miércoles, 22 de julio de 2009

EL ESTRÉS DEL DOCENTE DESDE LA PERSPECTIVA MEDICO-LABORAL.

Muchos miedos y desánimos son soledad y cansancio.
Baltimore, 1692
INTRODUCCION
Entendiendo la salud como la situación de bienestar físico, psíquico y social (como la define la O.M.S.), conviene definir algunos conceptos que en el lenguaje ordinario se entremezclan entre sí.

Comparemos este bienestar de la persona con un iceberg: la parte emergente (sólo 1/10 del total) correspondería a la “ausencia de enfermedad”. Es en esa pequeña parte donde actúan los llamados “profesionales de la salud”, que deberían llamarse más propiamente “profesionales de la enfermedad”: Médicos, Psicoterapeutas, Fisioterapeutas, Sanitarios, Enfermeros, Odontólogos... Su acción primordial es la curación y la prevención de la enfermedad.

La parte más importante, la que sostiene en realidad el iceberg, corresponde a la generación y conservación del bienestar. Los agentes de la salud son en realidad todos los miembros de la sociedad, en mayor o menor medida según su profesión y grado de implicación personal. Citaremos sólo algunas profesiones por su capacidad de generar salud: Educadores, Arquitectos, Medios de comunicación, Políticos, Ingenieros, Empresarios, Sindicatos, Policía, Economistas, Fontaneros, Electricistas... Su acción primordial es, pues, la promoción y protección de la salud.

Entendiendo así las cosas, el estrés laboral constituiría per se un deterioro de la salud desde el punto de vista social, que además puede propiciar otras alteraciones psíquicas, fundamentalmente la ansiedad y la depresión.

En nuestra época y en el medio laboral docente que nos ocupa, el estrés reviste unas características históricamente nuevas. Ciertamente, ya nuestros antepasados de las cavernas sufrían también estrés al ser perseguidos por el oso que pretendían cazar, pero la situación terminaba pronto, bien siendo devorado por el oso, bien capturando al oso con la gratificación psíquica, física y de consideración social de la tribu.

Sin embargo, en la actualidad las situaciones estresantes persisten en el tiempo, y ciertas características individuales, de cada persona, junto a otras específicamente laborales y de la misma sociedad en general, hacen al trabajador docente más vulnerable a los efectos del estrés del trabajo. De ahí la importancia actual del estrés en el docente, cuya frecuencia de presentación acreditan estudios estadísticos como los que se exponen a continuación, realizados en la última década:

FACTORES
En España, se estima que 1/5 de la población activa, es decir, unos 3 millones de personas, sufren problemas relacionados con estrés. Esta prevalencia concuerda aproximadamente con los datos obtenidos en estudios europeos, como los indicados en la siguiente tabla:

Si la importancia en la población general es alta, ya se apunta en los datos de la tabla anterior que la frecuencia es aún mayor cuando nos centramos en el mundo laboral. Dentro de este colectivo, la docencia está considerada como una de las 10 profesiones más estresantes según el Instituto de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Manchester (Aguayo F, Lama JR. 1996).

En el gráfico siguiente puede observarse la posición que ocupa la docencia, que todavía sería más alta si exceptuamos las cuatro primeras profesiones en las que el estrés procede del riesgo permanente contra su integridad física.


Efectivamente, así puede observarse en el gráfico donde la frecuencia de trastornos relacionados con estrés que producen la baja laboral, se dan con mayor frecuencia en el colectivo docente que en otras actividades laborales.

En los datos presentados en el congreso que se cita a pie del gráfico anterior llama la atención que la incidencia de bajas laborales por todos los diagnósticos es menos alta entre el colectivo docente que entre otros colectivos laborales estudiados. Razones de tipo de actividad sin sobreesfuerzo físico, periodos vacacionales más amplios, ausencia de turnos y de exposición a temperaturas extremas, etc., junto a una profesionalidad “más vocacional”, justifican razonablemente estas diferencias con el sector industrial y con el sector servicios.

Sin embargo la proporción de bajas de naturaleza psíquica con respecto al número total de bajas por todos los diagnósticos es mucho más alta entre el colectivo docente, duplicando o triplicando aquellos valores. Efectivamente, en este colectivo se dan algunas circunstancias, como luego analizaremos, que favorecen la aparición de trastornos mentales derivados del estrés.


Autora: Ana Gómez Seguí

García Martínez, Jesús
Jefe del Servicio de Formación del Profesorado de la DGOIEPL de
la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia
Fuente: http://www.edu.gva.es/per/docs/rlestres_1.pdf

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