jueves, 24 de junio de 2010
El estrés afecta al 66% de profesores
El estrés afecta al 66% de los docentes que ejercen en la capital lucense, según indica una investigación realizada por Óscar Díaz Queizán, licenciado en Pedagogía y director del Centro de Educación Infantil y Primaria de Riotorto.
Díaz Queizán señala que las conclusiones del estudio ponen "sobre o papel as cousas que todos intuimos", y que certifican un deterioro de las condiciones de la profesión docente. Los datos muestran que el 48% de los profesionales reconocen sufrir estrés cognitivo, cuyos síntomas son bloqueo intelectual, nerviosismo, irritabilidad o angustia. El 48% presenta manifestaciones conductuales; y el 47%, somáticas, como sensación de boca seca, sudor, rojeces, tensiones, dolores estomacales y alteración cardíaca.
En cuanto a la percepción de la salud general, se da la circunstancia de que "la población comprendida entre los 36 y 45 años declara tener una peor salud mientras que la población de esta muestra mayor de 45 años declara tenerla mejor". En el caso de las mujeres, existe un intervalo de edad entre los 36 y los 45 años en los cuales el 52% manifiesta tener peor salud.
Este apartado incluye también la salud mental. Los datos muestran que, sin hacer distinción de sexo, el 38% declara tener problemas en este campo —en el que se incluye la depresión o ansiedad—, especialmente en el intervalo de personas mayores de 45 años. Los hombres tienen peores índices.
El 70% de los encuestados señala que su trabajo precisa mucha concentración y un 48% , que requiere atención constante. El 45% piensa que su trabajo es desgastador emocionalmente. Además, el 68% opina "que tiene que realizar tareas que cree que se deberían hacer de otra manera".
Sin embargo, no todo son problemas. El 77% se declara muy o bastante satisfecho con su trabajo y el 71% considera que está bien pagado. El 92% se siente comprometido con su profesión, "lo que denota una gran vocación", dicen las conclusiones.
Condiciones
La investigación pretende identificar y medir los factores de riesgo psicosocial a los que están expuestos los docentes del sector público, y se realizó tomando muestras representativas en 12 de los 30 centros públicos que existen en la capital. Los datos se recogieron en la escuela infantil de Fingoi, los colegios de Infantil y Primaria Quiroga Ballesteros, Rosalía de Castro, Manuel Mallo, Sagrado Corazón y Luis Pimentel; los IES As Mercedes, Lucus Augusti y Xoán Montes; el centro de educación especial Santa María y el Conservatorio de música.
Óscar Díaz realizó la investigación en el marco de sus estudios de preparación al doctorado en el departamento de Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid, donde lo presentó y recibió una calificación de sobresaliente. Su intención es ampliar la investigación a toda Galicia para elaborar la tesis doctoral.
Díaz Queizán celebró una reunión con sindicatos de enseñanza pública para darles a conocer la investigación, que también ofreció a los centros educativos.
Óscar Díez Queizán: "O mestre moitas veces séntese cuestionado"
"Non hai recetas nin solucións máxicas" para mejorar la educación y la labor docente, considera Óscar Díaz. Sin embargo,sí considera que hay medidas que pueden ayudar y que dependen de la Administración, pero también de la sociedad. Se precisa con urgencia "un pacto educativo" a nivel político y "un maior recoñecemento para os docentes, sentirse valorados e ter máis autoridade, pero tenlla que dar a sociedade, non un papel", señala. De lo contrario, el profesor "moitas veces vese cuestionado", indica el investigador.
Díaz Queizán aboga por una mayor profesionalización de la profesión, que pasa por ofrecerle a los docentes formación en ámbitos como "a intelixencia emocional, o manexo de conflitos, prevención de riscos laborais de ámbito psicosocial e habilidades sociais".
También es necesario "establecer novos regulamentos orgánicos que conteñan protocolos específicos para situacións concretas, por exemplo, de acoso, de comedor, de emerxencias". El que existe actualmente es del 98, apunta, y en muchas cosas ha perdido vigencia. Lo mismo sucede con la función pública docente, que carece de un estatuto actualizado: "o que hai é do 1948 e está abolido".
20/12/2009 - Mar M. Louzao / El Progreso (Lugo)
martes, 15 de junio de 2010
Estrés docente Causas que lo generan y posibles soluciones
Pero, ¿A qué denominamos estrés docente?
