El Síndrome de
Quemarse por el Trabajo no es un problema nuevo, sin embargo, hoy en día éste
se encuentra de forma más frecuente y preocupante entre los profesionales,
principalmente de las áreas de la salud, educación, servicios sociales, entre
otras, que tienen en común la atención o el servicio directo a otras personas
¿Cuáles son los antecedentes teóricos? ¿Qué dimensiones lo caracterizan?
La profesión docente, a través del tiempo, ha pasado por
cambios constantes, estos han sido marcados por la forma en que la sociedad
entiende su papel, por las necesidades políticas de la nación o por las
ideologías que los propios profesores conciben como las más adecuadas para su
labor, en ocasiones estos tres rubros dejan de estar en sintonía y se crean
tensiones.
Estas tensiones pueden derivar en diversos malestares: estrés,
depresión y entre ellos el Síndrome de Quemarse por el Trabajo (SQT), que es
quizá uno de los más importantes por las delicadas consecuencias que puede
acarrear, no sólo al individuo que lo padece sino a todo el sistema educativo.
Antecedentes teóricos
El Síndrome de Quemarse por el Trabajo no es un problema
nuevo, sin embargo, hoy en día éste se encuentra de forma más frecuente y
preocupante entre los profesionales, principalmente de las áreas de la salud,
educación, servicios sociales, entre otras, que tienen en común la atención o
el servicio directo a otras personas.
Este síndrome conocido internacionalmente como Burnout tiene
una corta vida en la investigación educativa. En 1974, el término fue acuñado
en primer lugar por Herbert Freudenberger, quien mostró gran interés al
observar el agotamiento físico y mental que experimentaban tanto él como sus
compañeros de trabajo en una clínica psiquiátrica. Otra pionera en el estudio
del Síndrome fue Cristina Maslach (1982), quien tomó el término por la forma en
que coloquialmente se nombraba en Estados Unidos a las personas que padecían
abuso crónico de alguna droga y también era usado por los abogados para
referirse a manifestaciones similares al fenómeno investigado en ambientes de
pobreza.
El término ha sido difundido y consolidado como un síndrome
tridimensional derivado de un estrés emocional crónico, considerado así a
partir de estudios realizados por Maslach y Jackson. Aunque el concepto varía
entre los diferentes autores que lo han trabajado, la base para la
conceptualización del Burnout generada por Maslach permanece.
Actualmente y después de diversos estudios se ha llegado a
diversas definiciones, este trabajo estuvo basado en la que desarrolló
Gil-Monte:
…una respuesta al estrés
laboral crónico integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las
personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por
la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado. Esta respuesta ocurre con frecuencia
en los profesionales de la salud y, en general, en profesionales de
organizaciones de servicios que trabajan en contacto directo con los usuarios
de la organización.
De este modo el Síndrome de Quemarse por el Trabajo se
relaciona con los procesos organizacionales del centro de trabajo así como las
tareas propias del trabajo realizado.
El SQT para ser llamado así debe presentar las tres
dimensiones que lo caracterizan:
a) Desgaste Psíquico que se refiere a la aparición de
agotamiento emocional y físico;
b) la Indolencia que es la manifestación de actitudes
negativas de indiferencia y cinismo hacia los clientes de la organización;
c) Ilusión por el trabajo (ausencia de ella), definida como
el deseo del individuo de alcanzar las metas laborales porque supone una fuente
de placer personal.
En algunos casos esto se agrava con la presencia de
sentimientos de culpa por el comportamiento y las actitudes negativas
desarrolladas en el trabajo, en especial hacia las personas con la que se
establecen relaciones laborales, su aparición es posterior a las otras tres
dimensiones. Esta cuarta dimensión, ya había sido contemplada por estudiosos
del tema entre ellos, Maslach y Freudenberger, sin embargo, es Gil Monte quien
la sistematiza ante diversos estudios y observaciones del fenómeno y la incluye
como parte del SQT y advierte que ésta puede o no presentarse en los
individuos, ya que su aparición puede estar predispuesta por los valores
sociales y la ética profesional del individuo.
La escuela como
organización
El Burnout, se ha estudiado desde diferentes perspectivas y ramas
de la ciencia; la psicología lo ha caracterizado como un síndrome, entendiendo
que un cuadro o conjunto sintomático; una serie de síntomas y signos que
existen a un tiempo y definen clínicamente un estado determinado. La
sociología, así como la educación, han fijado su atención hacia este síndrome
por su alcance en problemas que se han presentado al interior de las escuelas,
interfiriendo con las relaciones sociales entre los docentes y la gente con
quien laboran y por los efectos negativos que este síndrome puede causar a la
calidad educativa.
