lunes, 8 de junio de 2015

Las estrategias de afrontamiento al estrés de los alumnos

En este blog nos hemos preocupado por los efectos del estrés en los docentes, pero el problema no se limita a ellos. En esta publicación, el autor se refiere a los alumnos de una carrera docente, y su punto de vista sobre el estrés que la escuela le ocasiona ¿Qué estrategias usan?



En la investigación, se solicitó a los estudiantes que mencionaran las formas como ellos afrontan las demandas. Ante el peligro de que los acontecimientos les rebasen y creen problemas que pudieran resultarles muy difíciles de manejar, los docentes en formación suelen utilizar mecanismos inconscientes, a los que en la teoría psicoanalítica se les conoce como “mecanismos de defensa”, donde existe la posibilidad de enfrentar directamente el problema, o preferir negarlo o evitar.

Los estudiantes de la escuela normal sufren un importante estrés desde el comienzo de su formación y si bien es aceptable cierto grado de tensión, no todos los estudiantes lo resuelven de manera adecuada. En muchos de ellos, los programas, las sesiones y las exigencias generan miedo, incompetencia, enojo, y sensación de inutilidad y culpa. Todas estas manifestaciones pueden producir respuestas psicológicas y físicas mórbidas. Al respecto, veamos algunos casos:
“… lo que considero muy molesto en la normal, desde mi ingreso, fue la búsqueda de las antologías ya que se llegaba a conflictos grupales para poder conseguir las lecturas; la falta de acceso a ellas provoca mal humor y un clima desfavorable”.

“… nos piden tareas que son para entregar de un día para otro. Me estresa cuando los maestros solicitan alguna cosa de manera rápida y dicen: “cuento tres para que me traigan su libreta, si no, ya no la reviso”, “tres retardos hacen falta””.

Ante el estrés que generan los fuertes cambios por los que atraviesa actualmente la formación de docentes, se identifican características en los estudiantes sometidos a las presiones derivadas del cambio, por lo cual han hecho andar a varios mecanismos de defensa. Está presente la represión, que consiste en mantener fuera de la conciencia eventos o pensamientos que les resultan dolorosos, vergonzosos o amenazantes. El segundo es la negación, donde el estudiante se resiste a aceptar una realidad o un acontecimiento amenazante porque se considera incapaz de afrontarlo; construye un fuerte obstáculo cuando se pretende emprender algún proceso de cambio, ya que éste no será posible mientras no se admita su necesidad y a la vez esto se dará hasta que sea aceptada la situación que se niega. La racionalización está presente; consiste en darle una explicación, justificación o excusa “racional” a algún acontecimiento o acción que resulta inaceptable, como pudiera ser: “yo fui el que no cumplió con todas las exigencias del maestro, en tiempo, forma y contenido”. Se presenta el desplazamiento para reducir su ansiedad. El estudiante cambia el objetivo de un impulso porque el blanco elegido le resulta amenazador; descarga su enojo y frustración en sus compañeros o en objetos personales de los maestros.

Los estudiantes consideran que han estado en estrés, pero no tan exagerado como otros compañeros. Se consuelan con haber pasado etapas cortas y no constantes, como han percibido en otras experiencias. Veamos algunos ejemplos:
“… la verdad, sí he tenido estrés, pero ha sido en poco tiempo, y no he tenido tantos problemas”.
“… yo ya tengo hasta dolores de cabeza y me siento un poco nerviosa por las presiones de trabajo de algunos maestros y por su forma pedante de tratarnos”.

Con el discurso de los estudiantes, analizamos que dado que se activan gran cantidad de recursos, suponen un desgaste importante para el organismo. Si este es episódico no habrá problemas, pero si se repite con excesiva frecuencia, intensidad o duración, puede producir la aparición de trastornos psicológicos. Sus reacciones, podemos afirmar, pretenden mitigar la depresión, el estrés y la ansiedad. Este fragmento resulta ilustrativo:
“… en mi caso, tengo que ser sumamente pasiva y tolerante a las presiones, las cuales existen en la escuela: elaborar las tareas, realizar algunos trabajos en equipo o cuando se trata de organizar algunas actividades”.

