Al considerar el Síndrome de Burnout, debemos tener en cuenta los diferentes trastornos que puede ocasionar, los siguientes párrafos se ocupan de una parte de ellos, los trastornos emocionales.
Para identificar el síndrome de Burnout se va a tomar en
cuenta las siguientes dimensiones, siendo estas las más comunes: Trastornos
Emocionales, Trastornos Laborales, Trastornos Físicos.
Para iniciar con la descripción de estos términos, es
necesario tener muy claro lo que es un trastorno.
El término trastorno tiene diferentes usos. Puede hacer
referencia a una alteración leve de la salud o a un estado de enajenación
mental, por ejemplo. Trastorno es, por otra parte, la acción y efecto de
trastornar (invertir el orden regular de algo o perturbar el sentido o la
conducta de alguien).
Un trastorno psicológico, por ejemplo, hace referencia a un
desequilibrio del estado mental de una persona. Por lo general, quien sufre de
este tipo de trastornos acude a un especialista (el psicólogo) para recibir
tratamiento (a través de la psicoterapia y otras técnicas).
El conjunto de afecciones psiquiátricas que modifican el
normal desarrollo de las relaciones interpersonales es conocido como trastorno
de personalidad. Los psicólogos creen que existen distintos factores genéticos
y ambientales que pueden suscitar la aparición de ese trastorno, que altera el
patrón complejo de características psicológicas que definen a un individuo.
De esta manera un trastorno en un Docente, no solamente
afecta al mismo, sino es una cadena que a la postre conlleva consecuencias a
más personas como lo son; padres de familia, alumnos, colegas de trabajo,
amigos, familiares, etc.
Es decir sus repercusiones son altamente degenerativas ya
que al padecer un trastorno se reduce notablemente el estilo de vida al Docente
de Educación Física.
-Trastornos
Emocionales
A menudo en nuestra labor diaria como educadores encontramos
diversas manifestaciones de la conducta y emocionalidad, es importante
observarlas de cerca, lo que parece ser un simple episodio de ira, tristeza o
apatía puede ser la manifestación de un problema emocional
Comencemos por definir ¿Qué es un problema emocional? Según
Charlotte Bühler un problema emocional “es una interrupción, una detención que
tiene un individuo o un grupo en su evolución o desarrollo“, por otra parte la Lic. Moraima Núñez
Lara define los problemas emocionales como: “Cuadros clínicos que se instalan
en la vida emocional de un individuo y que pueden interrumpir, congelar,
distorsionar y/o desconectar cualquiera, algunas o muchas y en los casos más
graves todas las expresiones comportamentales de su desenvolvimiento personal,
familiar, laboral, social y/o vital”.
Al revisar con detenimiento esta definición podemos observar
que la manifestación de los problemas emocionales varían de un individuo a otro
de acuerdo a sus características individuales, a su historia personal, tomando
en cuenta los factores genéticos y ambientales así como también la intensidad y
magnitud de la situación(es), indicadores estos que le permitirán a los
especialistas (psicólogos, psiquiatras, psicopedagogos) definir el grado del
problema.
El Dr. Bower señala que existen problemas emocionales de
diferentes grados, así tenemos los leves o transitorios que son aquellos que
presentan conductas atípicas circunstanciales y/o reactivas producto de un
conflicto que está enfrentando en ese
momento (reciente separación de los padres, muerte o enfermedad de un familiar
etc.) esta situación puede durar algunos días, semanas o hasta 3-4 meses
notando en la conducta mejoras en forma progresiva.
También tenemos problemas emocionales en donde la atipicidad de las conductas
permanece, interrumpiendo, congelando sus diferentes actividades diarias,
deteriorando las relaciones interpersonales.
Mónica Arbitrio, Psicóloga especializada en enfermedades
pobremente tratadas nos dice en su página de Internet que: La emergencia de una
enfermedad crónica médica y socialmente poco comprendida altera el
funcionamiento de la persona disminuyendo su calidad de vida. Puede poner en
duda los supuestos básicos sobre los cuales se construyó su vida y poner en
crisis sus proyectos vitales. Modifica sustancialmente su capacidad para sostener
la independencia y autonomía personal, interfiriendo en el cumplimiento de sus
roles cotidianos y en las relaciones familiares y sociales. Todo ello da lugar
a alteraciones emocionales que en el inicio van desde la angustia y desesperanza,
pasando por sentimientos de devastación, confusión y desorganización. Cada
persona necesita una ayuda diferente y presentará una reacción personal
dependiendo del alcance de la enfermedad y de su grado de desarrollo previo.
