miércoles, 1 de marzo de 2023

¿Cómo superar el cansancio mental docente?

Si tienes tiempo para leer esto, vas por buen camino. Aún con tu agotamiento puedes invertir algunos minutos y energía en investigar cómo superar el cansancio mental docente. Pero ¿Por qué me siento así?

Aunque el agotamiento parece darse de un día a otro, es consecuencia de muchos factores progresivos. Tu trabajo aumentó, el esfuerzo o tiempo que le estás dedicando es mayor y los resultados que obtienes no son los deseados. Además, tu trabajo es diferente a los demás.



En tu trabajo te relacionas constantemente con personas de diferentes edades física y emocionalmente. Ahora por internet debes desarrollar habilidades que te permitan mantener esas relaciones como si estuvieran en el mismo salón.

Sientes que ser profe no es lo tuyo, que no tienes paciencia, y que quieres dejar de enseñar. Quieres renunciar, pero en el fondo tienes esa conexión y responsabilidad por tus estudiantes que te impide abandonar tu cargo.

Sientes que ya te “quemaste” como docente, por lo que se llama a este agotamiento síndrome de burnout 🔥.

Si durante tus clases quieres abandonar 5 minutos antes y sientes cierta irritación cuando te hacen una pregunta o recibes una queja de los acudientes…

O te parece una injusticia que un Youtuber gane más dinero que tú sin haber estudiado y has pensado en renunciar a tu trabajo para buscar alternativas más lucrativas, cuenta hasta 5 y respira profundamente. Hay solución

5 Recomendaciones para salir del cansancio mental docente

1. Los héroes terminan muertos

Es normal que quieras lo mejor para tus estudiantes. Y que, en consecuencia sientas un grado de frustración cuando no sucede. Sin embargo, sólo puedes controlar lo que está bajo tu responsabilidad.

Es tu responsabilidad preparar la mejor clase y dar lo mejor de ti. Pero si el internet falla no puedes culparte por ello. Si tu computador se bloquea, o sucede algún inconveniente fuera de tu alcance no puedes solucionarlo todo

Trabaja con responsabilidad y amor sin sacrificarte. Los héroes no siempre terminan bien, sino mira a Tony Stark.

2. Los juicios son para condenar

“Es que los padres no ayudan a sus hijos”. Los estudiantes, padres o madres pueden tener razones o limitaciones que les impiden dedicar tiempo a la educación. 

Cuando lanzas juicios de este tipo pierdes energía que puedes enfocar a obtener resultados y te empiezas a preocupar por hechos que están fuera de tu control.

3. Cuida tu tiempo libre

Dedica tiempo a pasar en familia, dormir bien y alimentarte. 

Claro, estudia nuevas metodologías, aprende a usar programas para hacer clases dinámicas, y sobretodo que te ahorren tiempo. Pero …

Estudia a tu ritmo, sin sacrificar tiempo libre. Establece horarios claros para ti y quienes te rodean

4. Incorpora nuevas metodologías de enseñanza

Las herramientas tecnológicas no son nada sin una buena metodología. Las estrategias de enseñanza online efectiva buscan que el estudiante vaya a su ritmo y sea capaz de desarrollar una mentalidad autodidacta liberando tiempo docente.

Aprende metodologías como aula invertida, aprendizaje basado en proyectos o peer learning que promueven un pensamiento crítico y liberan tiempo de labor docente

5. ¡Para de consumir información!

¿Has pasado una semana sin ver redes sociales? La cantidad de información que consumes a diario te está agobiando

La infoxicación o intoxicación por exceso de información causa una cantidad de estímulos que, te pueden robar tiempo útil, o llenar de información basura

Empiezas buscando en Internet cómo dar tu mejor clase y terminas viendo videos de osos panda jugando 🐼 

Céntrate en usar internet para simplificarte la vida y encontrar soluciones efectivas, que realmente lleven a una enseñanza efectiva sin trabajar más horas.

Vuelve al punto 3. Que el uso excesivo de Internet no te quite tiempo libre o tiempo de familia.

La educación es vital para el ser humano y si llegaste hasta acá es porque tienes la vocación para lograrlo. Pon estos pasos en práctica y sigue adelante.

