Podemos caracterizar
al burnout por medio de
a)
“Agotamiento emocional: ansiedad, labilidad con tendencia a la irritación y
cierto abatimiento depresivo.
b)
Sentimiento de inadecuación profesional: El sujeto se siente en dificultades o
impotente para responder a las distintas y cambiantes facetas del desempeño de
su tarea. Este mismo hecho repercute en la aparición de una autoimagen, que
oculta, la falta de competencia y un deseo de una aproximación a los conceptos
de Estrés Laboral y Burnout cambiar de puesto, en muchas ocasiones hacia arriba
en el escalafón, bajando su rendimiento y la calidad de sus prestaciones.
c) Bajada
o pérdida de la autoestima profesional: Esta, evidentemente, repercute en la
autoestima personal, aumentando frente a ella el distanciamiento con compañeros
y usuarios, ante los que con frecuencia se presentan autodefiniéndose como
hipercompetentes.
d)
Modificación de los modos de relación con los compañeros de trabajo y los
usuarios de los servicios: Nos encontramos con que la relación pone de
manifiesto componentes de inhibición, frialdad y distancia, al tiempo que se
convierte en acusatoria hacia los demás de los deterioros en el trabajo; suelen
aparecer descalificaciones masivas e inadecuadas de compañeros y usuarios,
también se ha detectado el empleo, en ocasiones, de formas de humor más o menos
sarcástica.
e) Aumento de la percepción y de la expresión
de insatisfacción en el trabajo: Se detectan situaciones de sobrecarga,
ambigüedad y conflicto de roles, quejas salariales fuera de contexto y todo
ello con un esfuerzo racionalizador en su expresión pero inoperante para su
abordaje.
f) Conflictos interpersonales: En ellos
aparece como común denominador la insensibilidad y la hostilidad más o menos
encubierta. Estos conflictos pueden orientarse tanto hacia los compañeros como
hacia los usuarios y en situaciones más extremas invadir otras esferas tanto
del organigrama como extralaborales.
g) Alteraciones físicas y comportamentales: En
ocasiones pueden aparecer síntomas del tipo: insomnio, cansancio excesivo,
dolores de cabeza y otros, así como aumento en el consumo de tabaco, café,
fármacos, agresividad tanto con compañeros y/o usuarios como familia,
vecinos...” (Olabarría, 1995, pp. 189-190). Como se puede comprobar, es más
fácil describir el Burnout que definirlo. El rasgo fundamental del Burnout es
el cansancio emocional y la sensación de no poder dar más de sí mismo, para
poder protegerse de ese sentimiento negativo, el sujeto trata de aislarse de
los demás, desarrollando una actitud impersonal hacia los usuarios y los
compañeros, mostrándose cínico, utilizando etiquetas despectivas o bien
haciendo a los demás responsables de sus frustraciones. Autores como
Freudenberger , al igual que Edelwich y Brodsky (1980)
definen el síndrome manteniendo la relación entre Burnout y pérdida de ideales,
energía y propósito, limitando el síndrome a individuos muy dedicados y
comprometidos que persiguen la consecución de una meta.
Extraído
de
Profesión
docente y estrés laboral: una aproximación a los conceptos de Estrés Laboral y
Burnout JOSÉ ANTONIO AYUSO MARENTE Universidad de Cádiz, España
Fuente
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