Asimismo, en el curso de la enfermedad atravesará por distintas instancias
emocionales conforme se suceden las diferentes etapas del proceso de
recuperación.
Durante la fase inicial de crisis o emergencia las emociones
predominantes son: Devastación. Confusión. Desorganización. Angustia. Falta de autocontención.
La ausencia de un diagnóstico certero y la indefinición del cuadro pueden
generar un alto grado de estrés ocasionando un trauma.
Los efectos sociales que acompañan a esta fase pueden ser de
alarma y de shock en la familia. Incredulidad y escepticismo.
Incomprensión como consecuencia de la falta de información.
En la fase aguda o de shock que ocurre en forma inmediata al
diagnóstico puede ir acompañada por un sentimiento de inseguridad o incluso de
duda y desconfianza. Miedo e incredulidad. Confusión. Negación. Pérdida del
autocontrol y disminución de la autoestima. Fuerte descontento consigo mismo.
Vergüenza frente a los otros. Preocupación por el futuro. Tristeza y
desesperanza.
Los efectos sociales propios de esta etapa suelen ser de escepticismo
por la falta de evidencia externa de la enfermedad. Soporte
externo insuficiente o inapropiado. Falta de interés o de información. Se
tiende a minimizar la enfermedad y sus limitaciones.
El tránsito por la fase siguiente suele ser prolongado. Cursa
con pequeñas y continuadas crisis cuyo registro permite el reconocimiento de
distintos patrones de síntomas y el posterior ajuste de la conducta. El paciente
siente que se encuentra en una especie de meseta, en la que el pasaje insidioso
por los distintos estados genera confusión en los límites y preocupación. En
esta fase de ajuste a la cronicidad las recaídas son de menor intensidad y los
cambios son mínimos pero duraderos. El incremento de la cautela puede ser
provocado por el temor a caer en el exceso de actividad y a la posterior
recaída.
Esta fase de meseta va acompañada de la necesidad de
aislamiento y retraimiento. Vergüenza y ocultamiento social de la enfermedad. Temor
al rechazo y a la incomprensión de los otros. El dolor emocional puede derivar
en sentimientos encontrados de bronca, frustración, resentimiento, depresión y
angustia.
Los efectos sociales que acompañan a esta etapa se
expresarían en una falta de interés y de empatía del entorno social, por la
dificultad de los otros de entender y aceptar las necesidades alternadas de
distancia y acercamiento de la persona afectada. Esto puede derivar en falta de
acercamiento y de comprensión, hartazgo, repulsión y abandono. Para el paciente
las posibilidades de socializar son escasas por el incremento de la necesidad
de cuidado en el ritmo y la intensidad de la actividad. La
interacción con los otros no es fluida y presenta reiteradas situaciones
conflictivas.
Algunos autores en el canal llamado; Just another
WordPress.com weblog dice acerca de los trastornos emocionales que:
La mayoría de la gente
tiene cambios de humor de vez en cuando. Un día se sienten irritables y al día
siguiente están perfectamente contentos. Pero cuando hay un trastorno
emocional, los cambios de humor no son tan simples. Estos trastornos pueden ser
muy penosos y causar mucho daño, pero tienen tratamiento.
¿Qué son los
trastornos emocionales?
Los trastornos emocionales son enfermedades que afectan la
manera en que uno piensa y se siente. Los síntomas pueden ser muy severos y en
la mayoría de los casos no desaparecen por sí solos.
¿A qué se deben los
trastornos emocionales?
No se conoce la causa exacta de los trastornos emocionales,
aunque se sabe que son hereditarios. Los cambios en los niveles de ciertas
sustancias químicas en el cerebro también pueden desempeñar un papel
importante. Estos trastornos afectan tanto a los hombres como a las mujeres de cualquier
edad, raza y nivel económico.
Todos estos criterios o definiciones permiten comprender
que: los Trastornos Emocionales son alteraciones desfavorables de diferente
índole como: en el carácter, su desempeño laboral, en sus relaciones personales
e interpersonales, entre otras, poniendo en manifiesto las consecuencias
negativas que estas producen.
Extraído de:
“EL SÍNDROME DE BURNOUT EN LOS PROFESORES DE EDUCACIÓN
FÍSICA DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS URBANAS DEL CANTÓN CAYAMBE”.
Trabajo de grado, previo a la obtención del Título de
Licenciatura en la Especialidad de Educación Física.
AUTORES:
Cárdenas Delgado Alex Oswaldo
Colcha Robalino Wilson Hernán
DIRECTOR:
Msc: Dr. Manuel Chiriboga.