El Síndrome del Quemado por el trabajo es un enemigo que acecha a los docentes, debemos conocer sobre él ¿En qué momento comenzó a preocupar a la teoría? ¿Qué dimensiones se le reconocen al síndrome? ¿Qué tipo de factores influyen?
En los setentas Herbert Freudenberg psicólogo clínico de la
ciudad de Nueva York, es el primer profesional en nombrar y utilizar el término
burnout, para referirse a los síntomas que experimentaron tanto él como sus
colaboradores mientras ayudaban a personas que tenían problemas con el abuso de
drogas. Después de un periodo de sentir cansancio, ira, depresión, Freudenberg
llegó a la conclusión que debido al tipo de población con la que él trabajaba,
es decir, personas que estaban especialmente necesitadas y que demandaban gran
parte de su atención, provocaba que sintiera que no podía dar más de sí. Fue
así como en aquella época se utilizó el término burnout para referirse
principalmente a los efectos que ocasionaban en las personas cuya labor estaba
orientada a trabajar con adictos crónicos a las drogas, de tal manera que las
instituciones de sanidad dedicadas a esta labor tomasen las medidas
correspondientes para procurar el bienestar físico y mental de su personal.
Posteriormente, Maslach y Pines investigaron este
padecimiento desde una perspectiva psicosocial. En el año 1973, mismo año en el
que Freudenberg escribe sobre burnout, Maslach presenta un documento a la Asociación Americana
de Psicología en el que enfatiza cómo el estrés relacionado con el puesto,
puede llevar a una persona a tratar de manera deshumanizada a sus clientes. Para
Cristina Maslach el burnout es un síndrome caracterizado por agotamiento
emocional y cinismo que se da frecuentemente entre los individuos que están de
alguna manera en contacto con las personas. Así como también el desarrollo de
actitudes negativas… o despersonalización hacia los clientes y la tendencia a
evaluarse negativamente con respecto al trabajo.
Estos autores identifican tres dimensiones o síntomas del
burnout: el agotamiento emocional, la despersonalización y la baja realización
personal en el trabajo. Concluyen que esos mismos individuos “no tienen nada
más que ofrecer” y “no les importa ya”.
Con el interés de desarrollar algún recurso para medir este
fenómeno, Maslach y Jackson diseñan el MBI-GS (Maslach Burnout Inventory -
General Survey), instrumento que evalúa los tres síntomas del burnout. Al
contar con este recurso, surge el interés de estudiar casos similares en otras
profesiones, entre las que destaca la actividad docente. Maslach y Jackson
hacen las adaptaciones correspondientes del MBI para evaluar el burnout en las
diversas profesiones y desarrollan en 1986 el MBI-ES (Maslach Burnout
Inventory-Educators Survey) orientado a evaluar el síndrome del burnout en los
docentes. El MBI ha tenido gran aceptación por ser el instrumento que evalúa
por excelencia los tres componentes identificados del burnout considerados en
su definición.
Cherniss y otros analizaron el burnout a partir de los
aspectos que se dan en el ambiente de trabajo, pero desde una perspectiva organizacional.
Su interés se centró en cómo las organizaciones y sus ambientes socioculturales
afectan al trabajador. Destacaron dos factores que influyen en este
padecimiento: los cambios sociales y la burocracia existente en los servicios.
A este respecto señalan que en las instituciones donde prevalece un ambiente
puramente burocrático, es inevitable que surjan problemas entre el personal y los
administrativos, de tal manera que el personal tiene que aprender a manipular el
sistema con el propósito de llevar a cabo sus funciones.
Cherniss sugiere que algunas de las expectativas de los
empleados son irreales, lo que conlleva a que experimenten sentimientos de
desilusión, destacando así que el burnout surge principalmente como un
desajuste entre lo que el trabajador siente que está ofreciendo y lo que siente
que recibe a cambio. Él identificó tres patrones que caracterizan a los
individuos que tienen burnout:
1) la pérdida de simpatía y tolerancia hacia los clientes al
punto de culparlos por sus propios problemas,
2) la pérdida del sentido de idealismo y optimismo con
respecto al cambio, y
3) la búsqueda fuera del área laboral para encontrar
satisfacción personal.
En la década de los ochentas, Seymour Sarason se enfocó
principalmente en los cambios sociales que surgieron a partir de la Segunda Guerra Mundial.
Para Sarason el burnout no es una característica de o en el individuo, sino más
bien es un conjunto de características psicosociales complejas que reflejan los
aspectos de la sociedad en general. Afirma que después de la Segunda Guerra Mundial
los servicios humanos se burocratizaron y aumentó la especialización o
profesionalización en el servicio, lo cual originó que surgiera un
distanciamiento entre el prestador del servicio y el solicitante de dicho
servicio.
El incremento de los servicios acompañados del apoyo
gubernamental, ocasionó que las personas creyeran que dichos servicios podían
resolver todos los problemas sociales. Con la intervención cada vez más
frecuente del gobierno en los servicios y las incesantes demandas por parte de
los clientes, cada vez fue más difícil para los trabajadores alcanzar la
satisfacción laboral.
Basándose en el trabajo de Sarason, Farber realiza sus
estudios iniciales para relacionar el fenómeno de burnout con los cambios que
se dan dentro de la familia, en el área laboral y en las estructuras sociales.
Enumera una serie de cambios tales como el desmedido énfasis en la producción
de comodidades, el crecimiento de grandes organizaciones, el crecimiento y la
renovación de la mancha urbana, el aumento en el índice de divorcios, así como
el aumento de las relaciones sociales impersonales. Farber, sostiene que a
partir de entonces “nuestra sociedad ha fomentado el desarrollo de individuos
narcisistas, absortos en sí mismos y manipuladores, quienes exigen una atención
y gratificación inmediata” pero que viven en “un estado de inquietud y un deseo
permanente de insatisfacción”.
A partir de la década de los noventas, las investigaciones
realizadas en torno al burnout se extendieron en toda Europa y América Latina,
lo que originó que se hicieran adaptaciones del MBI en diferentes idiomas.
Todas las investigaciones realizadas en torno al burnout han
contribuido en gran medida, no sólo en dar a conocer este fenómeno cada vez más
común en nuestra sociedad, sino que además en algunos países como España, es
reconocido como accidente de trabajo, lo que motiva a algunos países y
organizaciones a desarrollar programas para diagnosticar el burnout, así como
también desarrollar estrategias de prevención e intervención.
Extraído de:
BURNOUT EN PROFESORES DE VILLAHERMOSA TABASCO: ANÁLISIS
CORRELACIONAL CON VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS Y LABORALES
Flavio Mota Enciso Laura Mollinedo Riveros Alejandra Ordóñez
Méndez Iris Marlene Torres Ramírez
Universidad Autónoma de Guadalajara
Campus Tabasco