 

Fuente

https://prodigii.org/cansancio-mental-docente/

viernes, 5 de marzo de 2021

Inteligencia emocional, clave para reducir el estrés docente ante la pandemia

 Expertos en educación emocional explican cuáles son los beneficios de desarrollar las competencias emocionales en la docencia y algunas recomendaciones sobre cómo usarlas para controlar el estrés en tiempos de coronavirus

 


Si en circunstancias normales la docencia ya producía altos niveles de estrés laboral y agotamiento, la crisis del COVID-19 ha agravado la salud mental de los y las docentes a nivel mundial.
 
El 92,8% del profesorado ha sufrido desgaste emocional y estrés durante el confinamiento, según un estudio desarrollado por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). Y otra investigación, Panorama de la educación en España tras la pandemia del COVID-19: La opinión de la comunidad educativa (2020), realizada por investigadores de las universidades de Granada y Málaga para BBVA, afirma que, tras el periodo de alarma y cuarentena, toda la comunidad educativa evidencia signos de estrés, ansiedad y agotamiento, tanto profesional como psicológico.
 
"La comunidad docente afronta una situación novedosa y de incertidumbre, muy similar a la que está afrontando toda la sociedad. Sin embargo, en el caso del profesorado, esta situación se suma a los diferentes estresores que ya hacían mella en su salud mental antes de la pandemia", asegura en declaraciones a Educaweb Natalio Extremera Pacheco, Catedrático de Universidad en el departamento de Psicología Social de la Universidad de Málaga (UMA) e investigador del Grupo de Investigación Recursos Personales Positivos.
 
"El profesorado en ejercicio en general (más del 90%) no ha recibido nunca ningún tipo de formación en educación emocional de forma sistemática, fundamentada en las investigaciones científicas y suficiente en cantidad (tiempo) y calidad", apunta en entrevista reciente Rafael Bisquerra, presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB).
 
Ante este contexto, los expertos y fuentes consultadas consideran que el profesorado necesita más que nunca formarse en educación emocional. De esta forma podrá desarrollar y practicar la inteligencia emocional y así manejar las emociones de miedo, incertidumbre y motivación que le ayude a incentivar el aprendizaje del alumnado en estos momentos difíciles.
 

Los beneficios de la inteligencia emocional para docentes

 Entre los beneficios que aporta la inteligencia emocional en el ámbito educativo destacan los siguientes, según los expertos consultados:
 

Ayuda a prevenir la ansiedad y el estrés

 El profesorado que cuenta con habilidades emocionales "es capaz de regular mejor sus emociones y como consecuencia goza de un mayor bienestar emocional", señala en declaraciones a Educaweb Rafael Bisquerra.
 
El director del Posgrado en Educación Emocional y Bienestar (PEEB) y del Posgrado en Inteligencia Emocional en las Organizaciones (PIE) de la Universitat de Barcelona añade que "las competencias emocionales, cuando se han desarrollado de forma fehaciente, a través de procesos de educación emocional, son un factor importante en la prevención múltiple de estrés, depresión, fobias, violencia, etc.".
 
Como evidencia de lo anterior se encuentran los resultados del estudio La importancia de la inteligencia emocional del profesorado en la misión educativa: impacto en el aula y recomendaciones de buenas prácticas para su entrenamiento (2019), elaborado por investigadores de la UMA en el que se comprobó que los profesionales de la enseñanza con mayores habilidades emocionales tienen menos síntomas de estrés y ansiedad que quienes no cuentan con ellas.
 
 
Evita el burn-out y mejora la satisfacción laboral

 Los docentes que practican la inteligencia emocional se sienten más satisfechos tanto con su trabajo como con la vida en general, por lo que presentan actitudes laborales más positivas, así "como mayores niveles de ilusión por la enseñanza, menores niveles de burn-out (síndrome del quemado) y mayor satisfacción laboral", según Extremera Pacheco, catedrático del departamento de Psicología Social de la UMA.
 
Cuando un profesional de la educación consigue su bienestar personal a través de la inteligencia emocional también es capaz de mejorar su trabajo docente, porque podrá llevar a cabo un "manejo emocional positivo de situaciones conflictivas en el aula, así como relaciones más positivas entre el profesorado y el alumnado", añade.
 
De hecho, el nivel de inteligencia emocional de los docentes modera significativamente la intención de abandono de la profesión, de manera que quienes no cuentan con ella tienen más probabilidades de sufrir el síndrome burn-out, un tipo de estrés laboral que agota física, emocional o mentalmente a las personas. Así lo señala la investigación Leaving the Teaching Profession: Examining the Role of Social Support, Engagement and Emotional Intelligence in Teachers' Intentions to Quit (2020), desarrollada por investigadores de la UMA y la Universidad Jaume I.
 

