En el programa de Pensamiento Emocional, el Dr. Hue se refiere al desarrollo de diversas competencias docentes, que permiten enfrentar eficazmente al “estrés malo”, en este caso el tema se centra en las actitudes hacia los alumnos, para conseguir un efectivo liderazgo.
La competencia de conocer a los demás es muy importante a la
hora de conseguir el liderazgo docente, y, por tanto, el bienestar; sin
embargo, además de conocerlos debemos aprender a valorarlos. No olvidemos que
la mayor o menor motivación de los alumnos en el aula dependerá del sentimiento
de pertenencia de ellos mismos al grupo clase y a su profesor, y que esto
depende del sentimiento de sentirse valorados por el profesor y por sus
compañeros. Este, por tanto, es el objetivo de esta nueva competencia que hemos
denominado genéricamente valoración del otro. Estar atento a las emociones y
sentimientos de nuestros alumnos será la mejor forma de valorarlos, de
demostrar nuestra estima por ellos. Por esta razón, vamos a ir desgranando un
conjunto de subcompetencias que son parte de la competencia que hemos definido
como valoración de los demás: afabilidad, confianza y tolerancia y
sociabilidad.
La afabilidad es uno de los sentimientos más valorados por
los alumnos. Los profesores afables son aquellos que establecen cercanía. Para
conseguir la afabilidad el método de pensamiento emocional propone utilizar un
conjunto de acciones como son la sonrisa, la caricia y el piropo, entre otras.
a) La
sonrisa. Un profesor sonriente consigue dos cosas. La
primera, hacerse con los alumnos, y también, si lo hace en el claustro, con el
resto de profesores. La segunda, moviliza recursos fisiológicos personales que
promueven en su organismo la generación de neurotrasmisores positivos como pueda
ser la dopamina.
b) Las caricias. Evidentemente, las caricias son un recurso
extraordinario en la relación íntima entre dos personas que no podemos
trasladar, sin más ni más, a las aulas, en especial con alumnos menores de
edad. Ahora bien, podemos diferenciar entre las caricias psicológicas y las
caricias físicas. En un primer momento, nos vamos a referir a las primeras. La
caricia (stroke) fue uno de los conceptos importantes que elaboró Eric Berne.
La caricia es, según Berne, la unidad básica de reconocimiento de la otra
persona. Esta técnica se utiliza en el Análisis Transaccional y consiste en
conseguir una situación, primero de respeto, después de confianza, luego de
complicidad, para, finalmente, poder llegar a dirigirse caricias unos a otros.
Entre éstas podríamos hablar de las caricias verbales, las caricias realizadas
con la mirada, pero sobre todo, podríamos llamar caricia a todos esos
sentimientos positivos, de acogida, de encuentro que realizarnos unos y otros a
lo largo del día.
c) El piropo. El piropo no es más que una caricia verbal
pero que en el método de pensamiento emocional adquiere rango de técnica
específica. Todos los profesores hemos comprobado cómo cuando decimos palabras
positivas los alumnos reaccionan mejor que sobre la crítica o la descalificación. Incluso
las palabras positivas pueden tener mayor efecto que la rectificación pausada,
tranquila, cariñosa. El buen profesor encuentra palabras adecuadas todos los
días para la mayor parte de los alumnos.
La confianza es el sentimiento clave que indica la verdadera
valoración del profesorado hacia los alumnos. La confianza es un sentimiento
que supone abandono, entrega por parte de la persona confiada en la que se
confía. Pero, esto sólo se consigue cuando la persona que confía se siente
segura, siente que es ayudada en su realización personal, se siente
comprendida. En este sentido Bain nos decía que “los mejores profesores establecían estándares altos y mostraban una
gran confianza en la capacidad de sus estudiantes para alcanzarlos”.
La tolerancia es otra de las capacidades que ayudan al
desarrollo de la valoración del otro. La tolerancia supone la falta de
prejuicios y entender que todas las personas tienen el mismo valor. El
pre-juicio es un juicio previo y, por tanto, algo natural y consustancial al
ser humano. Las personas cuando tenemos un total desconocimiento sobre algo
nuevo por un proceso de acomodación, como decía Piaget, esa cosa nueva la
identificamos con los conocimientos previos más próximos, obteniendo de este
modo, una apreciación falsa de la realidad del objeto. Pero, lo mismo pasa con
las personas. Cuando viene un nuevo profesor al centro educativo lo juzgamos
por referencia a otros profesores parecidos a él. Esto es lo que denominamos
prejuicio. Ahora bien, los docentes que desean ser líderes deben huir de los
prejuicios y pasar a tener juicios acertados y eso se consigue con una
disposición de acogida. De este modo, desde la tolerancia, desde la aceptación
de las características diferenciales de todos, es como seremos capaces de pasar
del prejuicio al juicio.
La sociabilidad es otro de los elementos de la competencia
valoración del otro. La sociabilidad es la actitud favorable a establecer y
mantener relación con los demás. La sociabilidad es la capacidad de apertura a
los demás, y es una cualidad esencial en los docentes y, por esto, es una
capacidad a desarrollar. Este método, a través de ejercicios nos ayuda a
establecer relaciones de igualdad que son las relaciones sociales entre dos
personas independientes, conscientes, independientes, no autoritarias,
tolerantes, colaboradoras.
Extraído de:
Hué, C. (2012).
Bienestar docente y pensamiento emocional. Revista Fuentes, 12, 47-68.
Sobre el autor:
Licenciado en
Psicología y Pedagogía por la Universidad Complutense
de Madrid en 1974 y 1975 respectivamente, y Doctor en Ciencias de la Educación
por la Universidad de Barcelona en 1994.
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