¿Estamos afectados
por el burnout? ¿En qué medida? Estas preguntas son importantes, y no sólo en
un marco investigativo. Es necesario que existan instrumentos que sean válidos,
o sea que midan lo que se pretenden, y confiables. El más importante en el
contexto del burnout es el MBI, que es explicado en esta publicación, y tenemos
un enlace que nos permite su aplicación en línea en http://www.alfinal.com/Salud/burningtest.php
Un planteamiento absolutamente necesario en la investigación
acerca de un determinado constructo es la posibilidad de encontrar un
instrumento de medida que empíricamente nos ayude a describir los diferentes
aspectos conceptuales asociados. El burnout no es ajeno a esta premisa e,
incluso, dada su dificultad de comprensión muestra una mayor necesidad de un
instrumento de medición válido y fiable. En este sentido, han sido varios los
intentos por desarrollar inventarios que evalúen los aspectos relacionados con
el síndrome, dándose la circunstancia de que a veces la definición de la que
parten los autores conducen a la construcción del instrumento, mientras que en
otras ocasiones el proceso es a la inversa, lo que conlleva interpretaciones
muy diversas acerca de cada uno de ellos. En unos casos se percibe
conceptualmente el síndrome y los items se elaboran de acuerdo a esta
concepción; mientras que en otros, los autores, habiendo creado determinados ítems
que se suponen miden la sensación de estar quemado, dotan de significado la
definición que aparece como consecuencia del comportamiento de estos ítems.
Otro planteamiento relevante en cuanto a la construcción de
un instrumento es que pueda ser utilizado en diversos contextos laborales e,
idealmente, en países diferentes, con lo que la riqueza de las conclusiones de
cada instrumento mejora considerablemente. Estos aspectos los cumple
sobradamente el Maslach Burnout Inventory (MBI) de Maslach y Jackson (1981) que
ha sido ampliamente utilizado, hasta el punto de que el resto de instrumentos
apenas han tenido un desarrollo significativo en la literatura científica. Es
fácil comprender que la mayor parte de este apartado se centrará en el MBI dado
su gran desarrollo, no olvidando algunos otros instrumentos que son destacados
por su relevancia en cuanto al desarrollo de la construcción del constructo
Instrumentos para la
medida del burnout
Para la revisión que efectuamos en cada uno de los
instrumentos nos hemos centrado en aquellos trabajos que aportan datos
esclarecedores sobre las distintas propiedades psicométricas de los mismos:
fiabilidad, validez o análisis factoriales, principalmente. En la Tabla
siguiente se recoge el listado de instrumentos de medida del burnout que hemos considerado,
no siendo completo pero sí descriptivo de cuál es la situación actual acerca de
la medición del síndrome.
Instrumentos de
medida del burnout
INSTRUMENTO DE MEDIDA AUTORES
Staff Burnout Scale Jones
(1980)
Indicadores del Burnout Gillespie
(1980)
Emener-Luck
Burnout Scale Emener y Luck
(1980)
Tedium
Measure (Burnout Measure) Pines,
Aronson y Kafry (1981)
Maslach
Burnout Inventory Maslach y Jackson
(1981)
Burnout
Scale Kremer y Hofman (1985)
Teacher
Burnout Scale Seidman y Zager
(1986)
Energy
Depletion Index Garden (1987)
Mattews
Burnout Scale for Employees Mattews
(1990)
Efectos Psiquícos del Burnout García Izquierdo (1990)
Escala de Variables Predictoras del Burnout Aveni y Albani (1992)
Cuestionario de Burnout del Profesorado Moreno y Oliver (1993)
Holland
Burnout Assessment Survey Holland
y Michael (1993
Rome Burnout Inventory Venturi,
Dell´Erba y Rizzo (1994)
Escala de Burnout de Directores de Colegios Friedman (1995)
Maslach Burnout
Inventory.
El Maslach Burnout Inventory (MBI) de Maslach y Jackson
(1981) es un inventario de 22 items, en los que se plantea al sujeto una serie
de enunciados sobre sus sentimientos y pensamientos en relación a diversos
aspectos de su interacción continua con el trabajo y su desempeño habitual. El
sujeto ha de contestar a cada enunciado a partir de la pregunta ¿con qué
frecuencia siente usted esto?, mediante una escala tipo Likert de siete
opciones, desde nunca a diariamente. En la versión original era preciso que
cumplimentar dos veces el inventario, ya que al individuo se le hacía una
segunda pregunta (¿con qué intensidad siente usted esto?), puesto que el
instrumento medía la frecuencia e intensidad del burnout; sin embargo, en la
versión de 1986 no se presenta la pregunta acerca de la intensidad, porque las
autoras consideran que no habían encontrado correlaciones altas entre ambas
dimensiones de evaluación, mientras que la frecuencia sí se mantiene porque es
similar al formato utilizado en otras medidas tipo autoinforme, de actitudes y
sentimientos.