Permite ayudar al alumnado a mejorar su desempeño emocional y académico

 El profesorado que practica la inteligencia emocional está en mejores condiciones para contribuir al desarrollo de las competencias emocionales de los estudiantes, explica a Educaweb Rafael Bisquerra. "Las repercusiones de todo esto es la mejora de la convivencia, del clima emocional de aula, del rendimiento y del bienestar" de todo el alumnado.
 
Asimismo, el profesorado que trabaja su inteligencia emocional "acaba repercutiendo en resultados satisfactorios en los estudiantes, tanto académicos como en otros ámbitos, como en que puedan llegar a ser autosuficientes, por ejemplo", indica a Educaweb Alejandra Cortés, profesora y directora del Máster en Educación Socioemocional para el Desarrollo Personal y Profesional de la Universidad de Zaragoza.
 
Y es que la inteligencia emocional de los y las docentes tiene un impacto directo a largo plazo en los indicadores educativos del alumnado, como, por ejemplo: una mayor motivación por aprender, el incremento del sentimiento de pertenencia al grupo, actitudes más positivas hacia el centro educativo, el profesorado y asignaturas, así como un mayor rendimiento escolar y mejores conductas sociales en clase, explica por su parte Extremera Pacheco.
 

Cómo controlar el estrés y la ansiedad en el profesorado 

Los expertos consultados sugieren a los docentes formarse en inteligencia emocional y aaportan algunas recomendaciones, basadas en la educación emocional, para ayudar a los y las docentes a cuidar su salud mental, especialmente en tiempos de pandemia. Entre estas se encuentran:
 
 

1. Practicar el autocuidado

 Para evitar caer en el estrés y la ansiedad resulta necesario poner en práctica "las 4 D": descanso, dieta, deporte y diversión, recomienda el catedrático e investigador Natalio Extremera Pacheco.
 
En relación con el descanso, hay que buscar "ese equilibrio de 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de ocio", señala el experto. Respecto a la dieta, recomienda alimentarse de manera equilibrada y no dejarse arrastrar por "ingestas compulsivas" ante una situación de estrés.
 
También resulta indispensable realizar ejercicio físico, ya que es un antiestrés natural, y tener momentos de diversión. "Debes buscar un tiempo a la semana para hacer aquello que realmente te gusta, te motiva, te apasiona y, principalmente, te mantenga la mente alejada de los estresores cotidianos del trabajo", señala.
 

2. Realizar "gimnasia emocional"

 Por su parte, Rafael Bisquerra recomienda bajar los niveles de estrés realizando "gimnasia emocional", que consiste en poner en práctica diariamente algunos de los principios y actividades de la educación emocional: la relajación, respiración consciente, meditación, mindfulness, fluir en lo que se está haciendo y "desafiar las fuerzas de la gravitación emocional para hacer consciente el bienestar".
 

3. Controlar la sobreexposición a noticias sobre la pandemia

 Evitar la sobreexposición a información sobre la pandemia también es recomendable para controlar el estrés y la ansiedad.
 
"No podemos controlar la pandemia, pero sí podemos controlar el tiempo que le dedicamos a ello… Seguir recibiendo más información de víctimas e infectados solo nos afecta a nivel emocional", explica Extremera Pacheco, quien también recomienda a los docentes descansar, desconectar y convertir el tiempo libre en momentos para estar con la familia.
 

4. Compartir las preocupaciones o ansiedades con otros

 
Conversar con los demás sobre las preocupaciones tiene un importante valor terapéutico, por ello los expertos recomiendan formar parte de un grupo social de apoyo, de preferencia profesional, con el cual compartir experiencias y emociones. "Hablar sobre cómo te sientes y cómo estás afrontando la situación con amigos, compañeros del trabajo, familiares o un profesional de la psicología puede ser de gran ayuda", sostiene Extremera Pacheco.
 
"Tener un grupo social de apoyo es clave", coincide Alejandra Cortés. "Las evidencias nos dicen que, en contextos profesionales, si te sientes apoyado y cuentas con un buen ambiente laboral en el centro educativo, es posible evitar el estrés a corto y largo plazo".
 
En una investigación reciente elaborada por docentes del proyecto Escola de Voluntariat i Formació a Mida de Fundació Siuriana se demostró que el profesorado que forma parte de "grupos de docentes de gestión del estrés" en un centro educativo ha podido reducir esta emoción. Estos grupos son espacios de reflexión donde los docentes comparten sus problemas en el aula y encuentran en conjunto la solución.
 

