¿Cuáles
son los problemas más frecuentes en la salud mental del docente? ¿En qué
consiste el síndrome de Burnout? ¿Qué incidencia tiene? ¿En qué se diferencia
el estrés del burnout?
La tarea docente evoluciona a la par de los cambios
sociales. Cada vez se torna una actividad más compleja y las consecuencias de
estos cambios afectan a todos los involucrados, particularmente a quienes viven
cotidianamente la educación: profesores y alumnos. Si bien los estudiantes
representan el foco de atención del proceso educativo, de los maestros depende
en buena parte el éxito de esta empresa, pues ellos planean, dirigen y evalúan
el desarrollo y desempeño de los estudiantes.
En esta perspectiva, la salud mental del maestro se
convierte en piedra angular de la educación. Cuando un docente sufre alguna
enfermedad física, un efecto regular es que se ponga en reposo, fuera de la
escuela, hasta que esté en condiciones deseables para regresar al aula; pero
cuando sufre un problema de salud mental, sobre todo del tipo del estrés,
permanece en clase, y muchas veces ni tiene conciencia de su enfermedad, pero
las consecuencias se acumulan para él y los alumnos sufren por ello. La
síntesis de este problema es expresada por Mouly desde 1978 en las siguientes
palabras:
Parece
que algunos maestros tienen las manos tan llenas de sus propios problemas que
difícilmente puede esperarse que trabajen bien en el desarrollo de sus alumnos.
Solo se necesitan uno o dos en cada escuela para echar a pique el programa de
higiene mental en ella. El daño hecho por unos pocos maestros que están mejor
en el papel de beneficiarios que de orientadores es a menudo tan irreparable
como inexcusable.
El presente trabajo se centra en elaborar un
diagnóstico del nivel de estrés que viven los docentes de diferentes niveles
educativos en la ciudad de Villahermosa, Tab., identificando los grados de
riesgo y buscando relaciones significativas con algunas variables
sociodemográficas, para luego contrastar los hallazgos entre profesores de los
diferentes niveles educativos, y así lograr una visión general del problema. En
el aspecto conceptual el tema de estrés se aborda desde el constructo
denominado “burnout” o sensación de “estar quemado por el trabajo”,
desarrollado por Freudemberg en 1975. La evaluación se realiza por medio de la
encuesta MBI-ES (Maslach Burnout Inventory Educators Survey), denominada en su
versión al español.
Para Maslach y Jackson el burnout es “la experiencia de estrés individual que se
incrusta en un contexto de relaciones sociales. Por lo tanto envuelve las
concepciones que una persona tiene de sí misma y el concepto que los demás
tienen de ella”. El modelo multidimensional de Maslach y Jackson incluye
tres componentes relacionados entre sí, el estrés experimentado, la evaluación
de los demás y la autoevaluación. Dicho en otras palabras, estos autores
establecen que la persona que padece este síndrome, experimenta agotamiento
emocional (estrés), despersonalización (evaluación de los demás) y la baja
realización personal en el trabajo (autoevaluación).
Es de suma importancia identificar la presencia de
burnout en los docentes, como un principio para emprender acciones que ayuden a
prevenir o corregir las consecuencias que este síndrome provoca tanto para la
escuela, para el mismo docente y para la sociedad, empezando con los alumnos y
los padres de familia.
El síndrome de burnout ha sido considerado como un mal invisible.
Tan solo en la Unión Europea se asocia con el 50% de las bajas laborales. En
México, a pesar de que cada vez se presta más atención a la salud mental de los
trabajadores, el avance en este tipo de atenciones es casi nulo, en
consideración con las consecuencias que puede acarrear dicho mal. Esto es
porque el burnout toma fuerza de otras
variables biológicas, psicológicas y sociales, que lo disfrazan con algunos
malestares físicos o momentos de mal humor.
Desde el punto de vista conceptual, aunque están
íntimamente relacionados, no se debe de confundir el término estrés con
burnout. A diferencia de un estrés puro, el burnout siempre está asociado a
sentimientos de desvalorización y fracaso. El síndrome del burnout se
manifiesta bajo unos síntomas específicos psicosomáticos (cansancio, fatiga crónica,
frecuentes dolores de cabeza, malestar general, problemas de sueño,
contracturas y algias óseo musculares, úlceras y otros desórdenes
gastrointestinales, pérdida de peso, taquicardia, hipertensión, etc.);
conductuales (mala comunicación, ausentismo laboral, abuso de drogas,
incapacidad para vivir de forma relajada, superficialidad en el contacto con
los demás, aumento de conductas violentas, trastornos en más o en menos del
apetito y la ingesta, distanciamiento afectivo de los clientes y compañeros; emocionales
(distanciamiento afectivo como forma de protección del yo, aburrimiento y
actitud cínica, impaciencia e irritabilidad, sentimiento de omnipotencia,
desorientación, incapacidad de concentración, disminución de la memoria
inmediata, baja tolerancia a la frustración, sentimientos depresivos,
sentimientos de vacío, agotamiento, fracaso, impotencia, baja autoestima y
pobre realización personal); y laborales (detrimento en la capacidad de
trabajo, detrimento en la calidad de los servicios que se presta a los
clientes, aumento de interacciones hostiles, comunicaciones deficientes,
frecuentes conflictos interpersonales en el ámbito del trabajo y dentro de la
propia familia).
Para efectos operativos, en este estudio, el estrés
es la causa principal del burnout, y es evaluado por medio de la prueba de
Maslach, por lo que ambos términos identifican al estrés y se manejan
indistintamente. Consideraremos la combinación de los puntajes obtenidos en
cada una de las escalas de la encuesta de Maslach como indicadores del nivel de
burnout, y éste a su vez como un indicador del nivel de estrés del
docente.
Los estudios más recientes han identificado que
existen algunas profesiones con más tendencia al síndrome de burnout que otras.
Son precisamente las profesiones que pretenden ayudar a las personas. No en
vano una de las profesiones en donde se identificó fuertemente por primera vez
este tipo de problema es en la médica y posteriormente en los docentes, en
donde se ha visto reflejado de manera contundente.
Maslach y Jackson (1981), desde una perspectiva
psicosocial, subrayan la dimensión emocional del burnout como forma de
respuesta al estrés. Pero sin llegar al punto de condenar al estrés como algo
totalmente negativo, pues finalmente
todo sujeto hace constantes esfuerzos cognitivos y conductuales para manejar
adecuadamente las situaciones complejas o difíciles que se le presentan, por
eso no todo el estrés tiene consecuencias negativas; en todo caso, éstas se
producen cuando la situación desborda la capacidad de control del sujeto. Este
resultado lo denominan distrés, a diferencia del estrés positivo o eutrés, que
puede ser un buen dinamizador de la actividad laboral.
Si bien las condiciones de vida de los docentes en
la ciudad de Villahermosa, Tabasco, son diferentes en algunos aspectos a las
que se viven en las macrociudades del país, donde se presumen mayores niveles
de estrés, no deja de ser un referente importante para la comprensión de este
problema. Este estudio se realiza en dos instituciones particulares que tienen
una presencia reconocida en la ciudad y en las que, sumadas, participan
laborando poco más de 200 maestros.
Extraído
de:
BURNOUT
EN PROFESORES DE VILLAHERMOSA TABASCO: ANÁLISIS
CORRELACIONAL
CON VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS Y
LABORALES
Flavio
Mota Enciso
Laura
Mollinedo Riveros
Alejandra
Ordóñez Méndez
Iris
Marlene Torres Ramírez
Universidad
Autónoma de Guadalajara
Campus
Tabasco
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