Podemos denominar estrés a aquella excesiva activación psicológica y física que padecen los docentes como consecuencia de la interacción de los estímulos ambientales (clima del aula, relación con las familias del alumnado, relaciones con los compañeros del equipo educativo y centro, etc.,) y la respuesta idiosincrásica del individuo (teniendo en cuenta sus expectativas, locus de control, autoconcepto, forma de afrontar conflictos, etc.,) que puede desencadenar en problemas de salud y laborales (manifestaciones conductuales, actitudinales, psicológicas y fisiológicas).
¿Por qué son tan elevadas las estadísticas? ¿Cuáles son las causas que generan el estrés docente?
Algunas de las causas que generan el estrés docente son:
Escasez de recursos materiales y humanos. El docente se encuentra solo en su aula ante la diversidad de capacidades e intereses del alumnado, teniendo que ofrecer una formación adaptada a las características de éste. En ocasiones, se producen dificultades de aprendizaje que el docente por sí solo no puede minimizarlas y es necesario contar con el apoyo de otros profesionales (logopedas, orientadores/as, profesor/a de educación especial).
Atender a las necesidades específicas de apoyo educativo del alumnado. Además de ser la colaboración necesaria de otros profesionales, el docente durante su formación inicial no ha sido formado de cómo atender y afrontar las dificultades de aprendizaje que se pueden manifestar en el aula. Accede a la función pública teniendo dificultades para realizar adaptaciones curriculares ajustadas a las necesidades del alumnado.
Falta de motivación e interés por parte del alumnado. El docente sufre malestar y desconcierto al observar que existe un desequilibrio entre sus expectativas y la realidad con la que se encuentra en el aula, alumnado que no tiene motivación ni deseo de continuar su formación. En un primer momento, los docentes sobrepone y activan mecanismos de adaptación, pero en los que el problema persiste produce desánimo e insatisfacción al observar que sus expectativas no se aproximan a la realidad y no saben cómo afrontarla.
Problemas de disciplina del alumnado. Constantemente observamos a nuestro alrededor y a través de los medios de comunicación la dificultad que se encuentra el profesorado en su actividad cotidiana debida a los problemas de conducta del alumnado, en algunas ocasiones siendo el profesorado el objeto de esa violencia, ya sea verbal o física.
Falta de reconocimiento social. La labor de los docentes en algunas ocasiones queda menospreciada o poco valorada por la sociedad. En la actividad cotidiana son desautorizados, en algunos casos, por la propia familia del alumnado. En algunas comunidades autónomas se ha iniciado el reconocimiento como autoridad pública.
Falta de colaboración de las familias. El profesorado, en ocasiones, se ve incapaz de que exista una comunicación fluida y una colaboración eficaz con las familias del alumnado, ya que éstas no participan en la actividad educativa.
Innovaciones educativas sin formación previa. El profesorado debe estar actualizado y formándose constantemente, pero en ocasiones se introducen cambios en su práctica cotidiana y no se ha formado previamente sobre éstos, produciendo desconcierto e incertidumbre.
Inadecuada relación con el resto del profesorado. Puede darse la situación, que existan divergencias y dificultades en la comunicación entre los distintos docentes del centro, provocando malestar generalizado y como último extremo, ansiedad y estrés ante la situación vivida.¿Cómo se podrían reducir el nivel de estrés del profesorado?
Desde el centro educativo:
Promover actuaciones dirigidas al profesorado que sufre el síndrome de burnout. Los orientadores junto al equipo directivo pueden promover actividades de perfeccionamiento. Para ello sería necesario hacer un análisis inicial de necesidades para detectar qué profesor/a está sufriendo estrés, para posteriormente implantar las acciones y tras ello, evaluar las actuaciones llevadas a cabo.
Establecer mayores cauces de comunicación entre el profesorado y la familia. Se pretende que los centros educativos sean una continuidad de la sociedad para ello es necesaria la colaboración de los padres y las madres del alumnado, puede ser a través de acciones conjuntas, la asociación de madres y padres del alumnado, etc.
Promover actuaciones dirigidas al alumnado para disminuir los conflictos en el centro educativo. A través de la mediación entre iguales, o la mediación escolar pueden gestionarse numerosos conflictos que pueden ser resueltos a través del diálogo y la comunicación.
Crear grupos de trabajo. A través de la organización de un grupo de trabajo (conjunto de docentes que trabajan de manera colaborativa sobre una cuestión) podrían establecerse unas pautas metodológicas para afrontar situaciones que generen estrés en el aula.Desde las administraciones educativas:
Promover cursos de formación a través de los Centros de Profesorado: Relacionados con la resolución de conflictos, autoconcepto, autoestima, habilidades sociales y asertivas, cómo afrontar el estrés en el aula, etc.