Recursos para mantener el bienestar docente

Diversas entidades han desarrollado algunos programas formativos, recursos y guías para mantener el bienestar docente en tiempos de coronavirus por medio de la educación emocional. Por ejemplo, el Grupo de Investigación Recursos Personales Positivos de la Universidad de Málaga implementa un programa formativo de desarrollo de la inteligencia emocional docente llamado FortalecEMOs: Fortaleciendo competencias de inteligencia emocional con docentes en centros educativos de Secundaria y Primaria.
 
La UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo han publicado conjuntamente un conjunto de herramientas para ayudar a los líderes escolares a proteger la salud mental de los y las docentes.  Proporciona consejos prácticos sobre cómo preparar a los y las docentes para un entorno escolar diferente al que estaban acostumbrados y sugiere cómo mitigar su impacto en su salud mental. Entre las recomendaciones destacan: realizar evaluaciones psicológicas y socioemocionales periódicas al profesorado, crear redes de apoyo entre pares y llevar a cabo formación en habilidades emocionales para el manejo del estrés. 
 
En Reino Unido, el sindicato de profesores NASUWET publicó una guía gratuita sobre cómo evitar el estrés y la ansiedad docente mientras se enseña en forma remota. También la asociación australiana ReachOut Schools ha desarrollado recursos gratuitos y consejos para que el profesorado cuide su salud mental en tiempos de coronavirus.
 
También existen multitud de recursos de formación sobre inteligencia emocional para docentes. Desde cursos virtuales de 25 horas lectivas, hasta másteres especializados. En Educaweb podrás encontrar algunas opciones.

 

 

Por Mayra Bosada

Fuente

https://www.educaweb.com/noticia/2020/10/15/inteligencia-emocional-reducir-estres-docente-pandemia-19331/ 

viernes, 26 de febrero de 2021

MÉXICO: ENFERMERAS QUE ATIENDEN COVID-19 ENFRENTAN INCERTIDUMBRE LABORAL Y CANSANCIO

 Enfermeras mexicanas conmemoraron el Día Nacional de la Enfermería expuestas a riesgos de contagio por COVID-19, sobrecarga laboral, afectaciones emocionales, distanciamiento con su familia e incertidumbre con respecto a su estabilidad en el empleo. 

 


Cada 6 de enero, México conmemora el Día Nacional de la Enfermería. Este 2021, sin embargo, la efeméride llegó en medio de una pandemia que ya cobró la vida en nuestro país de al menos 130 mil personas.

 

La enfermería, constituida casi totalmente por mujeres, es la principal actividad al frente de la atención de todas las personas que han sido contagiadas con el nuevo virus, lo que las expone a mayor riesgo de contagio porque son quienes mantienen todo su turno laboral en contacto directo con las y los pacientes, su entorno, sus fluidos y sus secreciones.

 

De acuerdo con el reporte del 4 de enero del 2021 que da a conocer semanalmente la Secretaría de Salud, seis de cada 10 profesionales de salud que han padecido la enfermedad por COVID-19 son mujeres; 40 por ciento del total de este personal contagiado son enfermeras.

 

Cimacnoticias platicó con cuatro enfermeras que laboran en distintas instituciones públicas de salud en la Ciudad de México que atienden pacientes COVID, para conocer cómo han cambiado sus condiciones laborales y de vida tras la pandemia.

 

Sandra, enfermera que labora desde abril pasado en una unidad temporal para la atención de pacientes COVID. Este enero cumplió ocho meses de no ver a su familia. También tuvo que cambiar de residencia y, en algunos casos, ha tenido que hacer uso de los cuartos de hoteles que en la CDMX se pusieron a disposición del personal sanitario que atiende la pandemia.

 

Antes de la COVID-19, en una jornada laboral promedio, Sandra atendía un máximo de seis pacientes al día y en estado de salud no tan grave. Actualmente, en una área de hospitalización atiende cotidianamente entre 8 a 11 pacientes en estado de salud de moderado a delicado. En el caso de pacientes en terapia intensiva, antes atendía a 1 persona y ahora 2 en estado de gravedad.

 

Aunque Sandra trabaja las mismas horas que antes de la pandemia y su sueldo aumentó de 16 a 24 mil pesos al mes, las jornadas son más extenuantes toda vez que han tenido que prepararse para la aplicación de nuevos procedimientos y conocer cerca una enfermedad nueva para todas las personas, incluyendo para  el personal sanitario.

