lunes, 25 de julio de 2016

COMBATIR LA ANSIEDAD: SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO

Tips y ayuda psicológica de la vida real para combatir la ansiedad.

La ansiedad es cada vez más común entre diversos sectores de la sociedad en México y numerosos países del mundo y aunque frecuentemente se oye que no tiene cura, sí existen tratamientos efectivos para combatir la ansiedad. Actualmente ha sido abordada incluso en películas, de las que podemos obtener información útil para su tratamiento:
Dentro de la historia de la película “Iron Man 3” de Marvel que se exhibió en la Ciudad de México, el personaje principal, Tony Stark, sufre ataques de ansiedad cuando no tiene cerca su armadura, dejando ver que en cierto grado, depende de algo externo a el para sentirse seguro.
Cuando no puede tener su armadura en momentos que la necesita, vemos que empieza a tener algunos síntomas comúnmente asociados con la ansiedad, como ataques de pánico, taquicardia y palpitaciones, mareo, visión borrosa, insomnio, sobresaltos nocturnos, pesadillas, y varios más.
Quienes no somos superhéroes también nos creamos nuestras propias armaduras o protecciones, que pueden ser fármacos, hábitos repetitivos, fantasías y conductas diversas que, aunque nos ayudan a sentirnos tranquilos por momentos, frecuentemente son también una manera de seguir encubriendo las causas profundas de nuestros problemas.
Síntomas de ansiedad en hombres y mujeres
Es importante que las personas que sufren ataques de ansiedad recuerden que esta no va a desaparecer de la noche a la mañana, ni por arte de magia, pues si hoy la sienten con más o menos fuerza, es porque se ha ido formando a lo largo de los años, a través de problemas y situaciones no resueltas en tu vida.
Cuando estas situaciones ya han pasado, pero no han sido resueltas, pueden sentir algunos síntomas, además de los que describí arriba. Entre los principales síntomas de la ansiedad también se encuentran estos:
  • fantasías catastróficas (contigo o con seres queridos);
  • dolor muscular y tensión nerviosa (cuello, espalda);
  • sentir adormecimiento en brazos y piernas;
  • sudoración excesiva en manos o pisé;
  • sensación de falta de aire;
  • miedo a volverte loco o miedo a poder morir;
  • miedo al futuro;
  • miedo a los espacios donde hay mucha gente;
  • mareos, etcétera.
Estos síntomas son generales y es muy posible que en tu caso existan algunos de estos y varios otros, pero a fin de cuentas, todos ellos te están avisando que existe algún problema emocional que necesitas resolver dentro de ti, aunque en este momento tal vez todavía no sea claro cuál es.
El alcohol y el tabaco han ayudado a adormecer estos síntomas, de manera que el problema sigue ahí y frecuentemente crece con el tiempo, pero las personas que beben o fuman por ansiedad pueden seguir adelante con sus vidas… hasta cierto punto.
Estas sustancias, igual que muchos fármacos, no son de ninguna manera una solución real, sino únicamente te quitan las molestias sin preocuparse por ir a la raíz. Por esto es que resulta muy importante saber pedir ayuda psicológica cuando ya no puedes tu sol@ con lo que te está pasando.
Tratamiento humanista para curar la ansiedad
Es muy común escuchar que no hay cura a la ansiedad, pero en mi experiencia esta afirmación se debe a dos causas:
  • Se busca eliminar la ansiedad (que es un síntoma) en vez de ir a la causa real;
  • Trata de atacarse con pensamientos e ideas lo que se originó con hechos.
Las terapias donde sólo se habla y el paciente “entiende” lo que le sucede, no funcionan porque el problema real no es la falta de entendimiento, sino una o varias experiencias que por su fuerza no pudieron ser asimiladas y que se encuentran al nivel de las emociones y por lo mismo carecen de explicación lógica.
Lo primero que deseo compartir es que la ansiedad sí puede Curarse, (así, con mayúsculas) pero NO existen curas milagrosas ni remedios mágicos. Implica un trabajo profundo de parte del paciente que no se conforma con vivir a medias, ni con “entender” para acomodarse lo mejor posible a una situación indeseable.
Una vez dicho esto, el trabajo se dirige al nivel corporal y emocional, que es donde se encuentra el origen del problema del cual la ansiedad es sólo una “alarma” de nuestro propio organismo.
Cuando recibo pacientes para empezar un tratamiento de psicoterapia humanista contra la ansiedad, es común que lleguen preocupados porque su vida se ha vuelto gris en muchos momentos y ya no saben qué hacer para cambiar esa situación, y frecuentemente les afecta en su trabajo o en la relación con sus seres queridos.
Ya arriba decía que la ansiedad te está avisando que algo no está bien en tu vida, así que lo primero que hacemos es identificar las situaciones en las que sientes más ansiedad. ¿Acaso es porque tienes un problema y no sabes si se va a resolver satisfactoriamente? ¿Sabes que necesitas cambiar algo importante en tu vida, pero te da miedo hacerlo y entonces no te atreves? ¿Tal vez es un personaje conocido de tu vida, pero no sabes cuándo ni cómo llegó?
Si la situación es más complicada, porque involucra emociones fuertes de miedo, enojo, soledad, abandono, odio, y otras, sería muy normal que tu sol@ no puedas lidiar con ello, y en estos casos será necesario que acudas a buscar un psicólogo de tu confianza que pueda ayudarte a encontrar las causas reales de tu problema y a solucionarlo, pero cuidando que no sea una terapia únicamente racional ni verbal, sino que trabaje con las emociones y sensaciones que se encuentran en tu cuerpo alrededor del cuadro de ansiedad.
Mi consultorio se encuentra en la Colonia Condesa, Ciudad de México D.F., y si buscas un tratamiento humanista para curar la ansiedad, puedo acompañarte a resolver las situaciones difíciles que estés atravesando. Si vives en otro estado de la República Mexicana, o en otro país, te recomiendo que uses tu buscador favorito y busques ayuda psicológica profesional en un lugar cercano.
Verás entonces que poco a poco vuelves a ganar confianza en ti mism@ y puedes dejar la “seguridad” (y también la pesadez) de tus viejas armaduras para enfrentar los problemas de la vida con mayor confianza.

