El concepto de “síndrome del Burnout” (“síndrome
de estar quemado”, “síndrome de quemarse por el trabajo”, “síndrome del estrés laboral asistencial”),
nace de la consideración del estrés laboral sufrido por los
profesionales.
En un principio se pensaba que los ejecutivos eran los más estresados,
sin embargo las investigaciones afirmaban que también estaban expuestas a este
tipo de estrés las personas que tuviesen un contacto directo con pacientes,
clientes, alumnos o ciudadanos cuyas exigencias desbordaban la capacidad de
actuación del profesional, ya que la situación le ha sobrepasado y se va
reduciendo su capacidad de adaptación.
Maslach y Jackson (1981, 1982) definen “Burnout” como un
cuadro clínico cuyos síntomas principales son:
– El Cansancio Emocional: también llamado
agotamiento emocional, agotamiento de la energía o los recursos emocionales
propios, una experiencia de estar emocionalmente agotado, debido al contacto
cotidiano y mantenido con personas a las que hay que atender porque son la
razón de ser de su trabajo.
– La Despersonalización: desarrollo de
sentimientos negativos, y de actitudes y sentimientos de cinismo hacia las
personas destinatarias del trabajo. Estas personas son vistas por los
profesionales de forma deshumanizada debido a un endurecimiento afectivo, lo
que conlleva que les culpen de sus problemas.
– La falta de Realización Personal en el trabajo:
tendencia a evaluarse negativamente, y afectando a la habilidad en la
realización del trabajo y a la relación con las personas a las que atienden.
Los trabajadores se sienten descontentos consigo mismos e insatisfechos con sus
resultados.
El síndrome es frecuente en profesionales de la salud,
de la educación y en profesionales que trabajan en los servicios humanos. Sin
embargo, el síndrome de “estar quemado” también se aplica a un extenso
colectivo de profesionales que incluye desde los directivos a las amas
de casa.
Por otra parte, hay que mencionar que el síndrome tiene un desarrollo
insidioso y progresivo como respuesta al estrés laboral crónico,
pero hay que destacar que en este proceso sobre todo fracasan las
estrategias de afrontamiento que suele emplear el sujeto, como por
ejemplo, la evitación.
Las consecuencias del síndrome del Burnout son muy negativas
tanto para el sujetoque lo padece (salud física y mental:
alteraciones psicosomáticas, ansiedad, depresión, etc.) como para la
organización en la que desempeña su rol profesional (disminución del
rendimiento, absentismo laboral, abandono del puesto de trabajo, etc.).
Medidas preventivas del estrés crónico y el burnout
En primer lugar, para poder prevenirlo antes de que sea demasiado grave
o para poder controlarlo, será necesario saber qué es el estrés y el Síndrome
de Burnout, identificarlo y, sobre todo, averiguar qué lo está
desencadenando y cómo nos está afectando. Es importante en estos momentos
no negar la situación que se está padeciendo y aceptarla de manera
incondicional.
Posteriormente será necesario tomar conciencia de que no hay que
exigirse más de lo que uno puede dar.
Las técnicas de prevención incluyen:
– Mantener un estilo de vida saludable (alimentación
moderada, honestidad, no alterarse fácilmente, relajación, paciencia,
realización de ejercicio físico y distracción en algún momento del día para la
desconexión con la vida laboral, no ser aprensivo, etc.).
– Satisfacción en el lugar de trabajo: si no estás
satisfecho en el trabajo y te sientes quemado por ello, pregúntate qué es lo
que falla y cómo podrías afrontarlo.
– Apoyo personal y social: desde lo laboral a lo
familiar es muy importante disponer de este tipo de apoyo, y para todos los
ámbitos, ya que nos puede ayudar con el afrontamiento de la situación
desagradable que se padece o incluso a ver las cosas desde otra perspectiva.
– Comunicaciones abiertas: la comunicación, dentro de
la honestidad y la educación, es un factor muy importante para que podamos
expresar lo que deseamos, siendo asertivos. Es una manera de evitar la
despersonalización que se ha mencionado anteriormente.
– Mejora de la organización personal: la organización
siempre es un paso muy importante para poder llevar a cabo nuestros objetivos
en la vida y utilizar las técnicas de afrontamiento mas propicias para cada
caso.
– Desarrollo de habilidades profesionales: no quedarse
estancado o bloqueado y seguir desarrollando habilidades hará que nos sintamos
más realizados con nosotros mismos, y evitando así el sentimiento de esa falta
de realización personal que caracteriza al Síndrome de estar Quemado.
Además de todo esto, sería de gran relevancia comentar que la prevención
de este tipo de estrés, también ha de abordarse desde el enfoque
organizacional y no sólo de forma individual ya que la promoción de la
calidad de vida laboral se consigue mediante la puesta en práctica de políticas
óptimas de dirección organizacional.
Compartido por
Rebeca Pozuelo Fernández