El inventario se divide en tres subescalas, cada una de las
cuales mide las tres dimensiones que se suponen configuran el constructo
burnout: Agotamiento Emocional (9 ítems), Despersonalización (5 ítems) y
Reducida Realización Personal (8 items), y de cada una de estas escalas se
obtiene una puntuación baja, media o alta (que coincide con los tres tercios en
los que se distribuye la población normativa) que permite caracterizar la mayor
o menor frecuencia de burnout. Además, las autoras ofrecen las diversas
puntuaciones de corte para cada una de las profesiones evaluadas: profesores,
asistentes sociales, médicos, profesionales de salud mental, y del grupo
"otras profesiones".
Normalmente las puntuaciones del MBI se correlacionan con
informaciones obtenidas con otros instrumentos acerca de datos demográficos,
características del trabajo, realización en el trabajo, personalidad,
evaluación de actitudes, información sobre la salud, etc..., como de hecho se
suelen plantear en las diversas investigaciones desarrolladas sobre el estudio
de este inventario. El desarrollo del instrumento duró ocho años en los que se
fue perfilando el definitivo. Así, una prueba preliminar a 605 sujetos de
diferentes profesiones estaba compuesta por 47 items; los correspondientes
análisis estadísticos redujeron el inventario en 25, quedándose en los 22 items
definitivos tras pasarlo a una segunda muestra de 1025 personas, también de
diversas profesiones; en la versión definitiva se utilizaron un total de 11067
sujetos.
Por lo que se refiere a la fiabilidad del MBI, Maslach y
Jackson (1981) citan los siguientes índices a: 0.87 para la escala Agotamiento
Emocional, 0.76 para la de Reducida Realización
Personal y 0.73 para la de
Despersonalización. Posteriormente, Maslach y Jackson (1986)
hallan unos índices de 0.90 para la de Agotamiento Emocional,
0.71 para Reducida Realización Personal y 0.79 para Despersonalización. Por lo
que se refiere a la consistencia interna para todos los ítems, en 1981
encuentra un índice de 0.76, pasando a 0.80 en la versión de 1986.
En cuanto a la validez convergente, y apoyándose en otros
trabajos anteriores, las autoras indican que las puntuaciones obtenidas en el
MBI correlacionan positivamente con:
-Las evaluaciones que sobre la conducta del trabajador hacen
las personas que lo conocen (Maslach, 1976).
-La presencia de ciertas características del trabajo que
contribuyen a experimentar burnout (Maslach, 1978).
-Las medidas de varias hipótesis de resultados planteadas en
relación al comportamiento del instrumento (Maslach y Jackson, 1979).
La validez discriminante queda demostrada en tanto que las
autoras presentan evidencias de bajas correlaciones entre las escalas del MBI y
otros constructos como la satisfacción laboral, que fundamentan dicha validez.
Arthur (1990) también plantea la aceptable validez discriminante, aspecto que
anteriormente Meier (1983) ya había concluido en el sentido de que el
inventario cumplía los criterios tanto de validez convergente como
discriminante. Así mismo Gould y Michael (1985) habían obtenido una adecuada
validez convergente del instrumento; siempre en relación a los constructos
satisfacción y burnout.
A partir de la creación del MBI se ha generado una amplia
línea de investigación acerca del instrumento, no sólo para contrastar las
diversas propiedades psicométricas, sino sobre todo para confirmar o no la
existencia de las tres dimensiones que determinan la existencia de las tres
escalas que componen el inventario, tanto en lo referente a las diversas
profesiones (asistentes sociales, enfermeras, médicos, policías, profesores,
etc...), como en relación a estudios transculturales (Estados Unidos de
América, Canadá, Japón, Alemania, España, Italia, Nueva Zelanda, etc...). Así,
Burke y Richardsen (1991) plantean que si bien las características del
instrumento, en cuanto a fiabilidad y validez, son adecuadas, no es tan clara
la existencia de los tres factores "puros" que defienden las autoras,
aunque no discuten que actualmente el MBI se presenta como el mejor instrumento
de medida. De hecho, los anteriores autores se hacen eco de la polémica
existente entre los que defienden la tridimensionalidad del síndrome recogida
en el inventario, los que cuestionan alguna de las dimensiones (especialmente
despersonalización), así como los que obtienen más de tres factores, y que
vamos a ver en lo que sigue.
Autor
TESIS SOBRE EL BURNOUT
Por: Enrique J. Garcés de Los Fayos Ruiz
Sobre
Enrique J. Garcés de Los Fayos Ruiz
- Profesor de la Universidad de Murcia (Facultad de Psicolog
ía), desde 1994
- Master en RRHH por el Centro de Estudios Financieros
(Madrid), desde 1992
- Doctor en Psicología por la Universidad de Murcia en 1999
- Profesor de la Escuela de Policías de la Región de Murcia
desde 1999
- Jefe de Formación y Proyectos de Algama Desarrollo
Empresarial (Grupo Picking Pack) desde 1997
- Autor de diferentes libros, artículos y participaciones en
Congresos nacionales e internacionales.
Nota de la edición del blog:
Por razones de lectura del blog, he reducido a su mínima
expresión este importante trabajo, si desean leerlo en forma completa, pueden
colocarlo en Google (título y autor), y obtendrán 4 archivos pdf, o bien
mandarme un mensaje a
achristin@gmail.com,
y con gusto se los enviaré.