continua, necesaria para hacerle frente. Nos referimos a programas de formación
integral que contemplen el desarrollo de competencias personales, emocionales,
sociales y profesionales que serán las que faciliten la comunicación, el
desempeño del trabajo en grupos, la autogestión de las emociones, la
creatividad, la innovación, etc.
La necesidad de analizar la problemática que afecta a los
profesionales de la docencia y de estudiar el síndrome de burnout viene unida a
nuestro interés por tratar los procesos de estrés laboral y los estresores. Es
importante insistir en la sensibilidad que las organizaciones y
administraciones públicas han de tener respecto a la salud dentro de la vida
laboral que procuren a sus empleados y a la sociedad en general.
Tenemos el convencimiento de que en un futuro, no sólo la
puesta en marcha y el desarrollo de programas preventivos, sino su evaluación,
se realizarán mediante un riguroso seguimiento, y deseamos que su afianzamiento
sea una medida más de seguridad, higiene y salud mental.
Extraído de:
ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN DEL “BURNOUT”
EN EL ÁMBITO EDUCATIVO
Eloísa Guerrero Barona
Jesús Carlos Rubio Jiménez
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