Por: Francisco Aguirre
Francisco Aguirre, (2013). Combatir la ansiedad: síntomas y tratamiento. Recuperado de Revista Vinculando: http://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/que-hacer-si-sufres-de-ansiedad-y-no-tienes-la-armadura-de-iron-man.html

domingo, 24 de julio de 2016

¿POR QUE SE ESTÁN QUEMANDO LOS PROFESORES?

La docencia está considerada como uno de los trabajos más estresantes. De hecho, en 1993 la Organización Internacional del Trabajo señaló que el estrés es una de las principales causas de abandono en esta profesión. Desde entonces las cifras no han hecho nada más que empeorar, y los datos más recientes indican que la prevalencia del estrés laboral en estos profesionales es alarmate. Según la Encuesta Nacional de Salud (2012) realizada en España, el 26,9% de los docentes consideran que el estrés laboral es frecuente en sus lugares de trabajo; y según el Informe de Enfermedades Profesionales por Ocupación de 2014, también de ese país, se han registrado entre los profesionales de las enseñanza 812 casos de estrés laboral: 423 con baja laboral y 389 sin baja laboral.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de estrés laboral? El estrés es el resultado del desequilibrio entre las exigencias y presiones a las que se enfrenta el individuo, por un lado, y sus conocimientos y capacidades, por otro. Aplicado al ámbito laboral, no solo incluye situaciones en las que la presión laboral excede a la capacidad del trabajador para hacer frente a la misma, sino que también incluye los casos en que no se utilizan suficientemente sus conocimientos y capacidades. Todo ello puede dar lugar a comportamientos disfuncionales y no habituales en el trabajo, contribuir a la mala salud física y mental del individuo, y propiciar el desarrollo del síndrome deburnout(o quemarse en el trabajo), cuyas principales características son: estar cada vez más agotado emocionalmente, perder el interés por el trabajo y no resolver con eficacia los problemas que surjan en el mismo.
¿Por qué se están quemando los profesores? Actualmente el rol del profesor es retador y estresante ya que desarrolla un trabajo con altas responsabilidades y exigencias. En las escuelas del siglo XX, el éxito del profesor estaba vinculado esencialmente a los logros académicos de sus alumnos, esto es, al rendimiento escolar. Sin embargo, en la sociedad actual aparecen nuevas demandas y retos. Ahora no es suficiente conseguir un buen rendimiento académico del alumnado, sino que además los profesores tienen la responsabilidad de facilitar y potenciar el desarrollo integral del individuo, su talento y creatividad (Cabello, Ruiz-Aranda y Fernández-Berrocal, 2010). Para hacer frente a estos objetivos el docente no solamente debe prepararse en nuevas materias, sino que además ha de trabajar en equipo, coordinarse por niveles, ciclos y materias, asumir en algunos casos cargos de gestión (Director, Jefe de Estudios, Secretario, etc.), y pertenecer a órganos colegiados (Claustro de profesores, Consejo Escolar, Comisiones, etc.). Estas responsabilidades, junto con las elevadas demandas por parte de los alumnos y padres, y las continuas reformas de los planes de estudio, están convirtiendo la docencia en una profesión de alto riesgo psicosocial.
