En
este artículo se detallan aspectos importantes acerca del problema creado en
torno del malestar docente ¿Qué obstáculos afronta el profesor? ¿Qué
facilitadores dispone? ¿Cómo repercute en el docente?
Los profesores se enfrentan a un nuevo curso escolar, y
algunos lo hacen con un ánimo algo bajo. Muchos de ellos arrastran uno de los
problemas psicosociales más acuciantes en el mundo laboral hoy día: el burnout
o síndrome de quemarse por el trabajo. Año tras año el profesor vuelve a las
clases y no espera recibir mucho aliciente de ellas porque sabe que encontrará
otra vez a los "alumnos" con diferentes nombres que el año anterior,
pero en el fondo con las mismas caras. Unas caras que reflejan emociones poco
entusiastas: aburrimiento, apatía, pasotismo, ira, agresividad, etc. Pero, ¿las
nuevas generaciones "son" así? ¿Los profesores los "ven"
así? ¿Qué está ocurriendo realmente en las aulas?
El rol del profesor en la sociedad actual es retador, pero
a la vez estresante. Esto es una verdadera "ambivalencia" que se
siente y que se manifiesta de modos muy diversos. Del profesor se espera que
eduque, que forme, que oriente, pero a la vez que ejerza, en muchas de las
ocasiones, la función de los padres. Esta responsabilidad junto con las
elevadas exigencias cada vez más complejas tanto por parte de los alumnos,
familiares como de los cambios y reformas de los planes de estudio y de la
reestructuración del sistema educativo, están convirtiendo la docencia en una
profesión de alto riesgo.
El estrés ocupacional se produce cuando hay demandas del
trabajo que exceden los recursos de que dispone el trabajador. Cuando existen
muchas demandas y pocos recursos para afrontarlas, suele producirse un estado
psicológico negativo en el trabajador que se puede manifestar de modos diversos
como por ejemplo la insatisfacción laboral o el burnout (síndrome de quemarse
por el trabajo). Por el contrario, si el trabajador tiene recursos suficientes,
tanto personales como laborales, para afrontar las demandas, su estado
psicológico será positivo con resultados como la satisfacción en su trabajo o
el engagement (vinculación psicológica con el trabajo).
1. ¿Cuáles son los obstáculos y demandas del
profesor?
Los obstáculos son aquellas características del ambiente
laboral que impiden la realización adecuada de las tareas y que reducen el
desempeño laboral. Nuestros resultados ponen de manifiesto que los profesores
perciben dos tipos de obstáculos: obstáculos de tipo social y de tipo técnico.
Los obstáculos sociales se refieren a la indisciplina de los alumnos,
desinterés y falta de motivación y actitudes negativas de los padres hacia el
aprendizaje de los hijos. Por otro lado, los obstáculos técnicos son: los
problemas con los recursos tecnológicos del centro, problemas con el material
didáctico y fallos o averías en la infraestructura o instalaciones. De hecho,
son los profesores que imparten Educación Secundaria los que perciben mayores
obstáculos de tipo social. Además, son los profesores que tienen un destino
provisional en centros públicos los que manifiestan mayores obstáculos
técnicos.
En cuanto a las demandas a las que los profesores se
encuentran más sometidos se destacan las siguientes: sobrecarga mental y
sobrecarga emocional. El trabajo del profesor se caracteriza por la exigencia
de altos niveles de concentración, precisión, y atención diversificada que
implica tener que estar pendiente de muchas cosas a la vez y recordarlas (esto
es la sobrecarga mental). Además, se les exige que se impliquen a nivel
emocional con los estudiantes, padres y compañeros, relaciones que en muchas
ocasiones pueden ser conflictivas (esto es la sobrecarga emocional).
2. ¿Cuáles son los recursos y facilitadores
laborales del profesor?
Los profesores consideran que la autonomía y el apoyo
social que reciben de sus compañeros resultan los recursos más importantes para
afrontar las demandas y los obstáculos de su puesto de trabajo. El hecho de que
los profesores perciban que tienen el suficiente grado de control para decidir
qué tareas, cuándo y cómo realizarlas, así como el apoyo que reciben de sus
compañeros a la hora de llevar a cabo sus tareas, son unos amortiguadores
importantes del estrés. Con respecto a aquellos factores del ambiente laboral
(facilitadores) que los profesores consideran más importantes para mejorar o
facilitar el desempeño del profesor, se destacan el hecho de llevarse bien con
los alumnos, la participación de los alumnos en clase, la gestión eficaz de
reuniones y acceso fácil a la información y materiales, entre otros.
3. ¿Qué repercusiones tiene todo ello sobre el
bienestar psicológico del profesor?