Reconocer al profesorado como autoridad pública.
Disminuir la ratio de alumnos por clase.
Distribución de recursos humanos eficaz y adaptada a las características de los centros educativos y del alumnado.
Incluir en la formación inicial del profesorado materias que versen sobre cómo adaptarse a la diversidad del aula.
Solo a través de una actuación conjunta de la administración educativa y los centros educativos, contando con los recursos necesarios podrán desembocar en una disminución de estos datos. Mientras tanto, el profesorado deberá seguir haciendo frente a su situación personal de desánimo, ansiedad y apatía ante lo escolar.
María del Carmen Rodríguez Zafra. Licenciada en Pedagogía y profesora interina de Secundaria de la especialidad de Orientación Educativa (Andalucía)
22/03/2010
domingo, 6 de junio de 2010
La docencia hoy, profesión de riesgo
Esta temática surge luego de una ardua investigación y de la mirada común, de 20 años de ejercicio en la docencia, en que detectamos que los docentes constituyen uno de los colectivos profesionales más afectados por la depresión, la fatiga psíquica, el estrés y otras dolencias físicas y emocionales.
Tanto es así que la Lic. Miriam Bergalli, define el concepto de Malestar Docente Actual sosteniendo que la docencia hoy debe ser asumida como profesión de riesgo. Esta investigación da como resultado un llamado de atención y alerta sobre la gravedad del problema. Pero lo verdaderamente preocupante para el profesorado son los problemas de salud psíquica, de estrés, de depresión o el síndrome Burnout (estar quemado), dolencias todas ellas que los profesionales de la enseñanza califican como “propias de su actividad”.
Es decir, naturalizan estos síntomas llegando a pensar que es normal padecerlos, en quienes desarrollan la profesión docente.
El Malestar Docente, que nosotras diariamente hemos padecido, durante los 12 años de trabajar juntas sin advertir realmente que nos pasaba, ya que teníamos los mismos síntomas, agravados por la causa de la profunda crisis de índole económica, social, moral y cultural atravesada.
Es un tema prioritario de abordaje en un marco de capacitación docente en sentido amplio y de prevención en salud y educación. La situación emocional a la que el docente tiene que enfrentarse diariamente en el aula está contaminada con frecuencia por un clima de falta de hábitos de trabajo y estudio, agresividad y ausencia de límites claros, sumados a los cambios sociales (familias desgranadas, sostenidas por la madre o la abuela, padres y hermanos delincuentes, drogadicción) a los que tiene que adaptar su actividad educativa y que acaban haciendo mella en su propio bienestar personal.
· Es de suma importancia desde la Gestión Educativa Institucional, generar espacios de reflexión docente, intercambio de experiencias, con el fin de mejorar las relaciones personales quebrantadas y desgastadas por los mismos factores ambientales.
· Es necesario identificar posibles patologías, disfunciones o malestares leves y así prevenir la incidencia sobre nuestra escuela, los alumnos y nuestras propias compañeras, favoreciendo el ejercicio de la tarea educativa en un ambiente conflictivo.
Es importante, que a través de una investigación consensuada, desde los equipos directivos se proponga un modo de prevención del Malestar para mejorar la calidad de vida de la población docente a través de estrategias alternativas, para darle solución al problema planteado: síndrome del burn-out o “estar quemado por el trabajo”; por ejemplo por medio de la optimización de los recursos físicos, temporales y humanos. Logrando de este modo el fortalecimiento de los vínculos afectivos, comunicar vivencias y experiencias, el trabajo en equipo, etc. en definitiva, transformar una fuente de insatisfacciones personales en reflexiones profesionales compartidas. El interjuego teoría-práctica permite desarrollar distintos niveles de reflexividad.
El aporte teórico docente se ve enriquecido por el conocimiento práctico y reestructurado el sentido común, a la vez la práctica ha contribuido al proceso de asimilación teórica, actuando como saberes previos que permitieron el empalme para desarrollar nuevos esquemas cognitivos. El interés por este problema de salud, crece día a día, sobre todo en aquellas personas que brindan servicios sociales y los dedicados al cuidado de las personas., ya que están sometidos a una mayor exigencia, pero también a una mayor valoración de su trabajo por parte de los usuarios.
Profesora Beatriz E. Fernández y Profesora Graciela Rivas
http://weblog.educ.ar/