Estos efectos negativos han sido estudiados desde la
perspectiva psicológica, de manera particular la clínica, que fue la primera en
estudiar este síndrome, siendo Freudenberger quien realiza el primer
acercamiento, determina sus síntomas, su curso clínico y da recomendaciones de
tratamiento.
La psicología social, estudiada por Maslach y Jackson, centra
la investigación sobre el estudio de las condiciones laborales de los
individuos y su relación con el Burnout. Hace énfasis en la relación del rol
con el estrés de los individuos, además de cómo se vive la relación con los
receptores de sus servicios, la fatiga mental derivada de esta relación y la
percepción del desarrollo de su propio trabajo.
Lo anterior antecede a la perspectiva organizacional, que
estudia la conducta de los individuos y de los grupos en un contexto
organizacional. Esta rama del enfoque psicológico, señala que las
organizaciones transmiten a sus integrantes ciertas expectativas a cumplir,
delimitando sus conductas e implantando ciertas constricciones. Son
definiciones importantes el rol, los fines de la organización, los sistemas de
autoridad, la jerarquía y la integración.
Las escuelas son un tipo especial de organización que tienen
enormes similitudes con otro tipo de organizaciones. El marco del rol del
profesor es muy amplio, es en el salón de clases donde se da la interacción maestro-alumno,
que es el cimiento de la profesión docente y es allí, donde el profesor estará
influenciado por variables organizacionales de la institución escolar y de la sociedad. El propio
rol del profesor está determinado por ciertas variables organizacionales que
traspasan el ámbito del aula escolar.
Reflexiones finales
Con los resultados mostrados en este estudio se reafirma que
el SQT es un síndrome asociado con la percepción del ambiente organizacional
que los sujetos manifiestan tener de su trabajo, y que está asociada con los
desajustes provocados en las áreas laborales de las instituciones educativas
que inducen a estar expuestos a estresores que llevan a desembocar en el SQT o
sus dimensiones.
Se confirma también una tendencia de presentar sentimientos
de culpa en forma de “U” con respecto a la edad de los profesores, aunque de
manera diferenciada entre los maestros de primaria y secundaria, ya que en este
último grupo de docentes la etapa final de su labor docente pareciera
mantenerse constante en proporciones altas de sujetos con esta dimensión, con
lo cual, como se había mencionado antes se refuerza una de las teorías que se
tiene en cuanto a que los sujetos inexpertos y los que están por jubilarse
tienden a tener mayor tendencia a presentar SQT, sin embargo, también existe el
supuesto de que los sujetos con mayor edad y experiencia pueden llegar a tener
mayores herramientas para afrontar los estresores de su profesión.
En las instituciones las áreas laborales deben ser cuidadas
y establecer claramente (eso se espera) su asociación con el SQT para evitar
que este fenómeno se presente en todas las instituciones educativas. Lo
anterior deberá tomarse con gran seriedad ya que el SQT se contagia a través de
mecanismos de modelado o aprendizaje por observación durante los procesos de
socialización laboral por lo cual, mantener un estado de salud óptimo entre los
integrantes de las organizaciones poniendo atención en las características de
la misma, puede ser una forma de garantizar la mejora en la calidad educativa
de las instituciones de educación básica.
Para las autoridades educativas el reto es realizar labores
de prevención que eviten el contagio del síndrome apoyándose en expertos del
tema. Las acciones pertinentes deben ir encaminadas a mejorar las condiciones
de trabajo de los centros escolares. Aunque el tratamiento individual para los
docentes que ya padecen el síndrome es importante, los factores de la
organización son más apremiantes que los individuales en el inicio y desarrollo
del SQT. En consecuencia, las evaluaciones de la salud organizacional de las
instituciones deben ser constantes. Es importante que los docentes cuenten con
estrategias de afrontamiento para manejar el estrés como técnicas de relajación,
pero antes deberán tener conciencia de los riesgos de vivir en constante
contacto con los estresores propios de su profesión.
Autoras
Adriana Mercado Salas
Verónica Silvia Noyola Cortés
Universidad Autónoma de Aguascalientes
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