Una de las consecuencias psicosociales que más atención ha
suscitado en los últimos años ha sido el estudio del burnout o síndrome de
estar quemado en el trabajo. El burnout expresa un estado en que el trabajador
se siente como una "vela que se apaga", como "una batería que se
acaba", o como "un fuego que se extingue". Las personas que
sufren burnout manifiestan consecuencias negativas tanto para la propia persona
como para la institución en la que trabajan. Los síntomas del profesor quemado
son agotamiento, acompañado de malestar psicológico, sensación de baja
competencia, disminución de la motivación por el trabajo y el desarrollo de
actitudes cínicas hacia el trabajo y los estudiantes, que a largo plazo podrían
desembocar en problemas de ansiedad y depresión. Todo esto se traduciría en
absentismo laboral, disminución del desempeño, bajas laborales, falta de
calidad de la enseñanza y el aprendizaje de los alumnos.
Los resultados de nuestro estudio muestran que si bien los
niveles de burnout en los profesores no son elevados, sí se observa un
incremento del agotamiento y de la manifestación de actitudes cínicas, así como
una disminución de los niveles de competencia profesional a medida que avanza
el curso escolar. Si comparamos estos datos con los obtenidos con una muestra
de profesores de Universidad observamos que los profesores de Instituto
muestran mayores niveles de cinismo y menores en eficacia profesional.
A todo esto la siguiente cuestión sería: ¿cuál es el
perfil socio-laboral del profesor "quemado"? Los resultados (Salanova)
muestran que:
o Son
las mujeres las que se encuentran más agotadas, menos eficaces y las que
muestran mayores síntomas depresivos.
o Son
los profesores entre 43-57 años los que muestran mayores niveles de cinismo,
menos eficacia profesional, más síntomas depresivos y menos satisfacción
laboral.
Son los que imparten grupos mixtos de Enseñanza Secundaria
los que muestran mayores niveles de agotamiento y cinismo. Siendo los que
imparten secundario los que muestran mayores niveles de ansiedad.
Pero, ¿cuáles son las fuentes del malestar docente? La
presencia de obstáculos y altas demandas en el trabajo junto con la falta de
facilitadores y recursos para afrontarlos tiene como consecuencia la aparición
del malestar docente. De hecho, la presencia de obstáculos tiene efectos
directos sobre el bienestar docente, produciéndose altos niveles de ansiedad y
depresión. Por otro lado, la presencia de altas demandas produce un incremento
del burnout a corto plazo, que influye a su vez en un incremento de la ansiedad
docente. De forma más específica, las fuentes de estrés que los profesores
consideran más importantes son, por orden de importancia:
1. La
cantidad de trabajo que les "sobrepasa" ya sea por falta de tiempo o
de exceso de tareas,
2. La
sobrecarga de tipo emocional (se les exige que se impliquen a nivel personal
con los alumnos, padres, sociedad... en relaciones que son conflictivas),
3. Ambigüedad
de rol o grado en el que el profesor no tiene claro cuál es su rol como
docente, qué se espera de él/ella por parte del Centro, los alumnos, los padres
y la sociedad en general,
4. Conflicto
de rol o grado en el que el profesor percibe instrucciones contradictorias
respecto a cuáles son sus cometidos laborales,
5. Falta
de apoyo social por parte de compañeros, centro, etc.
6. Falta
de coordinación entre los compañeros en realizar trabajo en equipo,
7. Desmotivación,
apatía e indisciplina por parte de los alumnos,
8. Obstáculos
técnicos como problemas en el material didáctico y fallos y/o averías en la
infraestructura y/o instalaciones.
Un nuevo empuje de la Psicología desde un polo más
positivo es lo que se ha venido denominando "Work Engagement" o
vinculación psicológica con el trabajo. Entendido como el opuesto al burnout,
el engagement es un estado en el que el trabajador se siente lleno de energía,
está muy implicado en el trabajo y el tiempo "le pasa volando" debido
a que está concentrado y absorto en sus tareas. Del mismo modo que hemos
señalado que el nivel de burnout en los profesores no es elevado, tampoco lo es
el nivel de engagement. Es decir, no están "quemados", pero su
bienestar psicológico tampoco es el más óptimo. Estudios longitudinales
demuestran que la presencia de facilitadores en el centro educativo incrementa
los niveles de engagement en el profesor (Llorens).
4. ¿Pero con qué recursos personales cuenta el
profesor?
