¿A
qué se llama “Síndrome del Burnout”? ¿Cuántas dimensiones se le reconocen?
¿Cuál es su incidencia?
El
Síndrome de Burnout es considerado por la Organización Mundial de la Salud como
una enfermedad laboral que provoca detrimento en la salud física y mental de
los individuos.
Freudenberger
en 1974, introdujo el concepto de burnout describiéndolo como una sensación de
fracaso y un fuerte desgaste que resultaba de una sobrecarga laboral.
El
burnout se entiende como una manera de acoso psicosocial en la organización, en
la que el trabajador percibe una sensación de desbordamiento e impotencia
relacionada con su entorno laboral (Gil-Monte).
Apiquian
(2007) comenta que, aun cuando no hay una sola definición reconocida sobre
burnout, si hay consenso en que se trata de una respuesta al estrés laboral
crónico que involucra emociones, sentimientos y actitudes con implicaciones
desfavorables para los sujetos y la organización, y generalmente se produce en
el entorno laboral de las profesiones abocadas a la prestación de servicios y
atención al público.
Maslach
y Jackson (1981) concretaron el concepto de burnout como un síndrome
tridimensional y es el que se tomará de base para esta investigación. Esta
perspectiva tridimensional está caracterizada por: agotamiento emocional;
definido como cansancio y fatiga física o emocional, el sujeto experimenta una
sensación de no poder dar más de sí mismo a los demás. La segunda dimensión es
la despersonalización; la persona desarrolla
emociones, sentimientos, actitudes y respuestas negativas hacia los que
reciben el servicio que presta, mostrando una actitud irritable y una falta de
motivación en el trabajo. La tercera dimensión es el sentimiento de baja
realización profesional y/o personal; surge cuando el sujeto percibe que las
demandas que le requieren exceden su capacidad para atenderlas eficazmente,
esquiva las relaciones personales y profesionales, muestra un bajo rendimiento
laboral, es incapaz de trabajar bajo presión, además de desarrollar una baja
autoestima e insatisfacción generalizada.
Gil-Monte
y Peiró, perciben el burnout desde dos aspectos: clínico y psicosocial. Visto
desde el aspecto clínico, el burnout es un estado al que llega el sujeto como
consecuencia del estrés laboral; y el aspecto psicosocial concibe al burnout
como un proceso con una serie de fases que se van generando por la interacción
de las características personales del sujeto y el contexto laboral.
La
definición de Freudenberger (1974) se ubica precisamente en esta perspectiva
clínica y se caracteriza por un estado de agotamiento por el trabajo intenso,
sin tomar en cuenta las propias necesidades; se considera que se presenta con
más frecuencia en los sujetos más comprometidos y en los que trabajan bajo
presión.
La
definición de Maslach y Jackson (1986), que es la que se utilizará en esta
investigación, se ubica en la perspectiva psicosocial, se considera al burnout
como una respuesta principalmente emocional, ubicando los factores laborales y
los organizacionales como condicionantes y antecedentes.
En
los años ochenta, la comunidad científica acepta como prueba psicológica para
medir el burnout: el Maslach Burnout Inventory (MBI) de Maslach y Jackson
(1981); posteriormente y con base en esta prueba, han surgido algunas formas
como el MBI Form Ed (Maslach, Jackson & Schwab, 1986) que es una adaptación
para los docentes; y más recientemente el Cuestionario Breve de Burnout (CBB),
que se propone como un cuestionario complementario para la evaluación de los
factores presentes en el proceso del burnout: antecedentes, síndrome y
consecuentes, y cuyo objetivo no es evaluar específicamente las dimensiones,
sino obtener una evaluación global del mismo. Dadas las características de esta
investigación cuyo interés es evaluar de forma general las dos variables en
estudio, se consideró pertinente utilizar este Cuestionario Breve de Burnout.
En
las revisiones efectuadas, se ha encontrado que la investigación realizada
sobre el síndrome de burnout, está referido principalmente a las profesiones
asistenciales y sociales, de ayuda o del sector servicios, debido a que la
incidencia del síndrome en estas profesiones es mayor que en otras (Gil- Monte,
2005); sin embargo, el trabajo de Silverstein (1986) muestra más de 25 campos
profesionales distintos.
El
caso de los profesionales de la educación, tal y como lo han manifestado
numerosos investigadores son de los más expuestos a padecer el síndrome de
burnout, con todo lo que esto implica para los alumnos.
