lunes, 23 de junio de 2014

Consecuencias del estrés y burnout en los docentes


El “estrés malo” llegó para quedarse, existen actividades que son más propensas y generan un marco propicio para su desarrollo, y las educativas son un ejemplo. Es necesario defendernos, y el conocimiento es un arma importante ¿Cuáles son las consecuencias personales y laborales que produce? ¿Qué modelos explican su existencia?


Vamos a analizar las principales consecuencias personales, familiares y laborales que se encuentran en los estudios más relevantes de la literatura sobre el tema. Una vez más, aparecen numerosas discrepancias entre diversos autores respecto a cuales son las principales consecuencias que afectan a los docentes en su ámbito de trabajo. Respecto a las consecuencias personales, destacan la incapacidad para desconectar del trabajo, los problemas de sueño, el cansancio que aumenta la susceptibilidad a la enfermedad, problemas gastrointestinales, de espalda, cuello, dolores de cabeza, enfermedades coronarias, sudor frío, nauseas, taquicardia, aumento de enfermedades virales y respiratorias que están relacionados en numerosas ocasiones con el abuso de fármacos tranquilizantes, estimulantes, abuso de café, tabaco, alcohol y otras drogas, destacando en la literatura la proliferación en las cifras de consumo de alcohol entre los profesores. En la misma línea, Quevedo-Aguado encuentran que mayores puntuaciones en despersonalización dan lugar a un incremento de los trastornos psicofisiológicos, mientras que Smith señala que un alto nivel de estrés predice problemas de salud física y mental. Asimismo, Matud, García y Matud, señalan que la insatisfacción con el rol laboral y la presión en el trabajo correlacionan con sintomatología de tipo somático, depresiva, de ansiedad e insomnio. Por otro lado, Calvete y Villa presentan coeficientes de correlación significativos entre el cansancio emocional y síntomas de depresión, somatización, ansiedad, dificultades cognitivas y sensibilidad interpersonal. Pines et al. señalaron que las consecuencias que a nivel psicológico afectan al profesor que padece burnout son numerosas: falta de autorrealización, baja autoestima, aislamiento, tendencia a la autoculpa, actitudes negativas hacia uno mismo y hacia los demás, sentimientos de inferioridad y de incompetencia, pérdida de ideales, irritabilidad, hasta casos más extremos de intentos de suicidio, cuadros depresivos graves, ansiedad generalizada, fobia social y agorafobia. Finalmente, cabe señalar como consecuencia evidente del estrés y burnout, la insatisfacción laboral, citada por un alto número de autores. Finalmente, las consecuencias que el estrés y burnout tienen sobre la familia han sido poco estudiadas en la literatura científica. Se describen profesores que llegan tensos a casa, agotados física y psicológicamente, con cuadros de irritación, cansados de escuchar y hablar sobre problemas de otras personas. Estas condiciones no propician, en absoluto, un clima ideal para una adecuada vida familiar y de pareja. Por otro lado, la vida de la pareja sufre un enorme deterioro, siendo la responsable de un importante número de divorcios dentro de este tipo de profesiones.

Modelos explicativos del burnout en profesores
Derivado fundamentalmente de los estudios sobre las causas del estrés y burnout del profesor, algunos autores conforman modelos explicativos de este fenómeno que ejemplifican los itinerarios que siguen los docentes hacia el estrés y las variables más importantes que influyen durante este proceso. Dentro de los más importantes destacan el modelo de burnout del profesorado derivado de la revisión bibliográfica del término realizado por Byrne. Este modelo se complementa con un estudio efectuado en Canadá sobre 1242 profesores de Educación Infantil, 417 de Primaria y 1479 de Secundaria, en donde se correlacionan los factores más estudiados en la literatura con las puntuaciones de cansancio emocional, despersonalización y realización personal del MBI. Las variables más destacadas por esta autora son la ambigüedad y el conflicto de rol, la sobrecarga laboral, el clima de clase y la autoestima.

Otro de los modelos más citados en la literatura es el realizado por Kyriacou y Sutcliffe. Estos autores describieron un modelo sobre el burnout de los profesores que posteriormente sería ampliado por Rudow y levemente modificado por Worral y May. Consideraron al estrés como un proceso en el que la valoración y las estrategias frente a las demandas laborales que el profesor realiza en su trabajo son determinantes en la aparición del burnout . Su interacción con las características personales, factores organizacionales y la actividad diaria influyen durante todo el proceso. Los datos en los que se basó este modelo parten de las investigaciones realizadas por Kyriacou con 127 profesores a los que administraron diferentes medidas relacionadas con el estrés, el burnout y síntomas de ansiedad, encontrando correlaciones significativas entre el burnout y síntomas psicosomáticos de ansiedad. Posteriormente, Rudow, tomando como referencia el modelo de Kyriacou y Sutcliffe, recoge evidencias empíricas analizando los resultados de diversas investigaciones realizadas en distintos países, en los que se correlacionan diversas medidas de burnout con variables organizacionales y personales del profesorado. También analiza investigaciones que relacionaron aspectos fisiológicos, bioquímicos e inmunológicos con el burnout, dando lugar a lo que denominó modelo de reacciones negativas de tensión y consecuencias en la actividad docente. Teniendo en cuenta los resultados de estas investigaciones, Rudow mantiene que la sobrecarga laboral y una situación cronificada de estrés son las principales causas del síndrome de burnout, que genera una reducción de la actividad laboral y la aparición de trastornos psicosomáticos.

