sábado, 30 de octubre de 2010

Por el estrés en las aulas los docentes sufren contracturas cervicales

Muchas horas de pie frente al pizarrón, la tensión contenida más los problemas de la vida cotidiana, se concentran en la columna vertebral. Cómo prevenir.


Un "cóctel" explosivo termina detonando en la espalda. Muchas horas de pie frente al pizarrón, tensión contenida y los contratiempos de la vida cotidiana producen contracturas cervicodorsales en los docentes, quienes acuden a tratamientos de fisioterapia para mejorar la situación.

Si bien este tipo de contracturas también se manifiesta en personas que permanecen mucho tiempo en la oficina, frente a la computadora, en los docentes tiene características particulares. En el caso de las mujeres, las que más consultan tienen entre 25 y 45 años, y son maestras y profesoras; en tanto que los hombres que asisten a sesiones de fisioterapia tienen más de 50 años y son docentes universitarios.

"Hay pacientes que llegan al instituto con cefaleas, mareos y hasta con taquicardia. En general, las mujeres son las que más consultan, mientras que los hombres que abordan la problemática son profesores de grado", explicó Claudia Mazoratti, licenciada en Kinesiología y Fisioterapia.

A pesar del contexto, estas afecciones no están tipificadas como enfermedades laborales. Así lo explicó el responsable de Salud Laboral de la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP), Alejandro Morcos. "Las contracturas no están contempladas por la ley, es decir, no son consideradas una patología laboral", señaló el funcionario.

El titular de Salud Laboral de la OSEP informó que si bien tienen datos sobre esta temática, no están registrados estadísticamente, aunque reconoció que van en aumento.

El estrés en el aula
Cuando se produce una contractura el músculo pierde su elasticidad y permanece contraído. "Vemos que el estrés es el factor que prevalece en estas situaciones. En el caso de los docentes tienen mucha tensión contenida y permanecen varias horas de pie, todo esto repercute en la columna vertebral", detalló Mazoratti.

Tal es el caso de Fernanda (35), profesora de Biología, que desde hace tres meses va a un instituto de fisioterapia. "Empecé a tener una fuerte contractura en la espalda, a la altura del hombro izquierdo y en la zona de las cervicales. Al principio empecé realizando movimientos de rotación de cabeza, pero después terminé en el médico y me indicó masajes y calor", relató la docente de nivel Medio.

Para Juan Carlos (59), ingeniero agrónomo y docente universitario, la situación es similar. "Hace 25 años que soy profesor y las contracturas en la zona cervical me llevaron al médico. Ahora voy entre dos y tres veces por semana a fisioterapia y trato de caminar para eliminar las tensiones", argumentó el profesor de Luján de Cuyo.

El tratamiento
Según detalló Mazoratti, con los docentes se trabaja para reeducar la postura durante todo el día. "Cuando dan clase y están muchas horas parados se generan las contracturas en la espalda. En consecuencia, se producen trastornos en las piernas y en los brazos, incluso adormecimiento; aquí se trabaja con diferentes técnicas que mejoran la posición", enfatizó.

Incluso hay pacientes que llegan con sequedad en la boca, zumbidos en los oídos, todo como consecuencia de las fuertes contracturas en la espalda. "Se trabaja mucho con masajes, que es lo que solicita el paciente, también con calor", señaló la kinesióloga.

Los profesionales también coinciden en señalar que las contracturas cervicales suelen ser una manifestación psicosomática. La tensión emocional hace que el sujeto sin controlarlo se pare, se mueva y realice todas sus actividades tensionado.

Esto hace que el tono de los músculos aumente, lo que genera que se compriman y disminuya la irrigación sanguínea de la zona. Aquí es cuando aparecen los famosos "nudos" en la espalda, que generan malestar en forma permanente si no se abordan terapéuticamente.


Autora;
Paola Bruno

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