Características de la personalidad para las tensiones del estrés
El estrés es un fenómeno de cada estudiante donde tiene mucho que ver el propio entendimiento de las cosas, qué circunstancias vive como amenazantes y la respuesta individual a ellas. Muchos estudiantes manejan adecuadamente las situaciones estresantes que hay en su formación. Muchos tienen una sensación de autoeficiencia y de logro, pero si no los manejan adecuadamente y si se sienten superados por ellos, entonces  es cuando empiezan a sentirse mal, a tener problemas o síntomas relacionados con el estrés. Muchos perciben los riesgos, peligros y consecuencias de alta gravedad. Este planteamiento es visible en un testimonio:
“… a mí no me afecta el cúmulo de exigencias que nos piden, como a otros compañeros. Pero sí me preocupa que en algún momento me pase a mí. Veo los casos y me inquieta que me pueda pasar a mí”.

Existe una ambigüedad del papel del estudiante como síntoma de insuficiente preparación propia. De esta forma, se percibe que cualquier cosa que provoque un cambio en la rutina cotidiana es estrés. Los cambios imaginarios son tan estresantes como los cambios reales.
En los recuerdos, experiencias y vivencias se vislumbran los estresores considerados como hitos únicos, los cuales han cambiado las condiciones del entorno de vida de algunos estudiantes; entre los ejemplos está la reprobación, no acreditación, seriación truncada de materias, expulsiones temporales o definitivas, los cuales han afectado a algunos estudiantes o algunos integrantes de los grupos, con cambios significativos y de trascendencia vital para ellos. El estrés cotidiano es el menos perceptible porque se da por periodos cortos y sin consistencia; es el cúmulo de molestias, imprevistos, alteraciones en las pequeñas rutinas cotidianas del grupo o de los estudiantes en particular. Algunos testimonios son:
“… cuando nos dejan reportes, nos desvelamos por hacerlo y ni siquiera lo analizamos”.
“… no queda tiempo para realizar algunas actividades o leer un libro que realmente te llame la atención”.
… cuando tenemos exámenes sorpresa o no sabemos algo”.

El estrés es diferente para cada estudiante. Lo que resulta estresante para alguien puede no serlo para otro. Para diferenciar las dos perspectivas se puede analizar desde la relación optimismo-pesimismo, autoestima, perfeccionismo y grado de control. Cada estudiante percibe de un modo particular las cosas que le suceden, incluyendo los sucesos estresantes y reacciona ante ellos de un modo diferente. Al respecto de la autoestima y las emociones:
Es una herramienta importantísima para salir de las crisis personales o de los tiempos difíciles que podamos estar atravesando. Es la clave del éxito en la vida, porque sin confianza y sin respeto por nuestra persona, que son los dos pilares de la autoestima, será muy difícil cambiar la realidad que tanto nos afecta (Dresel).

Varios estudiantes buscan sus propias estrategias para evitar las presiones académicas. Algunos buscan los extremos opuestos, y es el estar calmados, relajados y centrados. La asertividad juega un papel importante para presentarse o no síntomas del estrés y se refiere a la seguridad en uno mismo; son aquellos estudiantes con tendencia a la inseguridad, dificultad de tomar decisiones, los cuales están más dispuestos a sufrir estrés que aquellos cuyo índice de asertividad es normal. Los estudiantes plantean:
“… me preocupa que yo no soy muy creativa y mis trabajos no muestran mucha creatividad; la presentación se queda muy atrás de las de mis compañeras y amigas y lo que más me preocupa es que por más que intento no lo puedo realizar bien”.
“… pero no siempre todo me afecta porque trato de mantenerme siempre positiva y si algo no me salió bien, trato de mejorarlo; y lo que me dicen no me afecta porque sé que estoy realizando lo correcto”.

Otros estudiantes poseen características peculiares, identificadas por sus pares o por ellos mismos. Son los estudiantes dinámicos, activos, competentes, eficientes, y exitosos, los cuales se manejan bajo la premura del tiempo y metas a corto plazo. Su forma de ser les predispone a evitar los síntomas del estrés, porque son competitivos, dinámicos, perfeccionistas, fetiches de llegar siempre a hora, viven en virtud del tiempo, alto nivel de actividades, dificultad para descansar. Son el ejemplo para justificar la no presencia de estrés en la escuela normal.





Extraído de:
EL ESTRÉS ACADÉMICO Y SUS TENSIONES EN LA ESCUELA NORMAL;
EQUILIBRIO ENTRE DEMANDA Y RESISTENCIA
Francisco Nájera Ruiz
Escuela Normal de los Reyes Acaquilpan
Teodoro Fernández Contreras

Escuela Normal número 3 de Nezahualcoyotl

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