Otro de los modelos explicativos del burnout en profesores es el planteado por Leithwood, Menzies, Jantzi y Leithwood. Estos autores, mediante una pormenorizada revisión de la literatura, seleccionan 18 estudios empíricos sobre el burnout de los profesores y sus causas, teniendo en cuenta el número de sujetos, el método utilizado y el procedimiento. A partir de los datos obtenidos generaron un modelo explicativo del burnout en profesores que parte de tres constructos interrelacionados: las transformaciones en la escuela y las decisiones de los administradores y jefes de las instituciones educativas, los factores organizacionales y los factores personales. Estos constructos los crean según la aparición de las distintas variables en los 18 estudios analizados, agrupándolas en estos tres factores generales según el número de veces que aparecen en los resultados de estas investigaciones. Pero, sin lugar a dudas, el más aceptado por la comunidad científica internacional es el modelo multidimensional del burnout en profesores de Maslach y Leiter. Este modelo recoge las experiencias y estudios elaborados por Maslach, Jackson y Leiter en los últimos veinte años. Como instrumento fundamental de evaluación se utiliza el MBI con todas las connotaciones conceptuales en su definición como constructo, que utilizan como punto de partida para adaptarlo a la situación específica del ámbito educativo. El burnout se concibe como una experiencia individual y crónica de estrés relacionada con el contexto social. El modelo incluye tres componentes: la experiencia de estrés, la evaluación de los otros y la evaluación de uno mismo. Es un síndrome psicológico formado por el cansancio emocional (componente de estrés que implica una incapacidad para obtener de uno mismo los suficientes recursos emocionales necesarios para afrontar el trabajo), la despersonalización (componente asociado a la evaluación de los demás en la que afloran sentimientos negativos de distanciamiento y cinismo con respecto a los clientes) y una baja realización personal (componente relacionado con la evaluación negativa de uno mismo y con sentimientos de insatisfacción sobre el resultado de su trabajo). De forma que lo primero que aparece en el sujeto es el cansancio emocional dando paso posteriormente a la despersonalización y a la baja realización personal, proceso que replica Dorman en una reciente investigación sobre 246 profesores de centros privados. Este modelo establece una serie de dimensiones que se relacionan entre sí y que influyen directamente en la aparición del burnout . Dentro de éstas, los factores más importantes son la conducta del profesor, su percepción sobre el alumnado, la conducta de éste y sus resultados. No obstante, estas autoras plantean que el aspecto fundamental de la vivencia negativa que supone el fenómeno del burnout está directamente relacionada con la percepción que tiene el profesor de todos los factores anteriormente descritos y que su solución o la mejor forma de actuar ante la proliferación del teacher burnout solo la podemos encontrar en la prevención que pueda ejercer la administración educativa y la adecuación de leyes y reformas educativas coherentes y realistas a la situación actual, dotando de infraestructura personal y material, suficiente y adecuada a los centros, que les permita adaptarse y asumir los cambios sociales que se vayan produciendo. En conclusión, cabe destacar que todos los estudios en los que se basan los autores para definir sus modelos son correlacionales, siendo los instrumentos de evaluación más utilizados el MBI y la entrevista. Destacan las distintas delimitaciones conceptuales sobre términos como estrés, fatiga o burnout lo que conlleva que siga sin haber un consenso unificado sobre el contenido de estos conceptos. De esta forma, Byrn, Kyriacou y Sutcliffe destacan factores y variables personales como las más determinantes frente al modelo de Leithwood et al., que dan más importancia a las características organizacionales. Finalmente, el modelo que actualmente cuenta con más partidarios es, sin duda, el multidimensional de Maslach y Leiter, que contempla la interacción de varios tipos de factores, sin destacar de forma particular a unos más que a otros, sino que será esta interacción la que delimite cuales son las variables más importantes en un caso en concreto.




Extraído de
Estrés y burnout en profesores
Juan Antonio Moriana Elvira y Javier Herruzo Cabrera
(Universidad de Córdoba, España)
 International Journal of Clinical and Health Psychology   ISSN 1697-2600
2004, Vol. 4, Nº 3, pp. 597-621

1 comentario:

Leo Pavoni dijo...

¡¡Excelente artículo!!

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