 

En esto coincide Rosario, enfermera obstetra en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social, que atiende a mujeres embarazadas con COVID.  De acuerdo con Rosario, al inicio de la pandemia el personal directivo y altos mandos del hospital para el que labora no supieron cómo lidiar con las necesidades del personal de enfermería y no les proporcionaron material de calidad, lo que derivó en contagios y hasta muerte de sus compañeras y compañeros.

 

Fue varios meses después de la pandemia que se tuvo un mejor manejo de las condiciones de trabajo de las enfermeras, de acuerdo con Rosario, quien aseguró que la atención de pacientes COVID es más cansada porque –y en esto coincidieron todas las entrevistadas– el uso del Equipo de Protección Personal es pesado y deshidrata.

 

Amalia, que atiende a niñas y niños con COVID en el Hospital Infantil de México desde abril de 2019, relató que cuando empezaron a escuchar de los primeros casos de contagio imperó entre el personal un “miedo ante lo desconocido”, que poco a poco fue convirtiéndose en respeto.

 

La enfermera detalló que, como en el caso de muchas otras compañeras, la COVID le abrió las puertas para laborar en las instituciones públicas, para aumentar su sueldo, que en su caso –al venir de una institución privada– se duplicó, y de crecer profesionalmente.

 

Sin embargo, por la contingencia sanitaria, tuvo que modificar sus hábitos de vida. Por ejemplo, dejó de visitar por varios meses a su mamá y su papá, a quienes veía una vez por semana. Además de vivir con el constante miedo de ser portadora del virus y contagiar a alguien más.

 

Laura, una enfermera con 26 años de trayectoria, dijo que tras la pandemia se tuvieron que modificar no sólo los espacios de trabajo dentro del hospital sino también en su casa, con la instalación de tapetes sanitizantes o hacer un cambio de ropa al llegar del trabajo; no obstante, el mayor reto de su trabajo en esta época ha sido presenciar la pérdida de los pacientes.

 

“El riesgo ha aumentado y el trabajo también. Es muy estresante porque tienes paciente grave y de repente se ponen mal dos o tres pacientes al mismo tiempo. Algunas veces no te das a basto para atender la situación tan eficientemente como quisieras.

 

Tuve la experiencia de trabajar en un hospital de Tijuana por quince días, y fue una experiencia muy fuerte pues la demanda de la atención médica era muy grande. Gran parte del personal adscrito al hospital estaba con incapacidad por COVID y tuvimos que entrar nosotros (que laboran en la CDMX) y después de nosotros llegaron otros grupos. Ahí sí vi mucha gente morir en cuestión de minutos, a pesar de ayudarlos de manera muy profesional y expedita, era inútil, morían. Nunca jamás antes había llorado tanto por la muerte de mis pacientes, esa sensación de impotencia, coraje mezclados con desesperación ha sido una experiencia que me ha marcado mi vida profesional”, detalló la enfermera.

 

Antes de la pandemia, en  julio de 2019, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) contabilizó que en el país había 472 mil 781 personas se dedicaban a la enfermería con un grado técnico o especializado de las cuales el 79.1 por ciento mujeres; no obstante, la Secretaría de Salud estimaba que México tenía un déficit de 730 mil enfermeras y enfermeros para cubrir las necesidades sanitarias del país.

 

Además del déficit del personal, desde 2016 y durante los años recientesmiles de enfermeras han protestado en manifestaciones públicas para exigir una mejora salarial de acuerdo a su nivel de estudios, que en muchos casos es de maestría o más de una especialización; y el reconocimiento social de su labor.

 

Tras los primeros tres meses de la pandemia, el gobierno federal contrató un total de mil 502 enfermeras especialistas y 18 mil 664 enfermeras generales, de acuerdo con la SS, y el IMSS ofreció a 161 mil 807 personas un bono salarial del 20 por ciento.

 

No obstante, las enfermeras consultadas coincidieron en que lo prioritario para ellas es que se atienda su salud mental, toda vez que enfrentan desgaste físico y emocional por la pandemia, además de que desconocen qué pasará con sus empleos una vez que las hospitalizaciones disminuyan y se requiera en menor medida de sus servicios, ya que nadie les puede garantizar que su sueldo actual se mantenga o, mejor aún, gocen de una plaza fija.

 

 

Texto: Angélica Jocelyn Soto Espinosa/ Foto: César Martínez López

Fuente.  CIMAC Noticias

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