El recurso personal por excelencia en la investigación es
De forma más concreta, cobran especial importancia las
creencias del docente sobre sus competencias para afrontar con éxito problemas
en el aula, con los compañeros, etc.). Estas creencias influyen en el hecho de
que el profesor se perciba competente y en función de eso, perciba una
situación como una amenaza o como un reto. ¿Qué hace que el profesor se sienta
eficaz o no? Una de las fuentes de autoeficacia son los estados afectivos. En
este sentido, nuestros estudios rebelan la existencia de dos posibles vías
responsables de los niveles de autoeficacia. Siguiendo la vía negativa,
aquellos profesores que perciben la existencia de mayores obstáculos para la
realización de sus tareas como docente, son los que muestran mayores niveles de
burnout, y como consecuencia, menores niveles de autoeficacia. De este modo,
aquellos profesores que tienen alumnos problemáticos en clase, poco apoyo de
los compañeros, problemas técnicos en el centro, etc. son los que se muestran
más agotados, manifiestan actitudes más cínicas o distantes hacia el trabajo y
se sienten menos competentes en el desempeño de su rol como docente. Todo esto
hace que el profesor no se sienta capaz para enfrentarse a esta situación en un
futuro. Por otro lado, existe otra vía responsable del incremento de la
autoeficacia en el docente que es la vía positiva o motivacional. Aquellos
profesores que perciben mayores facilitadores, muestran mayores niveles de
engagement, que a su vez incrementa los niveles de eficacia futuros. La
historia no se acaba aquí, puesto que estos niveles de eficacia hacen que el
profesor perciba mayores facilitadores y comience de nuevo todo el proceso,
generándose una espiral positiva de la autoeficacia.
Si bien estos han sido algunos de los resultados más
interesantes obtenidos en el contexto educativo, lo importante de la
investigación es también aportar conocimientos prácticos en materia de
prevención e intervención psicosocial. En este sentido, una de las acciones
prácticas que hemos realizado ya, ha sido la presentación de informes sobre los
riesgos psicosociales en los 34 centros educativos que participaron en el
estudio, así como la organización de las jornadas de sensibilización y difusión
de resultados que se celebraron en la Universitat Jaume I en Diciembre de 2002 y cuyos
resultados se pueden encontrar en Salanova. Respecto al futuro, nuestro equipo
continúa trabajando en esta línea de investigación. En materia de
investigación-acción, una de nuestras acciones más inminentes será la
realización de un tiempo del proyecto de investigación cuya información va a
permitir la obtención de relaciones causa-efecto a más largo plazo, así como
probar la eficacia de algunos programas de intervención realizados previamente.
Llegado este punto nos planteamos ¿cuáles son las acciones
preventivas óptimas para el sector de la Educación Secundaria ? Es necesario continuar (y
en muchos casos "empezar") con la evaluación de riesgos psicosociales
genéricos y/o específicos a un colectivo y/o a centros específicos. También
realizar acciones informativas y divulgativas de concienciación en materia de
cultura preventiva. En este sentido, sería sumamente conveniente el diseño y
realización de acciones de formación continua, como acciones preventivas en
temas específicos (Ej. Prevención del burnout docente, estrategias de
motivación y engagement, incremento de la autoeficacia en el rol docente), así
como la elaboración de programas preventivos y de intervención mediante la
realización de talleres de trabajo ("workshops") para la prevención
del estrés laboral y del burnout que en otros países Europeos, con mayor
tradición en este campo, están ya realizando desde hace bastantes años.
En suma, estos han sido nuestros resultados en materia de
prevención psicosocial del colectivo docente, y esperamos que permitan generar
nuevas perspectivas de investigación-acción con el objetivo de mejorar la
calidad de vida de unos profesionales que merecen un reconocimiento por su
indiscutible papel como agentes de socialización básica de nuestros jóvenes.
Sin ninguna duda, estas acciones innovadoras y los resultados de la
investigación-acción generados podrán generalizarse como modelos de actuación a
otros colectivos del ámbito educativo, así como a otros grupos ocupacionales.
En nuestro país, este tipo de iniciativas nos permitirían salir de los últimos
puestos que mantenemos en la lista de países europeos en materia de prevención
de riesgos laborales, y como consecuencia, dejar de ocupar los primeros puestos
en materia de accidentabilidad y siniestros laborales.
Este artículo fue
publicado en el número 28-2003, páginas 16 a 20.
Marisa SalanovaSusana Llorens
Mónica García-Renedo
Universitat Jaume l. Castellón
En este artículo se
presentan los principales hallazgos de la investigación sobre "Burnout"
e profesores realizado por el equipo WONT_Prevenció Psicosocial de la Universitat Jaume I.
Se aporta información relevante sobre qué es y cómo se manifiesta el
"burnout" docente, cuáles son los obstáculos y las demandas que
producen ese Malestar entre los docentes, así como cuáles son los recursos y
facilitadores laborales para afrontarlo. Por último se discuten las principales
acciones e prevención e intervención psicosocial en este colectivo ocupacional.