La investigación sobre los riesgos psicosociales en el trabajo ha proporcionado resultados interesantes que nos permiten comprender mejor la realidad laboral de las organizaciones modernas. En relación con la profesión docente, los estudios realizados en el ámbito educativo han permitido identificar los principales obstáculos y demandas del profesor, y también sus principales recursos y facilitadores. Entre los obstáculos se incluyen dificultades sociales (indisciplina, desinterés y falta de motivación de los alumnos, y actitudes negativas de los padres hacia el aprendizaje), y problemas técnicos (problemas con los recursos tecnológicos del centro, problemas con el material didáctico, y fallos o averías en la infraestructura o instalaciones). Las demandas hacen referencia la sobrecarga mental y emocional que a menudo supone la actividad docente. Los facilitadores incluyen aspectos relativos al esfuerzo personal, así como a conductas de supervisión y políticas de recursos humanos dirigidas a la eliminación de obstáculos (por ejemplo llevarse bien con los alumnos, y que éstos participen en clase, gestión eficaz de las reuniones, y fácil acceso a la información y materiales. Por último, los recursos incluyen los aspectos laborales e individuales (competencias) que nos ayudan a superar situaciones difíciles, citándose como más relevantes la autonomía, el apoyo social de los compañeros, la autoeficacia, los conocimientos didácticos, la inteligencia emocional y el sentido del humor (Lorente, Salanova, Martínez y Schaufeli, 2008; Salanova, Grau y Martínez, 2005; Salanova, Martínez y Lorente, 2005). Para evitar las consecuencias negativas y potenciar las positivas relativas al trabajo docente, sería interesante formar a los docentes y entrenarlos en el desarrollo de recursos personales que les ayuden a prevenir y/o amortiguar los riesgos psicosociales de su trabajo, a potenciar su bienestar psicosocial, y a mejorar los resultados de su trabajo. Ejemplos de esta aproximación es la aplicación reciente de programas de entrenamiento en inteligencia emocional (IE) en profesores de diferentes niveles educativos, lo cual está aportando grandes beneficios y reduciendo el estrés laboral.
La inteligencia emocional es una capacidad en la que se incluyen 4 habilidades específicas (Mayer y Salovey, 1997): 1)habilidad para identificar y expresar emociones, 2) para usar las emociones en la toma de decisiones, 3) para comprender las emociones, y 4) para regularlas, tanto en uno mismo como en los demás.
En la literatura científica sobre los beneficios de la IE en la actividad docente contamos con estudios que se han centrado en el análisis de la relación entre la IE y los riesgos psicosociales del docente, comprobando que los profesores con más IE experimentan menos burnout (Augusto, López-Zafra, Berrios y Pulido-Martos, 2012), y utilizan estrategias de afrontamiento más positivas y adaptativas ante las situaciones de estrés (Augusto, López-Zafra y Pulido-Martos, 2011). Asimismo, la IE no solo amortigua los efectos de estrés, sino que también facilita elengagement (Pena y Extremera, 2010), la satisfacción laboral (Taliadorou y Pashiardis, 2015) y el bienestar psicosocial del docente (Fernández-Berrocal y Ruiz-Aranda, 2008).En cuanto al efecto que tienen los profesores emocionalmente inteligentes en sus estudiantes y en los resultados de clase, se ha constatado que la IE de los profesores es crucial para el desarrollo de las habilidades socio-emocionales de sus alumnos, para establecer relaciones positivas con ellos (lo que ayuda a conseguir alumnos más motivados y menos indisciplinados), y mejorar su ajuste psicológico, engagement y rendimiento académico (Fernández-Berrocal y Extremera, 2003).
Por lo tanto, la capacidad para identificar, usar, comprender y regular las emociones, tanto positivas como negativas, se hace imprescindible en esta profesión, ya que estas capacidades no sólo son importantes para prevenir desajustes en la salud mental del profesor y desarrollar dichas competencias en los estudiantes, sino también para crear entornos favorecedores del aprendizaje.

Por: María del Pilar Berrios Martos
Publicado originalmente en: http://www.proyectocepa.com/wordpress/por-que-se-estan-quemando-los-profesores/

Psicóloga, profesora del área de psicología social de la Universidad de Jaén
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