Se
circunscribe el objeto de estudio a aquellos trabajos que están involucrados
con experiencias realizadas en el ambiente educativo, y se tiene el trabajo de
Rubio Jiménez (1997) quien realiza una investigación con la finalidad de
conocer las características del síndrome burnout en los orientadores de
Institutos Extremeños (IES) y analizar las relaciones entre el burnout y un
grupo amplio de variables personales y organizacionales, subraya que la
orientación en IES puede ser considerada una profesión de riesgo.
Algunos
estudios encontrados se realizan con docentes de educación básica, entre ellos
el de Aldrete, Pando, Aranda y Balcázar (2003) del Instituto Regional de
Investigación en Salud Pública, quienes determinan la prevalencia del síndrome
de burnout y su relación con las actividades que realizan los maestros de
educación básica de la zona metropolitana de Guadalajara, Méx., entre los
resultados que reportan es que el 26% de los maestros presenta un alto nivel de
agotamiento emocional.
Hermosa
(2006) estudia la relación entre la satisfacción laboral y el síndrome de
burnout en profesores de educación primaria y secundaria de un colegio de
Ibagué; encuentra una correlación de tipo negativo entre el burnout y la
satisfacción laboral.
El
trabajo de Cordeiro, Guillén, Gala, Lupiani, Benítez y Gómez (2003), es
desarrollado con docentes de educación primaria de la Bahía de Cádiz, la
investigación se centra en la determinación del grado de salud laboral del
docente a través del estudio del nivel de burnout y depresión. Entre las
conclusiones a las que llegan es la detección de una alta prevalencia del
Síndrome de burnout (41%) y depresión (25%).
Se
presentan a continuación algunos de los trabajos realizados con maestros de educación media; Miño (2003)
desarrolla un estudio correlacional del estrés laboral asistencial (burnout) y
el clima organizacional en profesores de enseñanza media de liceos Científico -
Humanistas Municipalizados y Particulares - Subvencionados de la comuna de
Santiago y encuentra correlaciones significativas entre las dos variables.
El
trabajo reportado por Acosta (2006) tiene como objetivo general, identificar el
síndrome de burnout presente en los profesores del Colegio de Ciencias y
Humanidades de la Universidad Juárez del Estado de Durango, una de las
conclusiones a las que llega la autora, es que dichos docentes presentan un
nivel bajo de síndrome de burnout.
Moriana
y Herruzo (2004) revisan los diferentes hallazgos e investigaciones realizadas
sobre el estrés y burnout en profesores; en su trabajo señalan que los
resultados obtenidos marcan a la profesión docente como una de las más afectada
por el síndrome de burnout.
Dentro
de los trabajos recuperados que tienen como sujetos de estudio a los docentes
de nivel superior, se presenta una investigación desarrollada por Guerrero
(2003) con docentes de la Universidad de Extremadura (España), sobre la
incidencia del síndrome del quemado y modos de afrontamiento del estrés laboral
en el profesorado universitario, reporta que las puntuaciones que presentan los
docentes los ubica en un grado medio de burnout.
Pando,
y otros, presentan un estudio que tuvo entre otros objetivos determinar la
prevalencia específica de burnout en los docentes de la Universidad del Valle
de Atemajac, Guadalajara, Méx., y establecer cuáles factores psicosociales
negativos del trabajo son los que se asocian a la presencia del burnout en esta
población. Entre algunos resultados se discuten como factores de riesgo:
pertenecer al género femenino, la carga de trabajo y las características de la
tarea.
Barraza,
Carrasco y Arreola (2007), desarrollan un estudio que tiene entre sus
objetivos: identificar el nivel del síndrome de burnout en profesores y médicos
de la ciudad de Durango y determinar si las variables sociodemográficas
establecen alguna diferencia entre los dos grupos. Reportan un nivel leve de
Burnout tanto en médicos como en profesores y no encuentran diferencia entre
las variables sociodemográficas estudiadas.
Extraído
de:
SÍNDROME
DE BURNOUT Y SALUD MENTAL POSITIVA EN LOS
DOCENTES
DE POSGRADO
Adla
Jaik Dipp
Roberto
Villanueva Gutiérrez
Jorge
Alberto Tena Flores
CIIDIR‐
IPN, Unidad Durango
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